Deterioro de salud y negligencia médica en comunidades emberas
Hoy, 20 de mayo a las 9:44 a.m., se conoció que indígenas emberas del Resguardo de Alto Guayabal, Jiguamiandó, Chocó, padecen de un brote de paludismo.
En el Cabildo de Padadó, Resguardo de Urada Jiguaminadó se reconocen cinco casos de indígenas con paludismo.
Una de las afectadas con síntomas agravados de paludismo, es Nidia Casama Domicó, de 27 años, quién es trasladsda al hospital del municipio de Mutatá.
La mujer se encuentra sobre la vía en el sitio conocido como Corraleja , en el punto intermedio entre Pavarandó y Urada, distante a dos horas del hospital. La comunidad espera respuesta de una ambulancia luego de haber caminado dos horas desde su comunidad hasta este punto.
Según informa la comunidad, hay aproximadamente 50 personas enfermas, entre los cuales se encuentran ocho niños y 20 adultos con síntomas de paludismo en Alto Guayabal.
En el Resguardo de Bidoquera se encuentran diez personas, de la comunidad de Dearade, diez con síntomas igualmente, dos enfermos en Coredocito .
Los indígenas han solicitado atención médica y ayuda para ser trasladados, varios de ellos se encuentran afiliados a la empresa de salud Nueva EPS que no cuenta con contratación con el hospital de Mutatá, Antioquia.
Los funcionarios de este hospital manifiestan que pueden ser atendidos en el municipio de Carmen del Darién, Chocó, lugar donde el centro asistencial tampoco brinda la atención que requieren.
Es de anotar que el desplazamiento hasta Carmen del Darién toma más tiempo y es más costoso por el uso de medios fluviales y terrestres.
Las comunidades se encuentran en estado de confinamiento por la presencia de los paramilitares de las AGC que operan con tolerancia de fuerza pública.
A pesar de sus llamados a Acuerdo Humanitario por COVID19 , ni el gobierno, ni otros actores armados han dado respuesta positiva configurando una situación de alto riesgo.
Bogotá D.C., 20 de mayo de 2020
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz.