‘Estoy aislado de mis compañeros hace 5 meses’, dice Pablo Emilio Moncayo en prueba de supervivencia
Delgado, ojeroso, con bigote, y una bufanda alrededor de su cuello aparece el sargento en poder de las Farc. “Señor presidente Uribe, abra las puertas, por favor, que quiero ser libre”, dice.
“Estoy motivado, espero nada más que no se le siga poniendo trabas a mi liberación y que con el apoyo de todos ustedes, de todos los colombianos, se logre la liberación de mis demás compañeros”, afirma Moncayo en el video, de aproximadamente cinco minutos.
Añade en el video que han “puesto tiempo valioso de sus vidas durante en cautiverio “con abnegación y sacrificio”. Por eso, reitera que “es justo que no nos nieguen el derecho a ser libres”, agrega en el video Moncayo.
Lo más llamativo de lo contado por el uniformado es que lleva cinco meses apartado de sus compañeros, lapso que coincide con el tiempo que ha pasado desde que las Farc revelaron su intención de liberarlo unilateralmente.
“Deambulo de un lado para otro por la selva, evitando bombardeos y ametrallamientos que ponen en peligro mi integridad”, relató. El sargento aprovechó la ocasión para dirigirse al Gobierno. “Señor presidente Uribe (golpea la mesa con su puño derecho): Abra las puertas, por favor, que quiero ser libre”, dijo con vehemencia.
Moncayo agradeció a los presidentes Hugo Chávez y Rafael Correa, así como a Piedad Córdoba y al resto de Colombianos por la Paz, sus gestiones para la liberación de los rehenes.
La guerrilla de las Farc anunció en abril pasado su intención de liberar unilateralmente a Moncayo, quien se encuentra plagiado desde el 21 de diciembre de 1997.
Desde hace un año y seis meses no se conocía una prueba de supervivencia del sargento.
El pasado mes de abril, las Farc anunciaron la liberación unilateral de Moncayo, pero el proceso para concretarla ha tenido un sinnúmero de tropiezos y sólo hasta la semana anterior pareció despejarse, cuando el presidente Álvaro Uribe autorizó a la senadora Córdoba para participar en el proceso de liberación, facilitado por la Cruz Roja y la Iglesia Católica.
Además, el Gobierno aceptó que esa guerrilla entregue a los plagiados de manera unilateral y no de forma simultánea, algo a lo que se había negado tajantemente en los últimos meses.
Sin embargo, el Gobierno pidió que el CICR y a Iglesia Católica obtengan una garantía de las Farc “para la liberación de la totalidad del grupo, y la entrega de los cadáveres de las personas asesinadas o muertas en cautiverio. Todo esto en un tiempo corto, para que no siga la tortura”.
También, que la guerrilla entregue pruebas de supervivencia o información fidedigna sobre los plagiados de quienes no hay noticias. En poder de las Farc permanecen secuestrados 24 militares y policías.