¿En qué va el Acuerdo de Paz a un año de gobierno de Duque?
En el marco de la función de control político del Congreso de la República, los Representantes y Senadores abajo firmantes, hemos venido adelantando un proceso de seguimiento a la implementación del Acuerdo de Paz suscrito entre el Gobierno Nacional y las FARC.
Este informe recoge los principales retos que hemos identificado a lo largo del primer año del Gobierno del Presidente Iván Duque, y formula recomendaciones para garantizar su efectiva implementación. Desde distintas tendencias políticas, estamos convencidos de que la mejor manera de garantizar la no repetición del conflicto armado y la transformación de los territorios más afectados por la guerra, es cumpliendo a cabalidad con lo establecido en el Acuerdo de Paz. ***
El Acuerdo suscrito entre el Gobierno y las FARC en 2016 puso fin a más de medio siglo de conflicto armado y logró que 13.000 excombatientes dejaran las armas e hicieran tránsito a la legalidad. Pero garantizar su no repetición y hacer sostenible el proceso de construcción de paz, es aún una tarea pendiente.
Como lo ha señalado el Profesor John Paul Lederach del Instituto Kroc, el 50% de los países vuelven a la guerra durante los primeros 5 años después de la firma de un acuerdo de paz. En Colombia llevamos 2 años y medio desde la entrada en vigor del Acuerdo y, aunque en 2017 tuvimos la tasa de homicidios más baja de los últimos 40 años, 2018 demostró que ese proceso era supremamente frágil y que la violencia podía recrudecerse en cualquier momento.
Los puntos del Acuerdo de Paz no fueron capricho de las partes en la mesa de conversaciones. Fueron incluidos justamente como garantía de que el conflicto no volviera a resurgir.
Implementarlos implica atacar de manera directa las condiciones que permitieron que el conflicto se perpetuara durante tantos años. Por eso cuando a los habitantes de la Colombia urbana nos preocupa que la economía y la seguridad no vayan bien, pero somos indiferentes ante la implementación del Acuerdo de Paz en la Colombia rural, olvidamos que ha sido nuestra incapacidad para escuchar a esos territorios periféricos y para garantizar bienes y servicios básicos a sus habitantes, lo que ha generado el caldo de cultivo perfecto para que sigamos siendo un país violento, que mata a sus líderes sociales y de crecimiento económico por debajo de su potencial.
De ahí que más allá de los eslóganes sobre si el Gobierno de Iván Duque “ha hecho trizas la paz”, o si le apuesta a la construcción de la llamada “paz con legalidad”, a un año del inicio de su Gobierno resulta necesario hacer un corte de cuentas de en qué va la implementación del Acuerdo de Paz. La historia no le perdonaría a este Gobierno desaprovechar la oportunidad histórica que abrió el fin de la guerra entre el Gobierno y las FARC.
Informe%20Final%20Final.pdf by Anonymous UeGxFwA on Scribd