Hernán Bedoya y Mario Castaño.
“En Memoria de Hernán Bedoya y Mario Castaño
Comunidades de las zonas humanitarias y de biodiversidad nos dimos cita con la esperanza, con la firmeza, con la fortaleza, con la tenacidad, con la templanza, con la alegría, con la unidad, con la familia, con la hermandad, con la solidaridad para continuar afirmando el ideal de construir otras realidades, otros mundos posibles donde el respeto es una parte del camino hacia la paz, recogiendo el legado de nuestros.
Mario, en su andar en el camino, en abrir trochas y sembrar su pancoger, inicio su carrera, reclamando sus derechos vulnerados, poco a poco se fue convirtiendo en un gran líder, un líder que nos brinda, la oportunidad de asumir retos, porque en este momento nos toca. Asumir con compromiso, valentía, dignidad, la oportunidad de obtener el sueño de tener la tierra liberada de todo vicio y mala fe, para el goce, uso y disfrute del territorio de nuestras generaciones.
Cómo Hernán también, quien ejemplifica al líder que tiene pasión por lo que hace; nos invita a continuar el camino para poder llegar a la siguiente posta, en el logro de un peldaño más de la liberación de la tierra.
Igual que Orlando Valencia, Walberto Hoyos, Manuel Moya y todos los líderes, que son nuestros caudillos, nos dejan su mensaje, que recibimos en la mano para continuar dando los pasos necesarios al logro del sueño anhelado, Una tierra libre.
Hacemos un reconocimiento a la vida, Gracias Mario por tu aporte, Gracias Hernán Por tu aporte. Y, Gracias a todos y cada uno de nuestros líderes que continúan en el caminar como Erasmo Sierra, Eustaquio Polo, María Chaverra, Enrique Petro, quienes han entregado su vida, y sus mejores años en correr el camino de un mejor existir. Gracias por su templanza, su tenacidad, por su constancia y dedición.
La Luz está encendida, las manos firmes y fuertes empuñamos la misión, para continuar, caminando hacia la construcción de la paz.
Los líderes que hace un año cubrieron sus rostros para denunciar las muertes de Hernán, Mario y otros 136 líderes sociales asesinados en el resto del país ofrecieron a las cámaras del mundo una imagen que deja un eco persistente en la memoria y que se a traducido en presiones internacionales para que Colombia evalué la grave situación de derechos humanos durante la implementación temprana de los acuerdos de 2016; hoy un año después, nos encontramos en un escenario de congelamiento de los diálogos con el ELN e incumplimiento de los acuerdos alcanzados con las FARC-EP, la posesión de un gobierno títere de los corruptos y los victimarios, de las nuevas amenazas a líderes, a los bombardeos y ametrallamientos a nuestros territorios y al silencio e impotencia de las instituciones públicas.
Esas imágenes del pasado dejan un eco en la memoria reflejada en rostros cubiertos por el miedo y el silencio, pero detrás de cada máscara se esconde un rostro que está lleno de resistencia, de valentía, rostros que deambularon en la selva por años y que nunca se dejaron arrebatar la dignidad, rostros que fueron testigos del monocultivo y que segaron la palma para sembrar plátano, arroz, yuca; rostros que no agachan la mirada ante la de sus victimarios y no ceden un milímetro de su territorio al proyecto empresarial y criminal que aún hoy sigue tumbando nuestros ranchos, nuestras cercas, los avisos de nuestras zonas de Biodiversidad y zonas humanitarias pero que de ninguna manera tumbarán nuestra lucha por el territorio y la paz con justicia socioambiental.
Está es una invitación para quitarnos el velo del miedo, porque es el miedo lo que no nos deja mostrar quienes somos, que hacemos, cuales son nuestras justas luchas, en nuestros rostros están los rostros de nuestros padres, nuestros patriarcas y nuestras víctimas de aquí saldrá un grupo de líderes a Jurisdicción especial de Paz, un primer logro colectivo y es el primer pasó para llegar al la reconciliación y el perdón en nuestro territorio.”
Comunidades de las zonas humanitarias y de biodiversidad, 8 de diciembre 2018.