Entre la Institucionalización paramilitar en Santafé de Ralito Nuevos asesinatos, control social y económico en el Ariari
“ Yo les diré Escuchen, jefes de mi pueblo, Señores de las tribus de Israel. ¿No deberían conocer lo que es justo? ¿ Por qué, pues, odian el bien y aman el mal? Ustedes descueran vivos a los de mi pueblo y les arrancan la carne de sus huesos. Se comen la carne de mi pueblo, y parten sus huesos y los echan a la olla.”
Miqueas 3, 1-3
RESUMEN
Mientras se desarrollaban combates entre “civiles” armados de la estrategia paramilitar y guerrilleros de las FARC EP, en la vereda La Macarena, en diversas circunstancias, el 25 de junio, los pocos pobladores que aún habitan en este caserío fueron usados como escudos humanos por parte de los paramilitares.
Desde la incursión paramilitar a este poblado, las casas de habitación, la es escuelas y los alrededores son usados por los paramilitares como lugares de control y de desarrollo de sus operaciones militares. En desarrollo de la ofensiva militar de las FARC EP los paramilitares usaron las viviendas como trincheras, y a los pobladores como escudos en su traslado por tierra. A pesar de la grave situación, los pobladores se mantienen en sus casas evitando ser desplazados y previniendo un desalojo de sus tierras.
Diez días después, el día 5 de julio de 2004 fue asesinado el señor ARTURO TRUJILLO de 72 años de edad, habitante del caserío Caño Embarrado, jurisdicción de Medellín del Ariari, municipio de El Castillo. En el sitio conocido como La Y de Puerto Unión, el poblador fue detenido en un retén paramilitar, sus restos aparecieron cerca de este lugar.
Domingo 19 de julio fue asesinado el joven GIOVANNI MOLINA de 22 años de edad, habitante del caserío Caño Embarrado, Jurisdicción de Medellín del Ariari, Municipio del El Castillo. GIOVANNI, fue retenido por cinco “civiles” armados, vestidos con prendas militares a las 14:00 horas en el sitio conocido como el Esquinazo en Medellín del Ariari, terminal de transportes.
En Villavicencio el control de tipo paramilitar se ha desarrollado a través de asesinatos selectivos de personas marginales, de puestos de control de personas y de bienes. Las autoridades omiten actuar a pesar de conocer de las caletas donde se encuentra armamento pesado de los paramilitares. La presencia paramilitar se desarrolla en los barrios marginales a donde se asientan los desplazados.
DETALLES
• Viernes 25 de junio entre las 10:00 y las 12:30 horas se presentaron combates entre “civiles” armados de la estrategia paramilitar y guerrilleros de las FARC- EP
Hacia las 10:00 horas los combates se iniciaron por una ofensiva militar de los guerrilleros de las FARC EP contra los paramilitares, en momentos que un grupo de campesinos del caserío La Macarena se dirigían hacia el poblado El Encanto, distante a 30 minutos a pie, donde se encuentra la bocatoma del acueducto para verificar el daño de la tubería.
Los campesinos escucharon disparos esporádicos y luego mientras continuaron su camino los mismos se incrementaron, cuando llegaron a la bocatoma del acueducto, muy cerca de Puerto Esperanza, escucharon con mayor insistencia bombazos y ráfagas de metralla.
Al regresar, aproximadamente a las 11:00 horas, pasaron por el caserío de Puerto Esperanza, que fue abandonado totalmente desde el 13 de febrero por la actuación de los paramilitares. Los campesinos observaron el saqueo de todas las viviendas, la destrucción de algunas de ellas, las ruinas de las instalaciones del colegio El Encanto, la destrucción del salón de sistemas de informática.
Después de 20 minutos de camino, en el sitio conocido como “La Bodega” El grupo de campesinos observó a un grupo de 20 “civiles” armados vestidos con prendas militares, quiénes se encontraban ocultos entre la maleza combatiendo con la guerrilla. Los pobladores levantaron las manos ante los paramilitares, presentándose como civiles, uno de los comandos ordenó al grupo de campesinos detenerse, preguntándoles “si la guerrilla los había sacado de Puerto Esperanza”, posteriormente el comando paramilitar los dejó ir.
Cinco minutos después, al llegar al sitio conocido como la Y, los campesinos fueron abordados por los paramilitares, quiénes les manifestaron: “que la guerrilla estaba disparando a los civiles”, inmediatamente los rodearon e iniciaron a caminar a su lado, los campesinos exigieron que se retiraran de su lado, pues los combates persistían y los estaban utilizando como escudos humanos. En vista de que los paramilitares no acataron la exigencia de los campesinos de separarse, del mantenimiento de los combates y el evidente uso que estaban haciendo de ellos para protegerse, estos decidieron acelerar el paso, tomar otro camino huyendo de la presencia paramilitar.
Minutos después, los campesinos llegaron al frente del sitio del “Broche” que conduce a la Escuela de La Macarena, donde se encontraban dos camionetas Toyota de estacas de los “civiles” armados de la estrategia paramilitar, unos vestidos de civil y otros con prendas militares. Entre los paramilitares se observó uno herido, son los que frecuentemente están en el casco urbano de El Castillo y en Medellín del Ariari, a la vista de las autoridades civiles, policiales y militares.
Simultáneamente en la parte alta del caserío de La Macarena, durante los combates tres paramilitares se atrincheraron en el interior de una vivienda, colocando en riesgo a sus habitantes, los que les exigieron permanentemente abandonar la casa. Cuando los tres paramilitares salieron de la casa se produjo un nuevo contacto armado con los guerrilleros. Situaciones similares del uso de los bienes de civiles como medio de protección se presentaron en las viviendas de los habitantes de La Macarena que aún allí se resisten a abandonar sus tierras.
A unos 10 minutos de la Escuela de La Macarena, tres guerrilleros de la FARC EP llegaron a la casa de un poblador buscando los equipos y un radio de los paramilitares. Luego de revisar las habitaciones les advirtieron a los moradores que no se comprometieran con las paramilitares ya que podrían verse perjudicados.
Días después de los combates aparecieron en el caserío de La Macarena personas extrañas a la región del Ariari con la oferta de comprar fincas de mínimo 35 Hectáreas para implementar el cultivo de palma aceitera. En las mismas fechas una finca de 42 hectáreas fue comprada por un comerciante con la perspectiva de cultivar palma aceitera. Las propuestas en torno al monocultivo surgen en medio de los controles militares que se desarrollan por las estructuras armadas de tipo paramilitar.
• Martes 6 de julio el cuerpo sin vida del mayor adulto ARTURO TRUJILLO de72 años de edad, habitante de la vereda Caño Embarrado fue encontrado con tres impactos de bala en su cabeza en el sitio conocido como La Y Puerto Unión en inmediaciones del caserío El Jardín.
ARTURO había bajado de la vereda Caño Embarrado el domingo 4 de julio a Medellín del Ariari a realizar el mercado para semana. Luego de hacer sus compras subió a un vehículo de servicio público que lo llevaría cerca de su vivienda. A las 14:30 horas en el sitio conocido como la Y de Puerto Unión cinco hombres armados de la estrategia paramilitar hicieron detener el vehículo en el cual viajaba, a todos lo pasajeros les registraron el mercado que llevaban. Al señor ARTURO lo apartaron de los demás pasajeros y le dijeron: “ese mercado es para la guerrilla”, sin dejarlo decir una palabra lo llevaron hacia un matorral, ordenando al conductor del vehículo continuar con su recorrido.
Su familia recogió el cuerpo en la mañana del miércoles 7 de julio, y lo llevaron hasta la cabecera municipal de El Castillo donde le hicieron la necropsia. El sepelio se realizó en la ciudad de Villavicencio ya que su familia tenía temor de permanecer mas en la Medellín del Ariari y El Castillo ya que los “civiles” armados de la estrategia paramilitar patrullan y controlan los cascos urbanos.
Los domingos, día de mercado, cuando los pocos campesinos que quedan en los poblados de la parte montañosa del municipio de El Castillo bajan a realizar el mercado para la semana son hostigados, perseguidos, amenazados y señalados por los “civiles” armados que permanecen en los cascos urbanos de Medellín del Ariari y el Castillo, diciéndoles que ellos son colaboradores de la guerrilla y que viene a comprar mercado para la guerrilla. Los “civiles” armados controlan el mercado y no dejan pasar más de $ 50.000 (U.S $ 21), en el sitio conocido como La Y de Puerto Unión, donde establecen un reten permanente, hecho que es conocido por las autoridades militares, policiales y civiles
• Domingo 19 de julio el joven GIOVANNI MOLINA, de 22 años de edad, habitante de la vereda Caño Embarrado, Jurisdicción de Medellín del Ariari, Municipio del El Castillo fue asesinado por los “civiles” armados de la estrategia paramilitar.
GIOVANNI fue retenido por cinco “civiles” armados, vestidos con prendas militares a las 14:00 horas en el sitio conocido como El Esquinazo en Medellín del Ariari, terminal de transporte terrestre a los poblados. Los paramilitares que se transportaban en una camioneta Toyota, tipo estacas, obligaron a subir a GIOVANNI a la misma, dirigiéndose luego en dirección hacia el poblado de El Jardín.
Al conocer los hechos los familiares de GIOVANNI iniciaron su búsqueda llegando al poblado El Jardín donde encontraron a varios de los paramilitares responsables del hecho y la camioneta “Toyota” en la que habían transportado forzadamente al joven. Los paramilitares expresaron que, ellos lo habían soltado.
El lunes 19 de julio, los familiares recibieron la noticia que el cuerpo sin vida de GIOVANNI se encontraba en el camino que del caserío El Jardín conduce a Caño Embarrado. GIOVANNY fue asesinado con tres disparos en la cabeza.
El sepelio de GIOVANNY se realizó en Villavicencio debido en medio del temor de la gente de ir a El Castillo o Medellín del Ariari.
En Villavicencio
En el mes de febrero de 2004, unidades del grupo GAULA realizaron un allanamiento en el billar de propiedad de DAGO PRIETO, barrio La Nohora, donde incautaron varias armas, municiones y uniformes, diciendo que “pertenecían a grupos ilegales de autodefensas”. De acuerdo con las versiones reunidas, este hecho no fue divulgado públicamente y los allí detenidos fueron dejados en libertad posteriormente.
Durante los meses de abril, mayo y junio de 2004 ocurrieron varios asesinatos en el barrio Ciudad Porfía de la ciudad de Villavicencio por parte de “civiles” armados de la estrategia paramilitar en desarrollo de la estrategia de control y legitimación social.
Los paramilitares ubican puestos de control y retenes a los habitantes del barrio, así como, requisas permanentes a los jóvenes. Los paramilitares vienen asesinando en rondas de la mal llamada “limpieza social” a jóvenes consumidores de droga y a habitantes que se dedican a la prostitución. Los “civiles” armados permanecen ubicados en la discoteca El Trébol, discoteca El Bacán y el Billar El Oasis, y el billar La Oficina, -ubicado a dos cuadras de la estación de la policía sin que se presente reacción alguna de las autoridades-, a pesar que ellos conocen de la movilidad y de la presencia paramilitar.
• Miércoles 5 de mayo hacia las 20:30 horas dos “civiles” armados de la estrategia paramilitar asesinaron a un joven en el barrio Ciudad Porfía de la ciudad de Villavicencio al parecer consumidor de psicotrópicos.
El joven se encontraba acompañado de una mujer en la esquina de su casa cuando se acercaron los dos paramilitares movilizándose en una bicicleta. Los paramilitares le dispararon al joven en tres ocasiones en la cabeza, minutos más tarde, cuando los familiares y vecinos salieron a percatarse de lo sucedido, los mismos paramilitares volvieron a pasar pero esta vez movilizándose en una motocicleta.
* Jueves 20 de mayo, en el barrio Las Américas de la ciudad de Villavicencio, “civiles” armados de la estrategia paramilitar asesinaron al transportador NELSON SEGURA de 32 años, de tres impactos de bala cuando se encontraba consumiendo una gaseosa. NELSON habitó en Medellín del Ariari y había sido amenazado por los paramilitares quienes lo señalaban de ser “colaborador de la guerrilla”.
* En la última semana de mayo de 2004, en horas de la noche aproximadamente, a las 23:30 horas, paramilitares asesinaron a un hombre y una mujer en el barrio Ciudad Porfía.
En horas de la noche una mujer en el mismo barrio fue asesinada por los paramilitares
Hacia las 20:30 horas, el señor ARNULFO NN, fue asesinado por paramilitares que le propinaron once impactos de bala cuando salía de su vivienda en el barrio Ciudad Porfía. Semanas atrás los paramilitares lo habían amenazado diciéndole que lo iban a asesinar
En este mismo mes paramilitares asesinaron a un habitante del barrio Ciudad Porfía quien se dedicaba a la venta de arepas y chorizos. Los paramilitares afirmaron, luego de asesinarlo, que lo hacían porque el señor era “informante” de la guerrilla.
• Lunes 5 de julio, en el barrio de invasión La Nohora de la ciudad de Villavicencio, la Policía de Ciudad Porfía convocó a los habitantes a una reunión en la cancha deportiva.
Hacia las 16:30 horas se dio inicio a la reunión, donde el comandante de la Policía de Ciudad Porfía expresó: “estamos preocupados por el robo de la caja del teléfono público… nosotros sabemos que aquí en La Nohora hay delincuentes… sabemos que hay casas donde están guardando armamento, por eso les exigimos que quien tenga información nos la haga saber, denuncien la presencia de estos elementos… ustedes saben que este es un asentamiento ilegal, es una invasión, así que puede ser que para el próximo mes se tengan que hacer algunos desalojos”. Los pobladores urbanos expresaron que las autoridades policiales conocían del movimiento de grupos de paramilitares y no han realizado ninguna acción preventiva por lo que las preocupaciones requieren es una actuación prontas y efectivas
La Nohora es un asentamiento de cientos de familias desplazadas, en su mayoría de la región del Ariari.
Las familias desplazadas viven en una situación dramática en términos humanitarios, la mayoría no ha recibido ayuda humanitaria por parte de la Red de Solidaridad Social, se encuentran viviendo debajo de plásticos, lonas, en pequeños cambuches.
En los barrios marginales como Porfía, La Reliquia, La Nohora, Pinilla, Los Maracos, Las Americas, ¡Ay mi llanura¡, a donde llegan la mayoría de los desplazados se realizan patrullajes por parte de tropas de la Brigada VII, la Policía Meta quienes no han dirigido sus acciones contra las estructuras clandestinas de tipo paramilitar sino contra pobladores, la mayoría de ellos empobrecidos y o desplazados violentamente de sus tierras. En algunas ocasiones han intimidado a la población expresando que: “no respondemos por lo que le pueda pasar a la personas que transiten por el barrio en horas de la noche… el que anda de noche es por basuquero o ladrón”.
Entre los paramilitares que operan en el barrio Ciudad Porfía, se encuentran CARLOS ROZO conocido como “El Burro”, quien vive en la calle 55 manzana 91 casa 26; JAVIER MESA quien vive en la calle 55 manzana 92 casa 15; “Chávez”, éste último permanentemente está indagando por la identidad y ubicación de los familiares de REYNALDO PERDOMO, defensor de derechos humanos asesinado por paramilitares en agosto 12 de 2003
LINEAS DE INTERPRETACION
En medio del proceso de institucionalización entre el gobierno de Álvaro Uribe Vélez y los “civiles” armados de la estrategia armada encubierta de tipo paramilitar en Santafé de Ralito, iniciadas el 2 de julio de 2004, entre los que se encuentra el Bloque Centauros, que antes se autodenominaban como “Autodefensa Campesinas de Córdoba y Urabá” y “Autodefensas Unidas de Colombia” al mando de MIGUEL ARROYABE, continúan las acciones de violaciones de derechos humanos, desapariciones, detenciones arbitrarias, asesinatos, torturas, retenes, saqueo de bienes, uso de civiles como escudos humanos.
Muchas de estas actuaciones se han realizado debido a la tolerancia, a la omisión, a la complicidad de agentes estatales de la Brigada VII – Batallón 21 Vargas y de la Policía Meta con sede en El Castillo y Medellín del Ariari. Desde el 2002 han coincidido el desarrollo de las actuaciones militares de las unidades regulares en el Ariari con la consolidación y cualificación de las estructuras encubiertas de tipo paramilitar que han iniciado una apropiación de tierras y la promoción e implementación de la siembra de Palma Aceitera.
Desde que se inició el gobierno de Álvaro Uribe Vélez y la aplicación de las políticas de “seguridad democrática”, las estructuras armadas encubiertas de tipo paramilitar se han fortalecido en los perímetros urbanos y en las zonas medias.
En el caso de Villavicencio, los “civiles” armados de la estrategia paramilitar dentro de su estrategia de control poblacional y de legitimación social han dirigido parte de sus actuaciones criminales contra los barrios habitados por los desplazados por la violencia socio política y contra marginales o personas “indeseables” en modelos de sociedad excluyente.
Los nuevos asesinatos se suman a los centenares de víctimas de asesinatos, torturas y desplazamiento que viene sufriendo la región del Ariari desde la culminación de los Diálogos entre el gobierno de Andrés Pastrana y la guerrilla de las FARC-EP.
Los crímenes se siguen cometiendo bajo la mirada cómplice de las autoridades civiles, policiales y militares.
No existe una investigación eficaz, imparcial, tendiente a esclarecer los más de 300 crímenes, la mayoría de ellos de Lesa Humanidad. La impunidad ha posibilitado que los hechos continúen repitiéndose.
En medio de los combates entre la guerrilla de las FARC-EP y las estructuras armadas encubiertas es cada vez más evidente que los paramilitares están usando como estrategia de combate la utilización de la población civil como escudos humanos.
La memoria de los asesinados, de los desaparecidos en la afirmación de los Derechos a la memoria, a la Vida, a la Justicia expresada en millares de testigos y de familiares y de comunidades de Caño Embarrado, Medellín del Ariari, El Castillo, Puerto Esperanza, La Macarena, los desplazados en Villavicencio, en Bogotá, Ibagué siguen siendo una voz de indignación, un clamor por una “paz auténtica” en una sociedad democrática y justa, ellas y ellos siguen siendo el espejo real de la “seguridad democrática”.
Bogotá, D.C 21 de julio de 2004
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz