Gobierno no reconoce a las víctimas de crímenes de Estado en el marco de la entrega del Premio Nobel de la Paz
Lamentamos la ausencia de representantes de víctimas del Estado, en un escenario tan emblemático como este. Las víctimas en Colombia son un amplio y diverso universo, así lo demuestran también numerosas sentencias internacionales como la de la masacre de La Rochela, Mapiripán, Santo Domingo, el Palacio de Justicia o el asesinato del senador Manuel Cepeda Vargas. Pese a esto, se insiste en invisibilizarlas.
diciembre de 2016.- Hoy, 10 de diciembre, en el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos, el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice) saluda al Presidente de la República Juan Manuel Santos por el Premio Nobel de Paz recibido en la ciudad de Oslo, que se constituye en un respaldo de la comunidad internacional a la búsqueda de la paz en Colombia y un llamado para seguir trabajando por su pronta implementación y el cumplimiento de lo acordado.
Al recibir el galardón, el presidente expresó que lo recibía en nombre de las víctimas cuyas vidas han sido devastadas. Aseguró que el mayor anhelo de quienes han padecido el conflicto armado es la justicia, pero sobre todo la verdad, y que con espíritu generoso luchan por que no haya más víctimas como ellas.
Es por ello que lamentamos la ausencia de representantes de víctimas del Estado, en un escenario tan emblemático como este. Las víctimas en Colombia son un amplio y diverso universo, así lo demuestran también numerosas sentencias internacionales como la de la masacre de La Rochela, Mapiripán, Santo Domingo, el Palacio de Justicia o el asesinato del senador Manuel Cepeda Vargas. Pese a esto, se insiste en invisibilizarlas.
Son miles las víctimas ocasionadas por la acción y/u omisión de agentes del Estado y estructuras paramilitares, que originaron graves violaciones a los derechos humanos e infracciones al derecho internacional humanitario a través del doloroso delito de la desaparición forzada, las ejecuciones extrajudiciales, las prácticas de genocidio político, torturas, desplazamiento forzado, despojo de tierras, entre otras, contra líderes sociales, políticos y de derechos humanos; prácticas que todavía hoy no han cesado. El asesinato de más 70 líderes sociales y de derechos humanos perpetrados en lo corrido del 2016 indica que estos poderes a nivel local y regional se mantienen.
Recordamos que el Acuerdo de La Habana será aplicado a todos los responsables de graves crímenes, incluidos los agentes del Estado, actores económicos, empresariales y beneficiarios de estos hechos. La garantía y respeto de los derechos a la verdad, la justicia y la reparación integral por parte de quienes, desde los poderes políticos, económicos y militares, impulsaron y toleraron estas prácticas de persecución sistemáticamente, y su desmonte serán la condición necesaria para la no repetición de estos crímenes.
Actualmente, la justicia colombiana está investigando a varios altos mandos militares, no sólo por omisión de responsabilidad en graves crímenes, sino también por su participación directa, de allí la urgencia que en la implementación del acuerdo se honren los compromisos internacionales del Estado colombiano y los principios establecidos en el Acuerdo final. Y, en consecuencia, que la responsabilidad de mando de agentes estatales se haga a la luz de lo establecido en el Artículo 28 del Estatuto de Roma.
Exhortamos al Estado Colombiano que en cumplimiento del Acuerdo final y con el fin de contribuir a la satisfacción de los derechos de las víctimas haga los actos tempranos de reconocimiento de responsabilidad colectiva por el daño causado y se pida perdón por los crímenes de Estado cometidos, como expresión de voluntad de contribuir a un definitivo NUNCA MÁS, tal y como lo establece el acuerdo.
El Movice seguirá trabajando porque en la implementación de los acuerdos se reconozcan sus derechos y se establezcan las reformas estructurales, que permitan la consolidación de una Fuerza Pública para la paz, el respeto a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario. Así mismo, en la promoción de un presupuesto que en lugar de la guerra, se dedique a la paz y a la justicia social como garantía de no repetición y de construcción de una paz estable y duradera.