Infracciones al Derecho Humanitario en Cacarica

Graves Infracciones al Derecho Humanitario en Cacarica por parte de la guerrilla de las FARC-EP. Persisten operaciones paramilitares y de la brigada 17 del ejército contra la población


Bogotá D.C. marzo 3 de 2011

JUAN MANUEL SANTOS

Presidente de Colombia

ANGELINO GARZÓN

Vicepresidente de Colombia

GERMÁN VARGAS LLERAS

Ministerio del Interior

ANGELA MARÍA HOLGUÍN

Ministra de Relaciones Exteriores

JUAN CAMILO RESTREPO

Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural

VIVIAN MORALES

Fiscal General de la Nación (e)

ALEJANDRO ORDÓÑEZ

Procurador General de la Nación

VOLMAR PÉREZ

Defensor Nacional del Pueblo

Unos confían en sus carros de guerra, otros en su caballería militar; nosotros invocamos la Vida, Dios nuestro”. Salmo 19,8

Nuestra Constancia Histórica y Censura Ética ante la comisión de crímenes por parte de la guerrilla de las FARC EP bajo el desarrollo de su estrategia de guerra de guerrillas, que comprende las actuaciones de civiles como operaciones de inteligencia militar o que define normas de conducta de los habitantes en ausencia de autoridades que protejan los derechos de las mujeres y de las niñas.

Nuestra Constancia Histórica acerca de las actuaciones paramilitares consentidas o las omisiones de la fuerza pública que ejerce control sobre el río Atrato entre los puntos conocidos como Tumaradó, Travesía, La Honda y los daños a bienes de supervivencia causados por la fuerza pública en desarrollo de operaciones de control social territorial.

Ante ustedes nuestra Constancia ante estos crímenes, que poco a poco, se han podido documentar y las actuaciones que continúa realizando el paramilitarismo como estrategia consentida y amparada por la fuerza pública como lo constata el pasado más reciente.

*Jueves 16 de diciembre de 2010 en horas de la mañana, en predios comunitarios de la comunidad de Bogotá, territorio colectivo de Cacarica, se presentaron enfrentamientos armados entre guerrilleros del frente 57 de las FARC-EP y militares de la brigada 17.

La confrontación armada produjo temor y el desplazamiento temporal de algunas familias a la Zona Humanitaria “Nueva Esperanza en Dios”.

*Sábado 18 de diciembre en horas de la noche, nuestra Comisión de Justicia y Paz en Bogotá, fue informada del aterrizaje de un helicóptero de la brigada 17 con provisiones para las tropas en el caserío de Bogotá produjo la destrucción de un cuarterón de maíz, 6 robles de 9 metros y parte de la siembra de plátano perteneciente a la familia QUINTO.

*Sábado 15 de enero de 2011 en horas de la noches, nuestra Comisión de Justicia y Paz conoció que guerrilleros de las FARC-EP asesinaron al señor LUIS EDUARDO RAMÍREZ. El crimen sucedió en el caserío de Puerto Berlín, cuenca de río Cacarica, distante a cuatro horas de la Zona Humanitaria de “Nueva Esperanza en Dios”.

De acuerdo con las versiones recaudadas, los armados afirmaron a pobladores del sector donde ocurrieron los hechos, que la víctima era informante de la fuerza pública. Así mismo, agregaron que como mayor estaba acosando sexualmente a una menor y estaba obligándola a convivir con él.

Se recibió información que en el mes de noviembre, el campesino JAVIER ÁVILA CUADRADO había sido asesinado por parte de guerrilleros de las FARC-EP, cerca a la comunidad de Andalucía, territorio colectivo de Cacarica. Los ejecutores del crimen afirmaron a algunos pobladores de este lugar que la víctima pertenecía a la red de informantes del ejército.

* Sábado 15 de enero hacia las 5:00 p.m. en el caserío de Tumaradó a orillas del río Atrato, se inició nuevamente el control paramilitar de las “Águilas Negras” a través de un retén casi permanente en el que inspeccionan a pasajeros y embarcaciones. Los paramilitares afirmaron a varias familias afrocolombianas que cruzan fluvialmente por el lugar, que continuaran allí presentes y no hay nada que denunciar pues el ejército sabe de su presencia en el lugar.

Domingo 16 de enero hacia las 7:30 a.m. en los alrededores de la Zona Humanitaria de “Nueva Esperanza en Dios” militares de la brigada 17 ejercieron control sobre la movilidad y las actividades los pobladores de los integrantes de este concejo menor comunitario. Los regulares preguntaron por los nombres de los líderes de la comunidad.
Los integrantes de los concejos menores asociados en CAVIDA constataron que sus cultivos de plátano, arroz y bosques han sido destruidos parcialmente o dañados por las tropas.

*Jueves 20 de enero nuestra Comisión de Justicia y Paz conoció a través de organizaciones indígenas que guerrilleros de las FARC asesinaron a los indígenas LAURA DOMICÓ y ROSENDO DOMICÓ, en inmediaciones de la comunidad indígena Bequerá Perancho en la región de Cacarica.

De acuerdo con la fuente, se trataba de dos Embera que habían llegado al lugar desde el año anterior, luego de haber sido desplazados por paramilitares de la cuenca del río Salaquí. Por temor a nuevos hechos contra la comunidad, algunas familias se desplazaron al municipio de Riosucio, Chocó.


*Domingo 23 de enero
nuestra Comisión de Justicia y Paz conoció que durante una semana hasta el 30 de enero, ingresaron cerca de 100 paramilitares de las “Águilas Negras” a la cuenca de Cacarica. Los paramilitares se movilizaron en el entorno del caserío de La Balsa dentro del territorio colectivo de Cacarica para dirigirse a las partes medias y altas del territorio colectivo en límites con el Salaquí.

*Viernes 4 de febrero en horas de la tarde, paramilitares de las “Águilas Negras” que operan en Tumaradó anunciaron que implementaran nuevos mecanismos de control de bienes y de personas desde el municipio de Turbo hacia Cacarica. El anunció lo realizaron sin precisar que nuevos mecanismos desarrollaran.


*Sábado 12 de febrero
al medio día se conoció de la movilidad de paramilitares en embarcaciones de motor, vestidos de civil con armas cortas y largas ocultas en el interior del transporte fluvial en el caserío La Honda, territorio de Cacarica. Minutos después otra embarcación se dirigió en dirección al poblado de La Balsa.

*Miércoles 1 de marzo en horas de la mañana se constató el movimiento en embarcaciones de paramilitares por el río Atrato, ingresando por La Honda y otros movilizándose por el sitio conocido como Tumaradó. Los paramilitares se observan de civil con armas cortas y también con armas largas que ocultan en el fondo de las embarcaciones.

*Jueves 4 de marzo a las 4:30 p.m. nuestra Comisión de Justicia y Paz en Bogotá fue informada por ciudadanos, que un grupo de las “Äguilas Negras” les manifestaron en medio de su movilidad, que cuentan con más poder que antes, “hemos aprendido como hacer las cosas, después del engaño que nos hicieron”. Precisaron que contaban con l respaldo de los militares y de la policía de manera incondicional. Aseveraron que de nada sirve eso de hacer denuncias, pues están con plenos poderes y relaciones con las instituciones.

Manifestaron que cometieron un error en otra región en Córdoba con el asesinato de los estudiantes de la Universidad de los Andes. Aseveraron que eso no se va a volver a repetir porque “llaman mucho la atención y se dañan los negocios” y reiteraron que la fuerza pública sabe y recibe dinero por las ganancias. “Aquí llega el progreso y dinero, mucho dinero hay y va a haber mucho más”.

Nuestra Censura Ética ante una serie de asesinatos que afrentan la dignidad humana, propician un ambiente de temor y de terror en la población, que continúa habitando dentro del territorio colectivo de Cacarica. La clara infracción al derecho humanitario por parte de las guerrillas no encuentra ningún tipo de legitimidad dentro del derecho a la guerra, ni dentro de las comunidades afrocolombianas e indígenas. Estas perciben estas actuaciones guerrilleras como un nuevo factor que genera terror, tensión y afecta la posibilidades de reconstrucción del tejido social.

Hoy el Cacarica es parte del escenario de la guerra interna colombiana en donde las operaciones militares de la fuerza pública y de la estrategia paramilitar han estado dirigidas a atemorizar, a controlar a la población, para supuestamente, generar garantías para implementación de agronegocios y obras de infraestructura que se proyectan sin consulta ni consentimiento comunitario.

La estrategia que se viene implementando desde 1996 de carácter militar y represivo en Cacarica, hoy se construye con nuevos componentes, con nuevas técnicas asociadas al control social y el aseguramiento de un modelo de desarrollo. El cinismo con el que justifican las operaciones paramilitares expresan la interacción y la combinación de sus actuaciones con las estrategias de represión y de control institucional.

Ante ustedes nuestra Constancia Histórica para que se adopten medidas eficaces de carácter político que respalden las iniciativas de protección de la población civil como las Zonas Humanitarias y Zonas de Biodiversidad, y para que se adopten cuantas medidas precisas sean necesarias para que las dinámicas militares se ajusten al derecho humanitario y el respeto debido a la población civil.

De toda consideración,

Comisión Intereclesial de Justicia y Paz