Entrevista al comandante Nicolás Rodríguez Bautista dirigente del ELN para los periódicos suizos
Somos conscientes que cada nuevo fracaso en el intento de alcanzar la paz, tiene graves repercusiones para el futuro de Colombia. Como ELN aspiramos, al igual que en ocasiones anteriores, que el esfuerzo en esta oportunidad tenga resultados positivos que marquen avances hacia la terminación del conflicto; pero llegar a este punto de cierre no depende solo de la insurgencia. El éxito depende en gran medida que el gobierno, como representante de la oligarquía, tenga voluntad de hacer cambios en el país y marchar hacia facilitar la paz.
P. Al comenzar la fase de negociación entre el Gobierno Nacional y las FARC, en un intento nuevo y decidido por alcanzar un acuerdo que ponga fin al prolongado conflicto armado interno que padece Colombia, ¿por qué no esta allí el Ejercito de Liberación Nacional (ELN), qué postura asume el ELN y cuales son sus exigencias para sumarse a dichas negociaciones?
R.– Nos alegra enviar por su intermedio un saludo respetuoso al hermano pueblo de Suiza y a su Gobierno. Cuando el presidente Juan Manuel Santos anuncio públicamente la apertura de diálogos con los compañeros de las FARC, nos hizo un llamado a iniciar también dicho proceso, nuestra respuesta fue pública y positiva. El ELN ha estado abierto a los diálogos para buscar la paz desde hace más de 20 años; con tres gobiernos ha dialogado con dicho propósito, el gobierno suizo nos ha acompañado como facilitador en algunos de ellos. Desafortunadamente no fructificaron aquellos esfuerzos como hubiésemos querido, debido a que la paz y la forma de llegar a ella, es concebida por las partes, desde puntos de vista contrapuestos. En este momento estamos abiertos a iniciar diálogos, sin condicionamientos, con el gobierno del Presidente Santos. Mas adelante y en el momento oportuno la opinión nacional e internacional tendrá conocimiento de sus desarrollos, en caso de concretarse. Tenemos toda la voluntad para unos diálogos serios, realistas que aborden las causas del conflicto interno que es de carácter social y armado. Obtener resultados es nuestro interés, pero éstos no dependen solo de nosotros.
P. Después de 50 años de lucha armada, ¿cree que es el momento propicio para que Colombia salga de ese caos de odio y de sangre en el que está sumida?
R. No solo ahora, sino desde mucho antes, debió estar abierto el camino hacia la paz. Pero no ha sido así, la clase en el poder ha preferido responder con violencia a los justos reclamos de la oposición política y social, de bienestar, libertad, soberanía y democracia. Y esa posición fue la que motivo el levantamiento armado de parte de la juventud colombiana en la década del sesenta del siglo pasado.
P. ¿Un fracaso en las negociaciones, hipotecaría por mucho tiempo la paz, que la gran mayoría de los colombianos anhelan?
R. Somos conscientes que cada nuevo fracaso en el intento de alcanzar la paz, tiene graves repercusiones para el futuro de Colombia. Como ELN aspiramos, al igual que en ocasiones anteriores, que el esfuerzo en esta oportunidad tenga resultados positivos que marquen avances hacia la terminación del conflicto; pero llegar a este punto de cierre no depende solo de la insurgencia. El éxito depende en gran medida que el gobierno, como representante de la oligarquía, tenga voluntad de hacer cambios en el país y marchar hacia facilitar la paz. Desde luego existen dificultades que atrancan y torpedean el avance hacia la paz, la principal, la actitud guerreristas de un sector poderoso de la clase en el poder que prioriza la pacificación mediante la guerra, como la vía para evitar los cambios que el país requiere y que el país siga igual sin cambiar nada.
P. Una paz negociada para que sea duradera, implicará reformas sustanciales que se ataquen a la raíz del conflicto, a su parecer ¿qué es lo prioritario?
R. Los orígenes del conflicto colombiano, son sociales, económicos y políticos, estamos convencidos que construir la paz, es buscar resolver esos problemas, si no es así, cualquier otro camino fracasa. En cómo llegar a un acuerdo de paz, hay profundas diferencias con éste y los anteriores gobiernos que representan la oligarquía colombiana, para quienes la paz se reduce a la desmovilización y desarme de las guerrillas. Este formato ya se ensayó y fracasó con otras guerrillas desmovilizadas, el país en vez de mejorar, profundizó las causas del conflicto. Este no es el camino, y en esto tenemos identidades con las grandes mayorías de la nación que conciben la paz, con transformaciones en el país. Esta contradicción hay que tratarla con mucha altura y es el asunto nodal del proceso, que si no se encuentra un punto de equilibrio se echaría a perder este nuevo esfuerzo.
P: ¿Cuál es la política del ELN en materia de recursos naturales y gran minería?
R. Colombia, al igual que el resto de países del Continente, ha sido vista por las grandes potencias, como la despensa que proporciona materia primas para su desarrollo; la historia latinoamericana es la del saqueo inclemente y la sobre explotación de su fuerza de trabajo. La respuesta de los pueblos ha sido la resistencia, desde cuando el imperio español a sangre y fuego invadió y ocupo nuestros territorios y saqueó sus riquezas. En el caso de Colombia, sus gobernantes no han tenido sentimiento de patria, ni identidad, ni interés en defender el patrimonio nacional; por el contrario han entregado nuestras riquezas naturales en bandeja de plata a los intereses imperialistas, a cambio de algunas “migajas” y de protegerles en el poder. La infamia más reciente es la del Presidente Santos, quien acaba de entregar 22 millones de hectáreas del territorio, a empresas transnacionales para que extraigan del subsuelo las riquezas naturales. Este plan convertirá a Colombia en un gigantesco socavón, y le producirá un daño irreversible en su ecosistema y al planeta, ya que parte del territorio entregado corresponde a la Amazonía, considerada el pulmón del mundo.
El ELN tiene una propuesta política para la explotación de los recursos naturales; hemos profundizado en mayor medida en lo referente a la petrolera, sustentada en la soberanía, la armonía con la naturaleza y que la riqueza, al ser patrimonio de la nación, contribuya al bienestar de población y al desarrollo del país. Para la explotación minera se requiere un acuerdo donde las comunidades, los ambientalistas y los trabajadores participen en democracia en las decisiones. Solo así se podrá resolver las profundas contradicción que existen respecto a la explotación minero energética.
P. ¿Qué peligros habrían que evitar, a toda costa, en este nuevo intento de construir la paz?
R.– La paz en Colombia la reclaman y quieren las grandes mayorías; tener voluntad de paz es interpretar los mas sentidos interese del pueblo y la nación; quien pugne por intereses distintos, se coloca en contra de la paz y le hace daño, esto hay que evitarlo a toda costa.
P.- ¿Cómo ve el futuro del ELN? ¿Consideran la posibilidad de abandonar la lucha armada y consagrar sus fuerzas a la lucha política?
R.– Esto no depende de nosotros exclusivamente. El pueblo del que somos sus hijos, siempre ha esperado que la clase en el poder, abra los causes para la lucha política con garantías. Cuando esta realidad se presente, la acción política discurrirá por sus vía propias y entonces, no serán necesarias las armas. Permitir que esta posibilidad se materialice, está en las manos de las oligarquía colombiana, ella tiene la palabra.
P. ¿Cómo valora el ELN la actitud del gobierno del Presidente Santos?
R. El Presidente Santos es uno de los más claros representantes de la clase dominante tradicionalista en el poder y defensor de los intereses de ésta oligarquía. Es consecuente y actúa de acuerdo con ella y de espaldas al pueblo. Él no es receptivo a las exigencias de las mayorías nacionales; bloquea las propuestas de los revolucionarios demócratas y patriotas que reclamamos una Colombia de justicia, equidad social, democrática y soberana. Éstos son nuestros sueños e ideales, y por los que luchamos hasta las últimas consecuencias. Que Santos entienda y se comprometa con hacer realidad la paz en Colombia, es el reto que tiene.
P. El mantenimiento de un ejército en guerra es costoso, ¿cómo se financia el ELN?
R. Estamos en guerra y nos financiamos con recursos arrebatados a los acaudalados de la clase gobernante; en menor medida con aportes de la militancia y colaboradores y con modestos aportes de la población que vive en los territorios donde estamos, desde hace casi 50 años. Los que integramos al ELN somos mujeres y hombres humildes que sabemos trabajar y tenemos amor al trabajo. Cuando las circunstancias lo permiten, laboramos junto a la población. Los costos para sostener esta fuerza son altos. Como hijos del pueblo vivimos con sencillez e inmensas privaciones. El dinero que conseguimos lo usamos para lo indispensable, somos austeros y no ostentosos y derrochadores. El número más alto de nuestros hombres y mujeres, no son los de fusil al hombro. Hay miles de militantes del ELN en las ciudades y en el campo, que viven como un poblador más. Usted puede relacionarse con nuestra militancia sin saberlo en una fábrica, en las universidades, en las barriadas, en las iglesias, en el campo, incluso fuera del país.
P. En el marco de las actuales negociaciones de paz, ¿puede aportar algo el gobierno suizo?
R.– El ELN siempre ha valorado, como un elemento importante para lograr la paz, la participación de la comunidad internacional. El pueblo y gobierno suizo, al igual que otros pueblos y gobiernos del mundo, tienen mucho que aportar al proceso de paz colombiano; en otras ocasiones que ha participado, hemos valorado su papel de facilitador, su hospitalidad y actitud de respeto a la acción soberana de las partes. Proponemos en esta ocasión que la comunidad internacional, a través de sus organizaciones populares, y sociales constituyan un ente internacional, que apoye la mesa de diálogo por la paz de Colombia y exija que la partes no se levanten, hasta cuando el proceso de paz esté tan avanzado, que la mesa no sea necesaria. Cuando el camino de la paz esté abierto, Colombia debe ser reconstruida material y espiritualmente y en esa obra gigantesca, Suiza y el resto de pueblos y gobiernos del mundo podrán brindarnos invaluables aportes.
P.– Le agradezco mucho haber tomado el tiempo de responder a mis preguntas, que espero reflejen las inquietudes de los ciudadanos suizos, a quienes pretendo informar. Y le deseo éxitos.
R- Gracias por preocuparse para que nuestra voz llegue a Suiza y cuando la mesa de diálogo esté constituida, lo invito para que haga otras entrevistas a nuestros negociadores. Muchas gracias.