Operaciones de AGC en predios colectivos
El pasado jueves 16 de agosto, a las 9:00 p.m., integrantes de la Zona Humanitaria Nueva Esperanza, territorio colectivo de Jiguamiandó, observaron que un grupo de presumibles neoparamilitares de las AGC, maltrataron a un joven a las afueras del lugar humanitario.
En el punto conocido como el camellón en dirección a La Bonga, dos hombres del grupo armado ilegal, le gritaban mientras le golpeaban al parecer por negarse a vincularse a su estructura criminal.
Cuando los presumibles AGC constataron que les habían visto, y la comunidad de la Zona Humanitaria salió en apoyo del atropellado, estos huyeron del lugar.
Desde hace dos meses la tensión en el territorio colectivo y los resguardos indígenas de Jiguamiandó se incrementó debido a las operaciones del ELN en la parte baja y el control social territorial desde el nacimiento río por parte de las AGC con empadronamiento, restricciones a la movilidad y reclutamientos, que suceden con la omisión y la complicidad de la fuerza pública asentada en Mutatá, Pavarandó y Llano Rico.
Días antes, el lunes 13 de agosto, Bernardo Molina integrante del Concejo Comunitario Nueva Esperanza, Jiguamiandó fue hostigado por hombres vestidos de civil, con armas, en operación de tipo paramilitar.
Ese día, desde las 8.00 am y hasta eso de la 1.00 pm pudo trabajar en su parcela de arroz, yuca y plátano debido a la presencia de un grupo armado que le hostigaron.
La propiedad en la que se encontraba trabajando Bernardo y a la que llegaron los AGC se encuentra a 1000 mts de la Zona Humanitaria en el punto conocido como Boca Canal de Las Menas
Dos días después, el miércoles 15 de agosto, sobre las 11.00 a.m., Bernardo fue buscado en su parcela ubicada cerca a la Zona Humanitaria, por tres hombres.
Bernardo, el martes 31 de julio participó en una jornada realizada en Uradá, Jiguamiandó convocada por integrantes de los ETCR en dinámicas de reconciliación en la que participó con base en su mandato la Misión de NU de Secretario General.
En el encuentro con integrantes del Consejo Comunitario de Jiguamiandó los excombatientes presentaron su plan de vida y proyectos socio ambientales buscando el apoyo de las comunidadesafrocolombianas y afromestizas, organismos de Derechos Humanos e Internacionales para la constitución de una Zona Humanitaria en Uradá.
Bernardo y otros líderes asumieron compromisos y propuestas de solidaridad con los excombatientes lo que le ha significado estigmatizaciones y los hostigamientos. La situación de Bernardo demuestra el escaso respaldo institucional en procesos de reconciliación, los riesgos que significan la interacción solidaria de comunidades y excombatientes, y el ambiente negativo frente a los que realizan apuestas de paz.
La crisis humanitaria de derechos humanos continúa sin resolverse debido a la responsabilidad del Estado con una de las partes como las AGC, a las infracciones del derecho humanitario por parte de unidades del ELN, así como, ante el incumplimiento del Estado en el proceso de restitución de tierras y de reparaciones colectivas, y la ausencia de medidas de protección ambiental.
Bogotá D.C., 19 de agosto de 2018
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz