Informe – Erradicacion forzada de cultivos de coca en territorio de la ZRCPA.
Puerto Asis, Putumayo.
El pasado domingo 20 de agosto hacia las 10:00 a.m. en la comunidad de Bocana de Cuembí, Zona de Reserva Campesina Perla Amazónica, un helicóptero de la policía antinarcóticos, desembarcó unidades policiales para desarrollar proceso de fumigación terrestre con glifosato.
Los uniformados, sin permitir el diálogo con la comunidad, procedieron a la aspersión terrestre con glifosato sobre los cultivos de por lo menos dos familias de la comunidad.
La comunidad solicitó no utilizar el químico del glifosato, dado que este veneno afecta los procesos de meliponicultura que las familias vienen desarrollando en este territorio, así como la restauración ambiental que promueven.
En días anteriores, el pasado miércoles 16 de agosto, hacia las 9:00 a.m. en la comunidad de San Salvador, Zona de Reserva Campesina Perla Amazónica un helicóptero de la policía nacional desembarcó por lo menos veinte uniformados y realizó el mismo proceso de fumigación terrestre con glifosato.
Los uniformados asperjaron con glifosato cultivos de coca pertenecientes a dos familias de la comunidad de San Salvador.
Una hora más tarde, hacia las 10:00 a.m. los uniformados llegaron hasta la comunidad de la Juvenil, perteneciente también a la ZRCPA y nuevamente realizaron aspersión terrestre con glifosato, esta vez sobre tres cultivos de familias de la comunidad de Juvenil.
Las acciones de los uniformados contradicen la disposición que ha manifestado el presidente Gustavo Petro sobre procesos de sustitución voluntaria y reconversión económica.
Las comunidades de la ZRCPA han mostrado disposición a procesos de sustitución voluntaria, en el programa PNIS, los pobladores de la ZRCPA cumplieron su parte levantando sus cultivos de coca, sin embargo, el Estado colombiano incumplió su parte al no asumir lo correspondiente a inversión que garantizara el cambio de la actividad.
Como es conocido ampliamente el glifosato es un producto letal que afecta los ecosistemas existentes en el territorio, contamina el agua, además de afectar siembras de pan coger de las familias que no viven de la actividad de la siembra de la hoja de coca. La aspersión con este veneno contribuye al deterioro ambiental de un ecosistema tan importante como la Amazonía colombiana que viene siendo afectada por otras prácticas como la explotación minero-energética, petróleo, oro, cobre, deforestación, etc.
Es necesario claridades respecto a la continuidad de estas acciones que generan incertidumbre en las comunidades en medio de una fuerte crisis económica en toda la región.
Con profunda preocupación.
Bogotá D.C 23 de agosto de 2023.
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz.