Informe – Asesinado gobernador Nasa del Cabildo Tata Wala. Puerto Caicedo, Putumayo.
El día de ayer, domingo 09 de febrero hacia las 6:30 p.m. fue asesinado el gobernador indígena del cabildo Tata Wala SAMIR MONTERO, cuando junto con su esposa MARTHA BECERRA SOLARTE salían de su finca ubicada en el lugar conocido como Las Planadas, en cercanías a Santa Ana y el Ferry.
El gobernador SAMIR recibió dos impactos de fuego en la cabeza y murió en el lugar. Su esposa quedó gravemente herida en las piernas y el abdomen, siendo trasladada en ambulancia a un centro de salud de Puerto Asís, donde se encuentra con diagnóstico estable. Del ataque se conoce que un hombre que merodeaba la finca, disparó contra la pareja.
Cabe mencionar que en Santa Ana está ubicada la base del Ejercito – Batallón de Artilleria No 27- General Luis Ernesto Ordoñez Castillo, responsable de la seguridad en la zona.
Las comunidades indígenas y campesinas del Putumayo se encuentran indefensas ante el recrudecimiento del conflicto armado y la ausencia de garantías de los derechos fundamentales como la vida, la integridad, la libertad y defensa de los DH y el ambiente.
Hasta el momento ninguna de las estructuras armadas se ha atribuido la autoría de este lamentable hecho que enluta al pueblo indígena nasa del Putumayo y deja a tres hijos huérfanos de padre.
Urge que el Gobierno Nacional tome las medidas necesarias para proteger y salvaguardar la vida e integridad del pueblo Nasa del Putumayo y de las comunidades campesinas que se ven impactadas por el conflicto armado.
Urge que los Ministerios de Defensa, Interior, Ambiente, la Oficina del Consejero Comisionado de Paz, la Unidad de Atención a las Víctimas asuman con decisión y eficiencia la política de protección y atención a las comunidades en el Putumayo, para prevenir más daños irreparables a la población civil.
Al Presidente de la República garantizar para el Putumayo y Colombia el derecho constitucional a la paz. Los territorios de la ruralidad colombiana no pueden seguir sumidos en el control, el silenciamiento y la intimidación de las estructuras armadas.
La vida debe prevalecer como don sagrado ante cualquier interés político económico o armado.
Con profundo dolor de patria,
Comisión Intereclesial de Justica y Paz.
Bogotá D.C 10 de febrero de 2025.