En apoyo a la desmilitarización de Haití
Sumaté con tu firma a la exigencia del retiro de las tropas extranjeras y la no renovación del mandato de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH)
Se piden firmas en
Al Secretario General de la ONU, Dr. Ban Ki Moon
A los gobiernos de los Estados integrantes del Consejo de Seguridad y de la MINUSTAH
A la comunidad internacional y opinión pública en general
Reciban nuestro saludo.
Es sorprendente y humillante señalar que “Haití es una amenaza para la Paz y la seguridad mundial”, como lo hace el Consejo de Seguridad de la ONU, año tras año, al ratificar la presencia ahí de una misión militar-policial llamada de estabilización, la MINUSTAH.
Afirmación que esconde la impunidad de las grandes potencias y la hipocresía que les permite intervenir militar, política y económicamente en Haití, aprovechando asimismo las prestaciones de otros.
Es justamente esa intervención, un laboratorio además de nuevas formas de dominación y control popular, la verdadera amenaza.
Durante años la intervención de tropas extranjeras, sean de Estados Unidos, Francia, otros poderes o ahora la MINUSTAH, no ha mejorado la vida del pueblo haitiano. Al contrario, su presencia atenta contra la soberanía y dignidad de ese pueblo y asegura un proceso de recolonización económica dirigido desde afuera por un virtual gobierno paralelo – la Comisión Interina de Reconstrucción de Haití – cuyos planes responden más a los prestamistas y empresarios que a los derechos de las y los haitianos.
Si esto no fuese suficiente, esa presencia interventora usurpa directamente 800 millones de USD por año (equivalentes a casi la mitad del presupuesto anual haitiano) de recursos que necesita el pueblo por su salud, educación, vivienda, agua y saneamiento, soberanía alimentaria y la generación de empleos. Y peor aún, la MINUSTAH viene abultando un verdadero prontuario criminal: abusa y viola a las mujeres y jóvenes y mata. Mata con balas cuando el pueblo resiste al hambre y mata con cólera: 5,000 haitianos, mujeres y hombres, muertos por la enfermedad introducida por la MINUSTAH. ¡Basta ya!
Exigimos el retiro inmediato de las tropas y la no-renovación del mandato de la MINUSTAH. El Consejo de Seguridad tendrá que tratar la situación de Haití, antes del 15 de octubre. Si quiere defender la Paz y la seguridad mundial, tendría además que garantizar la no intervención de cualquier presencia militar o policial extranjera en ese país, así como también la sanción y la reparación de los crímenes por estos cometidos.
Exhortamos también a los Estados y organismos involucrados, que revean con urgencia las políticas de cooperación regional e internacional con Haití. No se trata de solucionar los problemas que sí afectan a la paz y la seguridad social de ese pueblo con medidas coyunturales y asistenciales que agudizan la dependencia. El país necesita cambios donde el pueblo haitiano sea el protagonista de su propia vida y constructor de su propia historia. La presencia médica cubana es una muestra fehaciente de que otra cooperación es posible.
Haití, precursor y benefactor de las luchas antiesclavistas y anticoloniales en toda la región, renombrado por la creatividad de sus artistas y la fuerza organizativa de su pueblo, ha soportado a lo largo de su vida enormes depredaciones y calamidades. Pero también ha mostrado su lucha permanente y solidaria para construir alternativas frente a la injusticia y las adversidades. Es fundamental respetar su derecho a la soberanía y la autodeterminación, quitándole de encima las ocupaciones y las deudas espurias, apoyándole en su lucha contra la impunidad, reconociéndole la capacidad que tiene y restaurándole los medios que injustamente le han sido quitados – la deuda histórica, social, ecológica y financiera debida al pueblo haitiano – y que necesita para su vida y su dignidad.
Septiembre 2011
PRIMERAS FIRMAS: Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz; Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora; Beverly Keene, Coordinadora internacional Jubileo Sur; Jubileo Sur/Américas, Servicio Paz y Justicia en América Latina, Fundación Servicio Paz y Justicia Argentina…
Enviar firmas a :’prensaperezesquivel@gmail.com’
To the Secretary General of the UN, Dr. Ban Ki Moon;
To the Governments of States members of the Security Council and MINUSTAH;
To the international community and public at large
Receive our greetings.
It is surprising and humiliating (degrading?) to certify that “Haiti is a threat to world peace and security”, as the UN Security Council does, year after year, in order to ratify the presence there of a military-police mission said to be for the purposes of stabilization: the MINUSTAH.
It is a statement that hides the impunity of the major powers and the hypocrisy that allows them to intervene militarily, politically, and economically in Haiti, drawing as well on the services of others.
The real threat is that intervention itself, a laboratory as well for new forms of domination and popular control.
The intervention of foreign troops over years, whether from the United States, France, other powers, or now the MINUSTAH, has not improved the lives of the Haitian people. Rather, their presence undermines the sovereignty and dignity of that people and ensures the process of economic recolonization that is directed from outside by a virtual parallel government – the Interim Commission for the Reconstruction of Haiti – whose plans are more responsive to the lenders and entrepreneurs than to the rights of Haitians.
As if this were not enough, the intervention directly usurps USD 800 million per year (equivalent to nearly half of Haiti’s annual budget) of resources needed by the people for their health, education, housing, water and sanitation, food sovereignty and job creation. Worse still, the MINUSTAH has built-up a real criminal record: it abuses and rapes women and youth, and it kills. It kills with bullets when people stand up to hunger and low wages, and it kills with cholera: some 5,000 Haitian women and men have been killed by the disease introduced by the MINUSTAH. Enough!
We demand the immediate withdrawal of troops and non-renewal of the MINUSTAH mandate. The Security Council will have to address the situation in Haiti, before October 15. If it really wants to defend world peace and security it must also ensure the non-interference of any foreign military or police presence in that country, as well as the sanctioning and reparation for the crimes committed by these.
We further urge the States and organisms involved to urgently review their policies of regional and international cooperation with Haiti. It is not a question of responding to the problems that do affect the social peace and security of that people with short-term and assistencialist measures that sharpen their dependency. The country needs changes whereby the Haitian people are the protagonists of their own life and builder of their own history. The Cuban medical presence is irrefutable proof that another cooperation is possible.
Haiti, predecessor and benefactor of antislavery and anticolonial struggles throughout the region, renowned for the creativity of its artists and the organizational strength of his people, has endured throughout its life enormous depredation and calamities. But the Haitian people have also demonstrated their persistence and solidarity in the struggle to build alternatives in the face of injustice and adversity. It is essential that their right to sovereignty and self-determination be respected: ridding them of occupations and illegitimate debts; supporting them in their struggle against impunity; acknowledging their abilities; and restoring to them the resources that have unjustly been taken from them – the historical, social, ecological, and financial debt due to the Haitian people – and that they need for life and dignity.
September 2011
Initial signators:
Adolfo Pérez Esquivel, Nobel Peace Laureate; Nora Cortiñas, Mother of May Square-Founders’ Line; Beverly Keene, International Coordinator Jubilee South; Jubilee South/Americas; Peace and Justice Service of Latin America; Foundation Peace and Justice Service-Argentina…