España ya no es más puerto de asilados

El bajón se ha dado también en la admisión a trámite de las peticiones porque las autoridades son mucho más severas en Barajas y porque los colombianos cada vez más se presentan con papeles falsos.


El bajón se ha dado también en la admisión a trámite de las peticiones porque las autoridades son mucho más severas en Barajas y porque los colombianos cada vez más se presentan con papeles falsos.

Cada vez menos las autoridades de inmigración del Aeropuerto de Barajas, en Madrid, escuchan a colombianos contar que han salido del país huyéndole a una amenaza de muerte de la guerrilla, de los paramilitares o de delincuentes comunes.

Ya escasean las escenas de nacionales que llegan a la terminal con un cartapacio lleno de actas de defunción y registros civiles, e incluso con grabaciones para justificar que su vida corre peligro.

En el último año y medio, España dejó de ser el tradicional puerto escogido por los colombianos para solicitar asilo y prácticamente el número de refugiados se quedó en los 314 que había en el 2007.

El número de peticiones ha caído en un 70 por ciento: mientras en el 2007 fueron 2.497 los nacionales que lo solicitaron, el año pasado fueron sólo 752 (el 16,6 por ciento del total). Y en lo corrido del 2009 la tendencia no ha sido diferente: se han conocido 64 solicitudes en el primer semestre, frente a las 250 del mismo periodo del 2008.

Pero este descenso no sólo ha sido para los colombianos, sino también para otros inmigrantes. De las 4.517 personas que pidieron asilo el año pasado (un 41 por ciento menos que el en 2007), sólo 151 lo obtuvieron.

Estos datos se desprenden del último informe de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (Cear), que dedicó un capítulo a la importante disminución de las solicitudes de protección de los colombianos en España.

¿Más severos en Barajas?

El bajón no sólo ha sido en las solicitudes sino, sobre todo, en la admisión a trámite de las peticiones.

Uno de los casos más recientes ocurrió el 25 de junio, cuando una colombiana que estaba acompañada por su hija, una niña de dos años de nacionalidad española, solicitó asilo en el aeropuerto con el argumento de que era perseguida en Colombia.

Los funcionarios de inmigración no creyeron su versión y le negaron el estatus, pero ella interpuso un hábeas corpus para que la Justicia revisara la decisión.

Sin embargo, el juez les dio la razón a las autoridades y decidió que la niña, por ser española, se podía quedar al cuidado de una familiar en Gerona, en Cataluña. La madre no accedió y tomó un vuelo de regreso a Colombia el primero de julio.

El año pasado, el 47 por ciento de los 752 colombianos que pidieron asilo tuvo que regresar a los pocos días al país porque desestimaron la petición. El resto (53 por ciento) fue admitido a trámite.

Para la Cear, que utiliza datos de la Oficina de Asilo y Refugio española (OAR), esta tendencia se debe al “severo endurecimiento a trámite en Barajas en el último trimestre del 2007”.

Entre el primero de enero y el 15 de octubre del 2007, el 60 por ciento fue admitido, pero desde esa fecha hasta finales de ese año el dato se desplomó al 16 por ciento.

“(La disminución) no se debe a una mejora sustancial de la situación en Colombia (…) sino al aumento desorbitado de la inadmisión a trámite en el último trimestre del 2007, que llevó a muchos colombianos a descartar la posibilidad de viajar a España para solicitar asilo”, afirma la Cear.

Lo grave es que una de las razones que tienen más peso en el descenso es que las autoridades encuentran que buena parte de los colombianos se presentan con papeles falsos o tienen historias contradictorias.

Entre los casos rechazados este año está el de un pintor que decía que era perseguido por los ‘paras’ en las comunas de Medellín porque en un encuentro habló sobre “la necesidad de un compromiso del mundo de la cultura en la búsqueda de la salida al conflicto”.

También dijo que sus pinturas incomodaban, que, al final, para el Tribunal no tenía relación alguna con su angustia, pues algunas tenían un carácter deportivo.

Otra historia fue la de un hombre que dijo ser de una ONG que nunca comprobó que existiera, o la de un colombiano que dijo estar huyendo del conflicto en Guinea, pero sólo aportó su relato para comprobarlo.

“No habiendo prueba, ni siquiera indiciaria, de su identidad ni de la verosimilitud de su relato, mal puede atenderse al mismo para autorizar su permanencia en España”, señalaron los magistrados.

Incluso, se detectaron redes que cobraban hasta 4.000 euros (casi 12 millones de pesos) por preparar los documentos y las historias para convencer a los funcionarios españoles de la necesidad de protección.

De abogados a comerciantes

En la última década, además, el perfil de los colombianos que piden asilo ha cambiado. Mientras antes había más casos de abogados, políticos e intelectuales, hoy lo más común es que lo pidan comerciantes y campesinos que son amenazados por no pagar vacunas o porque los tildan de colaboradores de la guerrilla o de los paramilitares, según le dijo a EL TIEMPO la Oficina del Alto Comisionado para los Refugiados de la ONU (Acnur) en España.

Según la agencia de Naciones Unidas, la admisión a trámite de las solicitudes de los colombianos está por el orden del 40 por ciento, cuando en promedio para las demás nacionalidades bordea el 53 por ciento.

Tanto Acnur como Cear han solicitado a la Justicia y al Gobierno español que no haya prejuicios al estudiar los casos y que no se generalice. “En ningún caso esto (la documentación falsa) puede justificar la política restrictiva de inadmisión a trámite, cuando incluso los propios solicitantes reconocieron y manifestaron el engaño cometido ante la necesidad imperiosa de solicitar el estatus de refugiado en España”, dice el informe de la Cear.

ANDRÉS GARIBELLO
PARA EL TIEMPO
MADRID