DeVer- En la semana de homenaje a las víctimas de la desaparición forzada.
Honramos a las víctimas de la Desaparición forzada y la valentía de sus familiares por su búsqueda, por la verdad y la justicia restaurativa.
La desaparición forzada es definida por el Derecho Internacional como un crimen de Lesa Humanidad, al violar un conjunto de derechos humanos, civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, sumado a la afectación emocional prolongada de angustia y dolor causado a todo un grupo familiar, comunitario y social, por la incertidumbre ante la ausencia forzada del ser querido.
El vacío del sistema institucional de investigación sobre la desaparición forzada se ha convertido en la prolongación del acto victimizante, lejos de menguar y reparar el daño. Desafortunadamente no se avanza con eficiencia para superar los altos niveles de impunidad que existe respecto a este execrable crimen contra la humanidad, ni siquiera existen las garantías mínimas para los familiares y las organizaciones de DH, que ante la inoperancia institucional, deciden emprender el trabajo de búsqueda, convirtiéndose en objeto de amenazas y persecución.
Con el Acto Legislativo 01 de 2017 se creó el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición (SIVJRNR) conformado entre otros por la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) en el contexto y en razón del conflicto Armado. Si bien la UBPD, como entidad de carácter humanitario y extrajudicial logró adelantar procesos de búsqueda como ocurrió en Dabeiba, Antioquia. Los obstáculos propios del conflicto y limitaciones de funcionamiento de la entidad hacen que los avances sean pocos en esta ardua tarea. Frente a esta situación de debilidad institucional, es importante resaltar el empeño y esfuerzo de familiares de las víctimas que aún en solitario han encontrado a sus seres queridos, aun cuando muchos de ellos no aparecen en el registro oficial de víctimas de desaparición forzada.
A los familiares, amigos y organizaciones solidarias que en medio del dolor y la espera no desisten en la necesidad de hallar el mínimo rastro de la persona amada que fue arrebatada de su familia, de su vida, todo nuestro reconocimiento y gratitud por recrear y transformar la cruz de su dolor en esperanza, de saber que es imperativo proscribir un crimen tan atroz como la desaparición forzada, usado como una estrategia de guerra de silenciamiento y control sobre la vida material y espiritual de la sociedad.
A ustedes buscadores inquebrantables, gracias por dignificar la vida de quienes son desparecidos, por enviar un mensaje contundente a la sociedad colombiana de dignidad por sus seres queridos. Gracias por señalar el camino de restauración de un daño tan irreparable, que sólo con el tiempo es posible comprender e interiorizar.
Desafiar los obstáculos burocráticos de una institucionalidad indolente, de insistir en la aplicación de justicia y la búsqueda de verdad siguiendo las huellas de quienes son desaparecidos, es el mejor homenaje para reafirmar la vida y aportar en la No Repetición.
Comisión Intereclesial Justicia y Paz
Bogotá D.C.