Desde la injusta prisión, letras de Mauricio Avilez
MAURICIO defensor de derechos humanos y derechos de los pueblos detenido de modo arbitrario hace cerca de un mes en Barranquilla. A él, como a muchos colombianos, los principios básicos del debido proceso le fueron negados en el momento de su detención. Su caso, es un ejemplo más, de lo que hoy se convierte en costumbre, “el aprendizaje de libretos” de falsos testigos, de testigos esquizoides que repiten lecciones mal aprendidas, incoherentes y carentes de sustentación. La detención a toda luz ilegal genera sus efectos, terror, amedrantamiento, aislamiento, estigmatización pero también indignidad, coraje, afirmación, solidaridad, y la verdad en la oscuridad. El poder es perverso. Mata con hambre, mata con balas, mata con mentiras, mata con la cárcel injusta
MAURICIO un defensor de derechos humanos que inspira su razón de ser en la fuentes del cristianismo, en la memoria de las catacumbas, en la historia de las persecuciones y la afirmación de los derechos de los pueblos.
Desde siempre cercano a la construcción de la Justicia y Paz y a la labor de apoyo humanitario y de defensa de Derechos Humanos que realizan las iglesias en la Costa Atlántica y miembros de nuestra Comisión de Justicia y Paz
Los invitamos a leer la carta que MAURICIO escribe, desde el monumento que expresa la absoluta erosión del Estado de Derecho, la detención arbitraria. Luego de leer su comunicación acercarse a conocer su caso y desde eso que aún no es arrebatable acercarse al sentido de la vida de MAURICIO, dirigiendo sus comunicaciones de apoyo y de solidaridad a su familia, a los desplazados con los que interactúo, a CEDERNOS y a él, pero también, a la Fiscalía General de la Nación exigiendo su libertad.
Si aún existe la honestidad dentro del ente acusador que asumió el caso, en sana crítica, en debido proceso, y teniendo en cuenta los principios de independencia judicial, la incoherencia de sus acusadores, las falacias de los testigos, la irrealidad de las circunstancias y los lugares por los hechos de los que se le acusa, no existe ni verdad procesal ni verdad real, todo es mentira… por tanto es inocente.
Invitamos a la comunidad de derechos humanos a las iglesias y creyentes de Colombia y el mundo a la solidaridad con MAURICIO
Carta 1 Desde la Cárcel
Queridos compañeros y compañeras de Derechos Humanos:
Coordinación Colombia – Europa – Estados Unidos.
Reciban un caluroso y fraternal saludo en el nombre del Dios de la Vida y de la Historia.
Inicialmente quiero agradecerles mucho toda su colaboración y apoyo tanto a mí, como a mi familia y agradecérselo con toda la gratitud, porque sé que ese apoyo y colaboración no es coyuntural sino de manera sincera, como se caracteriza la labor de todo defensor de Derechos Humanos. Eso es sentido y ha podido iluminarme para no verme en medio de la oscuridad, donde el Gaula del Ejército me tuvo por un día confinado o de esta celda en la cual injustamente me encuentro privado de la libertad.
Esa calidez me abriga para ser fuerte, sentir su compañerismo.
Lamentablemente nuestro país sigue sometido en esta vorágine donde el Estado viola los Derechos Humanos con tanta facilidad y de forma tan impune, sabemos, somos concientes que al optar, al asumir la opción, el compromiso de ser defensores de Derechos Humanos no estamos exentos de esa barbarie autoritarista.
Somos tantos y tantas los hombre y las mujeres de nuestro país que diariamente son ultrajados, masacrados, violados, reprimidos, degradados de su dignidad, sin razón ni justeza alguna, porque para ellos nunca existirán
razones y nunca dentro de ninguna lógica podrá ser justo; hoy me toca a mí vivirlo… no escucharlo, no transcribir los hechos, no contarlos, no decir lo que tantas y tantas personas sufren, hoy a mí me ha tocado vivirlo, vivir injustamente el delirio desquiciado de este Estado que se hunde en su ceguera llena de rencor y arbitrariedad. Todos ustedes me conocen, me han visto crecer en edad, experiencia y conocimiento. Siento que soy un poco de todos al saberme que esa experiencia y conocimiento han sido todos estos años que he podido compartir con ustedes, desde cuando me acogieron cuando la crisis de Luis Felipe y César hasta estos días, es todo lo que me han permitido aprender de sus saberes y experiencias, en esta constante puja de hacer de este mundo, un mundo más humano.
De una u otra forma son mi familia, hacen parte de ella y aunque no nos unen lazos como la sangre o los genes, nos unen lazos tan fuertes o quizás mayores como el compartir el sufrimiento por nuestro pueblo, por todos nuestros prójimos, por compartir la preocupación de hallarle solución a cada una de tantas violaciones y necesidades, por soñar juntos por una patria en paz, con justicia social, con la realización de todos los derechos de cada uno de los hombres y mujeres que nos llamamos Colombia, de poder contribuir en hacer un mundo mejor. Ellos creyeron que podían cortar estos lazos, creyeron que cambiarían mis sufrimientos, mis preocupaciones, creyeron que podían ser el sepulcro de mis sueños y saben hermanos se equivocaron. Solo siento que ha sido acicate que entrelaza y fortalece lo que ya soy, lo que ya somos y se hace impulso para ser mejor, para que seamos mejores. Qué irónico acusarme absurdamente de esos delitos cuando no hago, no hacemos otra cosa que aportar gota a gota a la paz y a la convivencia pacífica de nuestros país, cuando nos esforzamos y sólo ustedes saben cuánto nos esforzamos, por defender y hacer cumplir el orden constitucional de lo que debería ser un Estado Social y Democrático de Derecho, para que cada uno de nosotros y nosotras pueda tener ese mínimo vital acorde a lo que debe ser un estado moderno acorde a toda la normatividad de marco internacional a los mandatos de la O.N.U.
¿Entonces son acaso en Colombia los Derechos Humanos una utopía irrealizable? Saben que no, ¡no!, sé que no, sé que habrá justicia, sé que habrá derechos y que entre todos como hermanos y hermanas, como una gran familia lo podremos conseguir, mi fe en ustedes, en cada una de esas miradas sufrientes de tantos y tantas de cada uno de los que como nosotros se empiezan a preocupar, ello me lo indica.
Lo único “malo” si a esto se le puede llamar así, o mi pecado es haberme “dejado conquistar y seducir por los pueblos que aman y construyen su libertad”, como lo dice Luis Felipe; el haber asumido como opción de ser defensor de Derechos Humanos, es asumirla como vocación de servicio, “de buscar dar y no recibir”, de buscar “servir y no ser servido”, de entregar mi vida diaria y constantemente por los demás como lo enseñó Jesús, creo plenamente en eso y sé que ustedes también, habrá justicia, habrá justicia no sólo para mí sino para todos y todas. También sé que pronto estaré con ustedes sintiendo este dulce sentimiento de darnos a los demás…
Mauricio Aviléz Álvarez
Coordinador General
Cedernos
Comunicaciones de Cederhnos
Hay grandes hombres que no son uno, son muchos, quizás como Marthing Luther King.
Hay otros que no son hombres, pues son una causa, una ideología, tal vez como Ghandi.
Y muchos más que resumen la evolución del pensamiento, el amor por el prójimo, el sacrificio, como Jesús.
Pero hay otros que también andan por los caminos, aunque no sean tan conocidos. De esta clase de hombres que dan todo por los demás y que significan un modo de pensar es a la que pertenece nuestro Coordinador General MAURICIO JOSE AVILEZ ALVAREZ, un hombre consumado en la defensa de los Derechos Humanos, creyente de la paz y constructor de la justicia para los desamparados, quien paradójicamente se encuentra encerrado por la vil injusticia que vive este país. Hoy mostramos a ustedes la carta que sentidamente escribe desde una atiborrada cárcel y en donde se puede casi palpar que Mauricio significa: lucha por los Derechos humanos, trabajo por la justicia, la construcción de un país en paz.
El mundo necesita más hombres y mujeres que signifique, como Mauricio, todo esto, los injustos los obligan a callar, a claudicar, jamás podrán.
Ahora leamos y vivamos por un momento lo que es sentir la injusticia en las propias manos de quien la sufre.
CEDERHNOS
Barranquilla, Julio 11 de 2004
MAURICIO AVILEZ ALVAREZ, es un reconocido defensor de Derechos Humanos en el departamento del Atlántico, trabajo que se origina en la Pastoral Juvenil y en la Comisión Intercongregacional de Justicia y Paz de donde surge un Comité jurídico de apoyo en la ciudad de Barranquilla, luego este Comité se convierte en la Corporación Centro de Estudio Y desarrollo de Los Derechos Humanos, organización no gubernamental para la defensa, promoción y divulgación de los derechos humanos desde donde realiza su labor como defensor, actividad esta que lo lleva a ser una víctima más de las políticas represivas del gobierno actual que se materializan en capturas masivas de las personas que trabajan en la concientización y búsqueda de soluciones a los problemas que aquejan a la sociedad, utilizando las herramientas internacionales, constitucionales y legales que nuestra normatividad consagra para que las personas por conductos de la ley reclamen sus derechos inalienables.
El la ciudad de Barranquilla, se ha venido utilizando una política por parte de los organismos de seguridad e inteligencia del Estado, consistente en capturas, principalmente de personas desplazadas por la violencia asentadas en esta ciudad; cuyo objetivo principal es el afán por mostrar resultados ante los hechos de terrorismo repudiados por todos.
Bajo este contexto que tiene dos parámetros: aquel que señala a personas que no han tenido que ver con estos actos y aquel que utiliza a reinsertados pagados por el gobierno para vincular a trabajadores sociales, es que se vincula al defensor de Derechos humanos MAURICIO AVILEZ ALVAREZ, mediante una indagatoria rendida por el reinsertado y hoy procesado por actos de terrorismo en Barranquilla LUIS ENRIQUE MENESES PEDRAZA, este señor sindica a un alias “Mauricio” como subversivo.
Su dicho ha sido tomado como sólido por la Fiscalía para endilgar cargos de rebelión, homicidio entre otros; al conocido defensor de Derechos Humanos Mauricio Avilez miembro de la Coordinación Local de Derechos Humanos (Barranquilla) y representante de esta ante el Comité Operativo de la Coordinación Colombia Europa Estados Unidos. Al punto de haber expedido orden de captura (10 de Junio de 2004) y de vincularlo al proceso por atentados en esta urbe el pasado 16 de Diciembre del año anterior.
Ante la situación de captura de Mauricio Avilez A. se venían haciendo seguimientos a las instalaciones del Presbiterio de la Costa norte y de la Corporación Universidad reformada, donde funciona la oficina de Derechos Humanos. Donde desarrollaba su actividad el mencionado defensor. Los seguimientos se han hecho evidentes sobre varios de los integrantes de esta oficina y de la Coordinación Local de Derechos humanos, sobre sus familiares y sobre sitios de trabajo, estudio y domicilio.
En la captura se evidencia graves irregularidades en las actuaciones procesales:
La captura se desarrolla en momentos en que asistía a una cita medica en las instalaciones de la entidad prestadora de salud COOMEVA del Barrio el Recreo de la ciudad, por tres sujetos que no portaban uniformes oficiales, y que se identificaron como miembros de GAULA del Ejército, haciéndolo abordar un automóvil Mazda sin Placas. Hay dudas en la originalidad de la orden de captura que para esa fecha quizás ni siquiera había sido proferida dado que los sujetos que realizaron la detención preguntaban ¿Tu eres Mauricio?. Inmediatamente es trasladado a los calabozos del GAULA ubicados en la segunda brigada del Ejército en donde es incomunicado y se le somete a un interrogatorio, además de hacerle afirmaciones como las del Cabo Fernández sobre que “Todos los de Derechos Humanos son Guerrilleros” o los del comandante Ordóñez Pabón de que “Por los de Derechos Humanos He sido procesado tres veces“.
La vinculación, acusación y sustanciación de la captura se encuentra en un testigo, confeso terrorista, pagado por el gobierno y quien goza de los privilegios de las políticas de reinserción. El dudoso testimonio de Luis Meneses, constituyen el único soporte de la Fiscalía para justificar el detentivo (Pese a que existe sendas pruebas que lo desvirtúan por completo), esto es muy poco para que ha Mauricio Avilez A. se le halla dictado medida de aseguramiento y el hecho que se encontrara incomunicado y que desde el primer momento no hubieran abogados que lo defendieran ponen en entre dicho la captura de la que fue victima el defensor de Derechos Humanos.
Hay que decir que dentro de las graves irregularidades se encuentra que los miembros de GAULA debían colocarlo inmediatamente a órdenes de la autoridad judicial competente, pero haciendo caso omiso a esta norma lo detuvieron prolongadamente, queriendo tenerlo desde el día de su captura
(Jueves 10 de junio del año en curso) hasta pasado el puente festivo con el fin de coaccionarlo para que rindiera testimonio al acomodo de ellos; situación que va en contra de los principios universales en materia penal.
El trabajo que Mauricio Avilez A. desarrollaba con las víctimas de violaciones de Derechos Humanos y con los desplazados por la violencia, no era otro que realizar asesorías jurídicas, acompañamiento a comunidades, formación en Derechos Humanos y ejecución de proyectos encaminado todo al servicio por los oprimidos, este perfil y experiencia lo ha llevado a ser el representante de la Coordinación local de Derechos Humanos – Barranquilla ante el equipo operativo de la Coordinación Colombia Europa Estados Unidos.
En conclusión podemos decir que ante estos hechos el sistema punitivo estatal se encuentra convertido en mero instrumento de terror como el los mejores tiempos de la inquisición.
CEDERHNOS
Barranquilla, Julio 14 de 2004
Bogotá, D.C. Julio 16 de 2004
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz