Desplazamiento forzado de Indigenas y Afros en Coredocito
A raíz del inició de la exploración ilegal, inconsulta, arbitraria del Cerro Usa-Kira para la extracción de oro, cobre, molibdeno la comunidad indígena que habita en Coredocito se vio obligada a desplazarse.
Los indígenas manifestaron a nuestra Comisión de Justicia y Paz que su desplazamiento se debió a la militarización de su territorio y la invasión inconsulta que la empresa Muriel Mining Corporation intensificó desde horas de la mañana del pasado lunes.
La empresa ha ido convirtiendo el lugar de habitación de los pueblos indígenas en Coredocito en un puerto. Sin permiso alguno de los pobladores originarios ha aterrizado permanentemente en la cancha de fútbol desembarcando personal y maquinaria.
Las familias indígenas desplazadas se encuentran en este momento en el Isla en donde buscaron refugio.
Funcionarios de la Empresa minera estadounidense manifestaron a los afrodescendientes e indígenas que los vincularían en trabajos para los que requieren apoyo.
Meses atrás por la sola información existente sobre la exploración del Cerro, mujeres jóvenes de las comunidades indígenas intentaron suicidarse, una de ellas con un resultado mortal.
A esta hora cerca de 400 indígenas de las comunidades de Murindó, Chibugadó, Chageradó, Guagua, Isla, Coredó Grande, Urada, Bachiduvi y cerca de un centenar de afrodescendientes en un acto de protesta se han movilizado a Coredocito en donde están exigiendo a la Empresa y a los militares respetar sus territorios colectivos y la decisión de no exploración ni explotación del Cerro.
El cerro se encuentra en la Zona de Reserva Forestal de 1959 decretada como tal por el gobierno nacional. Las afecciones a ecosistemas, aguas, recurso forestal son evidentes aunque omisivamente el gobierno
Indígenas y afrocolombianos están exigiendo al Gobierno Nacional intervenir para que cesen las operaciones militares de apoyo a la empresa Muriel Mining Cor y exigen la salida inmediata de la empresa de su territorio.
Hasta este momento no hay respuesta alguna, o mejor, sólo la militarización del territorio.
Bogotá, D.C. Enero 8 de 2009
COMISION INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ