DeVer – Conmemoración Septiembre Negro, 28 años reafirmando la defensa de la vida, el territorio y la paz.

ZH Nueva Esperanza, Jiguamiandó, Chocó.

A 28 años de la operación militar de tipo paramilitar denominada Septiembre Negro, las comunidades negras, indígenas y mestizas de la cuenca del río Jiguamiandó en el bajo Atrato Chocoano se encontraron para conmemorar y celebrar la vida como un signo de transformación de la Memoria junto a integrantes de procesos organizativos de los consejos comunitarios del Cacarica, La Larga Tumaradó, Pedeguita y Mancilla, Curvaradó y Jiguamiandó.

Alegres por la vida que persiste después de 28 años, de manera comunitaria se reflexionó y dialogó sobre el camino recorrido y los avances significativos que como procesos organizativos han vivido a lo largo de este tiempo. Las dificultades, las continuas presiones sobre las comunidades por los intereses que existen sobre el territorio, la búsqueda de Verdad, Justicia y Reparación Integral, la resistencia, los sueños y las vidas ofrecidas por un porvenir mejor.

Desde un ejercicio de reconstrucción colectiva de la memoria se relataron los hitos que han marcado la historia de resistencia pacífica de este proceso organizativo, destacando el valor de hombres y mujeres que fueron fundamentales para perseverar en los sueños compartidos y legar  a las nuevas generaciones las banderas de la dignidad, la justicia y la verdad, palpables en la construcción de paz en los territorios, la implementación de mecanismos para la protección de la vida y el ambiente como las zonas humanitarias, zonas de biodiversidad, bosques de la Memoria, Resguardos Humanitarios ambientales y la implementación de proyectos comunitarios de educación que  busca materializar el sueño de la paz desde la Universidad de Paz.

La UPaz es el ámbito donde es posible el diálogo entre distintos que aportan en la construcción de paz en y desde los territorios. Es fomento de la cultura de paz que enriquece los proyectos de vida comunitarios, contribuyendo al fortalecimiento organizativo y promoviendo propuestas de justicia restaurativa, garantías de No Repetición, iniciativas de producción agroecológica, experiencias de economía local desde la producción con especies menores y la recuperación de semillas nativas para la conservación de la biodiversidad.

La reconstrucción de esta historia no ha sido fácil, aun son evidentes las fisuras ocasionadas por la violencia, las cicatrices profundas que deja la crueldad de la guerra y que poco a poco van sanado desde la voluntad inquebrantable por despojarse de sentimientos insanos de odio, venganza, ira, muerte, resentimiento dando paso al surgimiento de aquello que es semilla de trascendencia en la belleza y el amor, sello de verdadera humanidad.

De aquí el consenso sobre la necesidad de la paz para el territorio y el país, una paz incluyente que permita gozar de tranquilidad, de avanzar en un país más justo, más digno, más humano donde la vida recupere su lugar como don sagrado y derecho fundamental.

Un segundo momento de este evento conmemorativo dio lugar a reflexiones y análisis en torno a los conflictos socioambientales en la región del Bajo Atrato. Se presentó información relevante que plantea un escenario de retos para las comunidades ante el desarrollo de proyectos de explotación minera y mega infraestructuras, en medio del control armado y social.

Finalmente, los asistentes intercambiaron sentimientos e ideas relacionados con el presente de los procesos organizativos y las necesidades que tienen para poder enfrentar los desafíos del hoy en los territorios.

Con esperanza en la fuerza vital de la resistencia pacífica concluyó este momento tan significativo en la vida de estas comunidades llevando consigo la decisión por continuar defendiendo la vida y el territorio, y con el reto de fortalecer la dinámica organizativa a una sola voz: “NO AL EXTRACTIVISMO, SI A LA VIDA. NO A LA GUERRA, SI A LA PAZ”.