Donald Payne

Mientras caminábamos por las calles de Bogotá, hoy 6 de marzo, en la convocatoria del MOVICE, exigiendo al gobierno de Santos una restitución en derecho para los despojados violentamente de sus tierras, luego de ser desarraigados, recibimos la noticia que el afroamericano Donal Payne, había muerto.


Coincidencialmente, este día de marzo, en que delegados de los afrocolombianos de Curbaradó y Jiguamiandó, se transportaban a Bogotá, para continuar compartiendo las falencias de la mal llamada restitución de predios en el bajo Atrato. La continuidad del uso ilegal de los territorios con la coca y sus tres laboratorios de cocaína protegidos por paramilitares, que operan con la complicidad de la brigada 17, la continuidad de la siembra de palma, de banano, de plátano y la ganadería extensiva, por parte de beneficiarios del paramilitarismo, cuando no, de los propios paramilitares. Territorio de comunidades negras atravesado por el conflicto armado interno en el que se refleja que la crisis humanitaria, las violaciones de derechos humanos, los crímenes de lesa humanidad, no se resuelven con más guerra.

Y todo eso lo traemos aquí hoy, en memoria de Donald Payne, porque, este representante democrata de los Estados Unidos, conoció de primera mano de sus hermanos afrcolombianos en Curbaradó, Jiguamiandó y Cacarica, sus dramas y sus exigencias; porque él, desde hace más de 7 años se hizo a la historia de derechos y de difnificación de las comunidades. Su sensibilidad fue creciendo con el paso de los días y exigió a las autoridades colombianas, en los momentos más dificiles, cuando nadie hablaba de restitución, de exigir la devolución de las tierras de los afrocolombianos; de exigir de las autoridades judiciales justicia, por los asesinatos,de algunos de sus líderes y por la necesidad de protección de 37 líderes y lideresas amenazados.

Ese era Donald Peyne, un representante, sencillo, que escuchó, que creyó, que perisitió a pesar de los grandes lobbistas, y en medio de las posibilidades de ceder. Él escuchó los poemas y los relatos de los afrocolombianos en una visita a Colombia, esas palabras dichas desde el dolor en la esperanza, fueron por él correspondidas compartiendo su propia vivencia de la exclusión y de otras formas de violencia. Él mismo que en pequeño recinto o en un pasillo escuchaba a sus hermanos de sangre o a quiénes les acompañaban en las causas de la justicia. El escribía concretando sus apoyos a los afrodescendientes del bajo Atrato que habitan en las Zonas Humanitarias y Zonas de Biodiversidad en Cacarica, Curbaradó y Jiguamiandó

Donal Payne siempre estuvo al lado de las causas de los afrocolombianas, apoyado por organizaciones de solidaridad de los Estados Unidos, se pronunció sobre la necesidad de aspectos específicos de la condicionalidad de la ayuda de los Estados Unidos a Colombia, y sobre las inconveniencias del TLC con Colombia.

Por esas mismas razones expresó su preocupación frente a los problemas de protección y de seguridad de las y los defensores de derechos humanos, entre ellos, los de nuestra Comisión de Justicia y Paz, por apoyar las reinvidicaciones en derecho de la vida en los territorios.

Donald Payne es parte de la memoria de la solidaridad con los derechos de los afrocolombianos, a su familia, a sus amigas y amigos en el mundo político, a quienes le acercaron a este mundo de Colombia y que hoy también le lloran, resta volver a decir, que Donald Payne ha pasado a la historia porque es memoria en la historia de las luchas de los afrocolombianos que exigen verdad, justicia, reparación /restitución/ y no repetición.

Donald Payne es parte de la historia de la dignidad.