Harold Ordoñez y los falsos positivos judiciales
Por estos días he presenciado la audiencia que se le sigue a Harold Ordoñez, un reincorporado de las extintas FARC, a quien la Policía , el Ejército y la Fiscalía señalan de ser un peligroso comandante guerrillero que hoy lidera un contingente de hombres que decidieron rearmarse y conformar la columna Adán Izquierdo de las disidencias. Dicen los tres organismos estatales que ese comandante se llama Óscar y que Óscar es el mismo Harold Ordoñez quien desde hace tres años se la ha pasado cometiendo diferentes delitos en las montañas de Sevilla, Tuluá y Buga, allá en la cordillera central.
La captura de Harold fue muy publicitada por los medios que, como de costumbre, difundieron las voces oficiales sin ninguna contrastación. Una de esas voces fue la del director general de la Policía, el General Jorge Luis Vargas. Dijo el General que Harold había cometido atroces asesinatos, y le encimó los de los líderes sociales. Eso lo dijo mientras transcurría la audiencia, y en la audiencia nunca sonaron esos cargos; sonaba, eso sí, la brillante intervención del abogado defensor Elmer Montaña quien, uno a uno, fue pulverizando los señalamientos contra el imputado.
Con testigos presenciales como el Secretario de Paz de la gobernación del Valle, Orlando Riascos, y una de sus funcionarias, Estefany Collazos, se comprobó que el detenido es contratista de la gobernación y que día a día cumple sus funciones en la oficina, en reuniones virtuales o en las misiones en terreno a las que lo envía su despacho. También el jurista Montaña presentó ante la juez que lleva el caso certificaciones que dan fe de que Harold Ordoñez es un juicioso estudiante de una maestría en la Universidad Javeriana de Cali, con calificaciones promedio de 4.85 y con los mejores elogios del director de su trabajo de tesis que, a propósito, tendrá que defender este próximo sábado 13 de septiembre.
Igualmente, Elmer Montaña exhibió abundante documentación que prueba que Ordoñez Botero alquila una casa en Palmira en donde vive con su esposa y su hijita de cinco años, que paga cumplidamente el arriendo, los servicios de telefonía celular y hasta las multas de tránsito.
Pero tal vez la prueba más contundente de que Harold Ordoñez no es el temible comandante de las disidencias que el temible Estado le adjudica es el rastro que quedó en Google de su teléfono. Como hasta los infieles esposos sabrán, Google sigue paso a paso los movimientos de cada abonado telefónico que tenga su cuenta asociada a esta herramienta tecnológica. Pues bien, el abogado demostró, con esos mapas que solo arroja Google, que los desplazamientos que hizo Harold en las fechas en que le adjudican los terribles crímenes fueron de la casa al trabajo y del trabajo a la casa. Es más, en uno de esos días salió de la casa, a encontrarse con su director de tesis. ¡Contundente!
Ante tremenda prueba el fiscal del caso quedó mudo, no las refutó, no musitó palabra, y lo único que dijo fue que Harold es Óscar porque así lo dijeron un soldado y dos funcionarios de la alcaldía de Sevilla. Increíble: si yo digo que la noche es día, entonces es día, ¡y punto! Hola, ¿por eso le pagan a nuestros funcionarios judiciales: por conseguir falsos testigos, y no por recopilar testimonios y material fehaciente?
Mañana la juez dictará el fallo. Estoy convencido de que Harold saldrá libre. Su inocencia quedará demostrada y en la lona quedará uno más de los más burdos montajes judiciales que a diario tienen que padecer miles de personas en Colombia.
Raúl Ramírez
Periodista
Santiago de Cali, septiembre 5 del 2021.
Imagen: Canal Dos de Cali