DeVer Putumayo – Control socio territorial de la estructura armada ilegal Comandos de Frontera CDF atenta contra la autonomía comunitaria y desconoce los procesos organizativos históricos en el Putumayo.
El departamento del Putumayo se caracteriza por la fuerza de sus organizaciones comunitarias que por décadas, en medio del conflicto armado, la imposición de economías ilícitas, la implementación de planes nacionales e internacionales de control del narcotráfico que han afectado la producción agrícola campesina y la intervención empresarial sin consulta a las comunidades y graves afectaciones ambientales, padece hoy un nuevo y lamentable capitulo donde esas expresiones sociales son deslegitimadas, desconocidas, señaladas, sometidas y reemplazadas por otras que se sirvan a los intereses de turno.
La defensa de la vida y el territorio de organizaciones comunitarias campesinas, indígenas y sociales, se ve amenazada ante la imposición de quienes se auto denominan dueños o voceros de las luchas sociales sin respeto alguno por quienes han dado su vida, llorado sus víctimas y ofrendado su día a día, en búsqueda de una Colombia en paz, con verdad, justicia y dignidad para los excluidos y silenciados.
Nuestra Comisión de Justicia y Paz, es testigo de primera mano de los más de 12 años de trabajo representativo y formalmente reconocido que la asociación ADISPA lleva desarrollando en el municipio de Puerto Asís en pro del mejoramiento en la calidad de vida de los habitantes de la Zona de Reserva Campesina de la Perla Amazónica, iniciativas de conservación ambiental, defensa del territorio, defensa de los Derechos Humanos ante los intereses extractivos de empresas petroleras como Gran Tierra Energy y La Nueva Amerisur. Todo un trabajo por mantener y generar conciencia colectiva en la construcción, presentación y realización de un plan de desarrollo comunitario para dignificar la vida preservando el entorno natural, lo que ha llevado a esta asociación a tener un lugar y una voz legitima su gran labor, a nivel regional, nacional e internacional.
Hoy este trabajo asociativo autónomo está en alto riesgo, ante el control que ejerce el grupo armado ilegal Comandos de Frontera CDF, que a finales del año 2020 e inicios de 2021 manifestó su desacuerdo con la asociación ADISPA, en ese momento esta estructura armada de manera directa, ordenó que las directivas de las organización ADISPA, los comités de mujeres, ambientales y juveniles debían renunciar.
En lo corrido de este periodo, CDF ha citado de manera obligatoria a reuniones en las cuales han manifestado su decisión de acabar con ADISPA y reiteran su orden de que todos los directivos de las organizaciones MEMPA y JURADIPA deben renunciar. Una de las principales pretensiones de CDF es imponerse e influir en la asamblea eleccionaria y hacer la designación de personas a los puestos directivos. Del mismo modo, en operativos armados de CdF varios de sus miembros vestidos de civil y portando armas cortas, manifestaron abiertamente que la organización ADISPA debía desaparecer.
La situación no ha cambiado después de 5 años, los habitantes de la ZRCPA continúan experimentando el control social, territorial y económico impuesto por CdF. Este grupo armado obliga bajo amenazas a pobladores a realizar trabajos de construcción de vías con placa huella, puentes; citan a reuniones comunitarias bajo amenazas, en las cuales imparten ordenes a las comunidades sobre trabajos, actividades comunitarias para recolección de fondos, imponen sanciones a pobladores y determinan mecanismos de control social, carnetizacion de habitantes de los caseríos, establecen criterios donde endilgan responsabilidad a los pobladores sobre el ingreso y salida de otras personas en el territorio.
Adicionalmente este grupo armado está obligando bajo amenaza a los pobladores a realizar 2 o 3 días de trabajo forzado por semana, para avanzar de manera rápida en la construcción de las vías. Los pobladores además del trabajo obligado, deben pagar al grupo armado un impuesto por su predio con el que el grupo armado “financia las obras sociales de en la zona”. Es la imposición de un modelo esclavista en la actualidad.
Este grupo armado que pertenece a la estructura autodenominada Segunda Marquetalia, el pasado 24 de junio de 2024 de manera formal inició un proceso de acercamiento con el gobierno colombiano, donde CdF busca obtener un estatus y reconocimiento político que le habilite a negociar y para lo cual presenta un “respaldo social” que le dé a su accionar un trasfondo social y político.
De aquí la instrumentalización y sometimiento de toda expresión organizativa y comunitaria para mostrarla como respaldo de su base social. De igual manera, presentan sus “obras sociales” a la opinión pública como aportes a la comunidad, obras que son construidas desde el uso de la fuerza, bajo presión, amenaza y financiación comunitaria.
En este escenario de amenazas, control social, económico, territorial y de intereses políticos, el grupo armado CDF afirmó contar con el apoyo de militares y personalidades políticas de la región y mantiene su orden de cooptar y usurpar el órgano directivo de la organización ADISPA. Asaltando la autonomía organizativa ordena cambiar la directiva de la organización campesina, manifestando que, para esto, ellos como organización armada, están dispuestos a realizar las reuniones de elección y de creación de una nueva junta directiva. Y algo muy delicado es la falsa acusación que ADISPA no representa a la ZRCPA y por lo tanto pueden crear una nueva organización que la represente y sea afin al grupo.
En esta pretensión a través de amenazas y a la fuerza, el grupo armado desconoce que la ley 160 de 1994 y sus decretos Reglamentarios establecen la posibilidad de que exista una organización representativa de las ZRC, siendo para el caso de la ZRCPA La Asociación de Desarrollo Integral Sostenible Perla Amazónica (ADISPA), la organización representativa, según estableció el Acuerdo 309 de 2013 de INCODER.
Es lamentable que un grupo armado sentado con el gobierno colombiano en una mesa regional para la paz, atemorice, amenace, desconozca, destruya y se apropie asaltando la autonomía campesina de la asociación ADISPA quienes por años han trabajado arduamente en defensa de la vida y el territorio.
Nuestra Comisión de Justicia y Paz alerta a la comunidad nacional e internacional sobre el inminente riesgo que afrontan las directivas y miembros de ADISPA, hace un llamado a respaldar su trabajo en defensa de la vida y la protección del territorio a través de comunicaciones con carácter urgente al Gobierno Nacional para que blinde con garantías efectivas la vida, integridad y libertad de asociación de ADISPA, las comunidades de la ZRCPA y las expresiones organizativas de Putumayo para que no continúen siendo sometidas por la estructura armada CdF, ni vulneradas en sus derechos fundamentales.
Urge que la mesa de diálogos de paz entre el Gobierno Nacional y el grupo Coordinadora Nacional – EB de la cual Comandos de Frontera es parte, haga un pronunciamiento de fondo sobre esta grave situación. Dicho pronunciamiento debe estar direccionado a respetar la vida e integridad de los lideres y lideresas comunitarias, en especial los de la asociación ADISPA y sus directivos de las Juntas de Acción Comunal, cesar toda acción de trabajos forzados y el cobro de impuestos sobre las tierras de los campesinos.
Al Gobierno del cambio y de la potencia mundial de vida, que cumpla con el derecho constitucional de la paz, garantice el derecho a la vida y a la autonomía comunitaria y junto al grupo armado CdF manifiesten una real voluntad política para hablar de la paz, que cese con el desconocimiento de la autonomía comunitaria y la imposición de modelos de vida, que atentan contra la dignidad humana.
Hacemos responsable al Gobierno Nacional por la vida e integridad de los directivos y miembros de ADISPA ante represalias que nuestro DEVER, pueda generar.
No es hora de callar. Basta de someter y silenciar a los olvidados de la patria.
Es hora de levantar la voz y respaldar a quienes en su dignidad perseveran en medio de la violencia y el terror, en construir una Colombia en Paz, no la del discurso, la real.
Con dolor de patria,
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz.