Hostigamiento a defensores de DDHH
Ayer, a las 5:40 p.m., en el área rural del corregimiento de Galíndez, municipio del Patía, Cauca, la defensora de DDHH de la Comisión de Justicia y Paz, Milbia Díaz en compañía de un pasante tecnólogo en gestión de recursos ambientales, fueron blanco de hostigamientos por hombres motorizados de la empresa de minería Asociación de Areneros de Galíndez (ASAREGA).
La defensora, en compañía del gestor de recursos ambientales y miembros de la comunidad realizaban una verificación sobre las afectaciones que la explotación de material de arrastre hace sobre el cauce y ribera del río Dos Ríos, cuerpo de agua que adopta este nombre en el punto de confluencia entre los ríos San Jorge y Guachicono.
La observación se realizó en la parte baja del lugar de explotación de la empresa ASAREGA, identificada con NIT 817005027 — 5, propietaria y peticionaria de la licencia ambiental del título minero IHH-14591 y localizada bajo las coordenadas 705712.40N y 991186.60E.
Cuando la defensora se disponía a salir del casco urbano de Galíndez en dirección hacia El Bordo, fue abordada por sujetos que fueron identificados como asociados y operarios de la ASAREGA y responden a los nombres de Elder Alemeza, Valentín Velázquez , Otiliano González, Ilder Zapata y por un sujeto conocido por todos como “Mauricio”.
Los hombres atravesaron sus motocicletas de alto cilindraje impidiendo el paso de Milbia, el tecnólogo y dos miembros de la comunidad.
De manera agresiva e insistente reclamaron a la defensora estar haciendo los ejercicios de verificación, exigieron que mostrara las acreditaciones que le permitían irrumpir en una zona privada.
La obstrucción y hostigamiento se extendió por un lapso de 20 minutos.
Los miembros de la comunidad que también fueron víctimas de las agresiones e insultos son Enrique Velazco, Rosaira Urresqui, ambos propietarios de predios que están siendo afectados por la transformación del cauce del río como consecuencia de la acción de la empresa minera.
Según afirmaron los hombres de ASAREGA, esas afectaciones son anteriores a la presencia de la empresa; añadieron además, que Enrique no es un reclamante legítimo por no hacer parte de la comunidad.
Uno de los trabajadores de manera violenta y amenazante, aseguró que si la gente seguía “jodiendo” se unirían a la explotación que se realiza aguas abajo, a la altura del puente que limita a El Pilón, corregimiento de Mercaderes y Galíndez en el Patía. Según aseguró el trabajador, ahora sí la gente se iba a joder, porque ese título es de propiedad de Contecha.
Una fuente cercana aseguró que hacia las 5:20 p.m. los trabajadores estuvieron buscando y preguntando por la defensora en el casco urbano del corregimiento de Galíndez.
En la verificación realizada en horas de la mañana, antes del hostigamiento, se constató que en lugar de la explotación de material del río, existen depresiones que alcanzan una profundidad de casi tres metros, esta condición en el lecho del río aumenta la velocidad del cauce y por ende golpea directamente en la zona de ribera, lugar donde se ubican los predios de las familias afectadas; adicionalmente, esta transformaciones generan procesos de erosión y perdida de cultivos.
Bogotá, D.C., agosto 26 de 2017
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz