Excombatientes de las Farc, el temor al exterminio
En estos días llegó una carta a la redacción de Colombia2020 desde el corregimiento de Carrizal, departamento de Antioquia. Fue escrita por una excombatiente de las Farc, que se hace llamar Mariana, y cuenta en detalle la tortura que ha vivido su familia en Norte de Santander. Aunque el dolor de la muerte parezca cada vez más paisaje en este país, ella lo cuenta con sentimientos profundos de tristeza e indefensión.
Sus días siguen siendo confusos. La tragedia de Mariana, en la guerra, y de Deisy Giraldo Salazar, en la vida civil, se revivió el pasado 28 de octubre. Ese día hombres armados secuestraron a su hermano Wuilinton Giraldo Salazar, sin que a la fecha se sepa su paradero, que por ser “familiar de guerrilleros”, le habrían dicho.
Su rapto se efectúo en zona rural de la ciudad de Cúcuta, en el vecino municipio de Puerto Santander. Giraldo estaba con dos hombres más, que fueron liberados tras el suceso y quienes informaron que al hermano de Mariana lo habrían asesinado y tirado al río Zulia.
Días antes, dice la excombatiente del entonces bloque Magdalena Medio de las Farc, el 28 de agosto de 2017 fue asesinado por hombres armados con dos impactos de bala su primo Norbey Tellez Ropero. Sucedió en el municipio de El Tarra (Norte de Santander).
“…Escribo estas líneas para hacer un recuento de la persecución y victimización que ha sufrido mi familia. La razón por la que me vi obligada a unirme como combatiente de las Farc-Ep, ya que fue el único lugar en donde encontré seguridad y protección de la intimidación paramilitar…”, dice la carta.
También narra cómo el sino trágico de su familia ha estado anclado a la guerra. Siendo muy niña, en el corregimiento Aserrío, municipio de Teorama (Norte de Santander), los paramilitares asesinaron a su tío Jesús Emel Téllez Duran, a quien le destrozaron la cara y el cuerpo, y luego, asesinaron a bala. “Ver a una persona que amaba en estas circunstancias, ha sido una de las imágenes más traumáticas e impactantes de mi vida”, rememora en su escrito.
La esposa de su tío Emanuel Giraldo también falleció, esta vez en los albores de la firma del acuerdo de paz entre el Estado y las Farc. La apuñalaron ocho veces el 30 de diciembre de 2016 mientras Giraldo pescaba en un riachuelo cercano a la finca en el Catatumbo. Cuando retornó a su vivienda el cuerpo de la señora estaba tirado en la tierra y junto a su bebé de un mes de nacido.
“Pongo en conocimiento que en mi familia hay tres integrantes del partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (Farc), aumentando el nivel de riesgo, por lo que se hace necesario que el Estado nos garantice la seguridad”, insiste Mariana en su escrito.
El último asesinato de un excombatiente de las Farc se registró el pasado 11 de noviembre en el municipio de Ituango (Antioquia). Según el coronel Carlos Mauricio Sierra, comandante del Departamento de Policía de Antioquia, Dalaider de Jesús Vásquez, conocido en la guerra como ‘Dala’, era excombatiente del frente 18 de las Farc y fue atacado en un establecimiento público de este municipio al norte del departamento. Estaba con otro exguerillero, quien resultó herido y se recuperó en el hospital de esa localidad.
Cerca de cumplirse un año de la firma del acuerdo de paz en el teatro Colón de Bogotá, el 26 de noviembre, a la fecha han sido asesinados 12 familiares de excombatientes de las Farc (3 mujeres y 9 hombres) y 32 exguerrilleros (hombres) en todo el país. Los datos son de la Comisión Nacional del Movimiento Político Marcha Patriótica y de la base de datos del partido Farc.
“Esto es algo que preocupa en los territorios, pues el Estado está incumpliendo con las garantías de seguridad y la reincorporación de los excombatientes. Además, no se le está respetando la vida a los familiares de la exguerrilla”, dijo Camilo Fagua, integrante del partido Farc.
En ese mismo sentido termina la carta de Mariana, quien en medio de la oscuridad tiene fe de encontrar a su hermano vivo para que no se sume a la lista de 32 miembros del partido Farc asesinados en los últimos doce meses:
“Solo espero que esta carta pueda generar una reflexión profunda frente a lo que está pasando con muchos de los líderes, excombatientes y en general integrantes del nuevo partido, ya que la firma de la paz y la construcción de una nueva Colombia, debe posibilitar reales garantías políticas y materiales de protección al derecho a la vida, como también el derecho a poder hacer política sin que nos maten”.
Fuente: https://colombia2020.elespectador.com/territorio/excombatientes-de-las-farc-el-temor-al-exterminio