Informe – Asesinato de líder campesino y enfrentamiento armado por estructuras ilegales en disputa, en medio de la población civil, incrementa el riesgo de las comunidades campesinas de Inzá – Cauca.
El pasado miércoles 12 de marzo, hacia las 4:00 p.m., la comunidad campesina de Alto San Miguel, en el corregimiento de Pedregal, Inza, Cauca, quedó atrapada en el fuego cruzado por enfrentamientos entre el ELN y el bloque occidental Jacobo Arenas, que disputan el territorio, generando zozobra y temor entre los habitantes.
Una vivienda, utilizada por uno de los grupos armados para estacionar los vehículos en los que se movilizaban, fue impactada por explosivos. Afortunadamente, en el momento del ataque no había personas en su interior.
Según testigos, en la zona se registraron sobrevuelos del denominado “avión fantasma”, lo que incrementó la preocupación de la población.
El jueves 13 de marzo, alrededor de la 1:00 p.m., en San Miguel, hombres armados sin identificar, irrumpieron en la vivienda del líder comunal ERNESTO MUÑOZ CASAMACHÍN, integrante de la Asociación Campesina de Inzá Tierradentro (ACIT). De manera violenta, lo obligaron a subir a un vehículo y se lo llevaron con rumbo desconocido.
El viernes 14 de marzo, tras una intensa búsqueda, su cuerpo fue hallado sin vida en el sector del Puente Quebrada El Chorrerón, en el corregimiento de Itaibe, municipio de Páez. Presentaba múltiples impactos de arma de fuego en la cabeza y el pecho.
Las comunidades de San Miguel, San Rafael, San José, Santa Teresa y otros caseríos del corregimiento de Pedregal se han caracterizado históricamente por su laboriosidad, solidaridad y trabajo comunitario. Hasta hace aproximadamente dos años, esta zona era un territorio tranquilo, sin presencia de grupos armados ni cultivos ilícitos. Sin embargo, en la actualidad, estas comunidades viven en una constante incertidumbre debido a la presión y el control ejercidos por los grupos armados ilegales.
En esta región, el frente Dagoberto Ramos, del denominado Bloque Occidental Jacobo Arenas, y el ELN mantienen una disputa territorial. Prueba de ello, son los combates registrados el pasado viernes 17 de enero en el caserío La Floresta, en este mismo corregimiento. O los asesinatos en la vía Inzá-La Plata, dónde el pasado 26 de febrero fueron ultimados padre e hijo, integrantes de la guardia indígena.
El pasado miércoles 26 de febrero en horas de la tarde. En el caserío El Hato, corregimiento de San Andrés de Pisimbala, Inzá, sobre la vía Transversal el Libertador, fueron asesinados dos comuneros indígenas JHORMAN ANDREY QUINTO CUNACUÉ y su hijo menor de edad DANY ALEXANDER QUINTO LIZ.
El sábado 01 de marzo, en la madrugada fue asesinado el joven ELMER DUVAN PENCUE, en el caserío Alto de la Cruz, del resguardo La Gaitana. El domingo 02 de marzo, en el centro poblado de San Andrés de Pisimbala en horas de la noche fue asesinado el comunero LORENZO MUSSE.
Hacemos un llamado urgente a las entidades encargadas de la prevención, protección y garantía de los DH, como la Unidad de Víctimas, la Oficina de Paz, la Defensoría del Pueblo, y demás a atender con diligencia la situación de las comunidades rurales de esta región y prevenir más daños irreparables a la vida e integridad de la población civil.
Instamos al Gobierno Nacional a atender de manera integral la crisis social y humanitaria que su ausencia, falta de autoridad e intervención eficaz ha ocasionado dejando a la deriva las comunidades campesinas, quienes deben hoy llorar la muerte de uno de sus líderes, y que a diario padecen la vulnerabilidad ante la agudización y degradación del conflicto armado.
Con profundo dolor de patria.
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz.