Informe Somos Defensores: La Naranja Mecánica
Lamentablemente, como es usual en los últimos años, debemos comenzar este informe resaltando la crítica situación de violencia en contra de las personas defensoras de derechos humanos en el país. El 2018 fue, sin duda, el peor año para defensoras y defensores, esto lo demuestran los datos, pues registramos las cifras de agresiones más altas que se hayan presentado desde el inicio de nuestro Sistema de Información en 2009. Eso sin contar la cantidad de casos que por diferentes motivos no se encuentran incluidos, pues partimos de aceptar la existencia de un subregistro, lo que quiere decir que el nivel de violencia es mucho más alto del que podemos imaginar.
Aunque el Acuerdo de Paz con la guerrilla de las FARC y los diálogos del Gobierno con el ELN planteaban una oportunidad histórica para la construcción de paz en el país, el contexto político ha dado unos giros altamente temidos, que han hecho más compleja la situación de la violencia y que han pretendido arrinconar a organizaciones sociales y a sus líderes en los diferentes territorios.
Las fallas en la implementación de los acuerdos, la finalización abrupta de los diálogos y la ausencia de medidas integrales que intervengan los círculos de violencias, entre otros asuntos, han desencadenado un escalamiento del conflicto armado en el que han aparecido en escena muchos más grupos armados con diferentes intereses, pero con una necesidad en común, la de adherir a su poder territorios y con ellos sus poblaciones.
Frente a estos hechos es imposible no sentir lo que desde muchos sectores ya se expresa, que hemos retrocedido en el tiempo en materia de seguridad y que el proceso de paz solo fue un corto oasis del que salimos abruptamente, sobre todo cuando ocurrió el cambio de Gobierno.
A pesar de la evidente crisis de derechos humanos y de la urgente necesidad de intervención para proteger la vida de todos y todas y, en particular, de las personas defensoras de derechos humanos, el actual Gobierno de Iván Duque ha optado por tomar posiciones opuestas a su deber de ofrecer garantías y ha dejado en un segundo nivel la difícil situación que atraviesan los defensores y las defensoras, dedicándose, en su lugar, a poner otros temas en el centro, como el de la economía naranja.
De ahí que el presente informe lleve por nombre La naranja mecánica, pues el Gobierno nos ha mostrado en estos meses que lo naranja es lo prioritario, pues cruza, incluso, todo el Plan Nacional de Desarrollo, pero a su vez ha dejado ver que ese marcado interés por la economía y su puesta en la opinión pública es una manera de omitir y desaparecer asuntos mucho más importantes actualmente,como la Paz.
Informe completo aquí:
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Imagen: Asociación Minga