Graves infraciones al derecho humanitario
En desarrollo de la guerra de guerrillas en Cacarica, las FARC EP han cometido una serie de daños irreparables a la vida e integridad de personas a las que conciben como auxiliares, informantes de las Fuerzas Militares y paramilitares.
Entre las víctimas se encuentran dos indígenas Embera de la familia DOMICÓ, que fueron desplazados del río Salaquí por amenazas paramilitares y se refugiaron en Cacarica. Igualmente un afrocolombiano de los concejos comunitarios de Cacarica, JAVIER ÁVILA y de un comerciante y curandero de nombre LUIS RAMÍREZ, a quien acusaron de ser informante de la policía y de acosar sexualmente a niñas.
Estos asesinatos han ocurrido en medio de ofensivas militares de la fuerza pública y de una serie de confrontaciones armadas entre la guerrilla de las FARC EP y efectivos de la brigada 17 en las partes medias y altas de la región de Cacarica.
Simultáneamente sobre las partes bajas del territorio colectivo de Cacarica y el río Atrato los controles y la movilidad de los paramilitares de las “Águilas Negras” se han intensificado. Retenes sobre el río Atrato y algunos afluentes, movilidad y acceso sobre los caseríos de La Honda y Tumaradó son parte de las operaciones paramilitares en medio del control fluvial de las fuerzas militares.
Los sentimientos de temor, la zozobra y la eventualidad de un nuevo desplazamiento de la población por las operaciones militares de las partes son los resultados de este escenario de la guerra.
Para más información leer constancia
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz