“Desde el territorio, Defensa, identidad y solidaridad de la Mujer Campesina”
De paso en paso las mujeres fueron llegando a Medellín del Ariari para continuar construyendo caminos y dejando huellas como mujeres campesinas en defensa de sus territorios. Por tercera vez las mujeres de la región del Ariari, de las veredas Caño Lindo, Miravalle, La Esmeralda, Caño Embarrado, Puerto Esperanza, La Esperanza y del Poblado nos encontramos y reencontramos para continuar haciendo historia.
Tercer Encuentro de Mujeres
Julio 23 de 2011, Medellín del Ariari – Meta
Desde la identidad como mujeres campesinas que sembramos la tierra y cultivamos la vida, aportamos en la lucha por nuestro territorio; para las mujeres sus territorios es el sustento, su cultura, su memoria, sus costumbres, es el lugar donde se afianzan y construyen día a día como campesinas.
Compartimos historias y recordamos a las mujeres luchadoras que con su esfuerzo han aportado en la defensa del territorio, seguimos trabajando e invitando más mujeres, que conozcan las memorias de aquellas que entregaron su vida, para que hoy las mujeres podamos estar aquí, compartiendo, debatiendo y construyendo.
El encuentro es la fuerza y la ocasión que permite a las mujeres cualificar su participación y, sobre todo, aprender las unas de las otras. Desde las experiencias de vida de cada una, la solidaridad que se teje en los pequeños grupos de cada comunidad, avanza y se consolida la organización.
Luego de la bienvenida de las diferentes comunidades, un momento de ejercicio, por cuenta de una compañera que nos invita a relajar y preparar nuestro cuerpo para el encuentro.
Después en el trabajo por grupos nos fuimos integrando las mujeres de diferentes comunidades, bien repartiditas para conocernos más, sobre todo con las que venían por primera vez, para ir rotando por cuatros lugares en donde compartimos los siguientes temas: identidad campesina, solidaridad, violencia contra las mujeres y memoria.
La memoria de las mujeres, que dejaron huella en nuestros rostros…
“El legado como mujeres campesinas, defender nuestro territorio, organizarnos para denunciar, luchar por nuestros derechos, porque también hacemos parte de nuestra memoria”.
Haciendo memoria se fueron reconstruyendo historias de vida de mujeres campesinas que con su esfuerzo, lucha y entrega por sus comunidades y territorios dejaron huellas en aquellas que las conocieron y las recuerdan, un “me contaron” de aquellas que no las conocieron. Fue así como se trajo a la memoria a María Mercedes Méndez, alcaldesa del Castillo-Meta, asesinada el 3 de junio de 1992 en Caño Sibao; “mujer trabajadora, luchadora por un cambio social, todas las mujeres y el pueblo gozaron de una igualdad de derechos, fue la mujer que dejo construido puentes y trabajo por los campesinos y se metió a las veredas, por nuestras necesidades”.
María Lucero Henao, asesinada en febrero del 2004 en el corregimiento de Puerto Esperanza en El Castillo, Meta; “mujer luchadora, buena vecina, amiga, alegre, que defendió con su vida el territorio, hasta lo último”. Y María Ligia Chaverra, lideresa del Curvaradó en el Bajo Atrato Chocoano, mujer emprendedora y resistente en sus tierras, que actualmente continua luchando por los procesos de resistencia de sus comunidades.
“Cada una se confronto con su propio espejo” Cada una de estas historias, dejo un legado importante en las comunidades, ¡los rostros de las mujeres aquí presentes!, que reflejan sus valentías, sus trabajos en sus fincas, su participación en las comunidades, lo que invita a que cada una afiance su historia, valore aún más lo que hace y se motive por seguir fortaleciendo los espacios en que participa. Cada una es reflejo de estas mujeres que rememoramos y al mismo tiempo es el motivo para seguir luchando.
Violencia contra las mujeres…
“¿Qué hacer cuando el hogar no es la morada donde me encuentro a salvo del dolor?” “¿Qué hacer cuando no hay nadie que me cuide y todo lo que tengo es soledad?”
La violencia de género es un problema social para la que hay estrategias con las que atajarla y que deben ser conocidas por todas. Por un lado, los remedios formales como la Ley 1257 de 2008 que da la posibilidad de denunciar, de vivir alejada del agresor y de mantener la custodia de los hijos; por otro, los remedios universales de la unión, la fuerza conjunta y el apoyo mutuo. Los debates generados acerca de los tipos de violencia (económica, sexual, física, psicológica, etc.), como los trata de personas, la educación desde la infancia y la forma de combatirlos, fueron las conclusiones de los aportes de todas las mujeres del encuentro.
Además, en Colombia, hay una violencia específica contra las mujeres en el marco del conflicto armado. La violencia sexual contra las mujeres, como arma de guerra, se nos mostró a partir de la experiencia de las mujeres de la comunidad del Bajo Naya en el Valle del Cauca, en donde Juana Bautista Hinestroza, afrodescendiente fue torturada, violada sexualmente y asesinada el 14 de abril de 2001, durante el desplazamiento forzado en el Bajo Naya por paramilitares del Bloque Calima.
Identidad campesina…
En actividad al aire libre las mujeres trabajaron sobre recuerdos de identidad en el territorio, cotidianidad de las mujeres campesinas vs prácticas machistas y, el sueño de las mujeres campesinas. Este espacio fue muy importante ya que dieron significado a su territorio desde los recuerdos positivos o lugares que aman en su municipio y el afianzamiento hacia su tierra, teniendo en cuenta los riesgos que tiene la región en cuanto a presencia de multinacionales y megaproyectos (agua, minería, petróleo). Quedó la reflexión que giró en torno a: ¿Qué nos gusta de ser campesinas? ¿Hasta qué punto consideramos que hemos superado el machismo en nuestra comunidad? Y como compromisos frente al territorio quedaron “luchar y hacer resistencia por la vida y el territorio, cuidarlo y tener sentido de pertenencia, compromiso con la tierra, no contaminarlo, defenderlo concientizando a la comunidad, para no quemar, ni utilizar químicos y reforestar”
Solidaridad…
¿Cuánto de solidarias somos las mujeres entre nosotras? ¿Cuáles son las causas de esa insolidaridad que en ocasiones nos caracteriza? ¿Qué podemos hacer para transformarlo en su positivo?
El juego no sirvió para darnos cuenta de la competitividad, tensión e incumplimiento de las reglas del juego en las que podemos incurrir, realidad que puede ser superada a partir de la conciencia de pertenencia a una sociedad patriarcal y de la responsabilidad de cada una con las demás.
Otro momento del juego, permitió que las mujeres pudieran relajarse, reírse (en medio del conflicto) fue en la dinámica de las ciegas y las mudas (la muda guiaba, apoyaba, la ciega escuchaba) base de la solidaridad, para que juntas continuemos en el camino de la defensa de la vida y el territorio.
Y la torta del día…
Y el gran compartir una torta de bore que endulzo nuestra mañana, compartir de saberes, de comida, una más de las habilidades de las mujeres, que afianzan nuestras relaciones y reconstruyen los lazos sociales.
Y para el cierre nuestro mensaje:
DECLARACIÓN PÚBLICA DE LAS MUJERES DEL ALTO ARIARI – ARIARI
Sobre la defensa de la vida y el territorio, la identidad campesina, la memoria histórica, la solidaridad y la violencia contra la mujer
Las mujeres del ARIARI se comprometen:
Frente a la violencia contra la mujer:
1. A perder el miedo a denunciar.
2. A enseñar a nuestros hijos e hijas sobre los derechos de las mujeres.
3. A conocer nuestras leyes, nuestros derechos y exigirlos.
4. A apoyarnos y permanecer unidas para que no nos vulneren nuestros derechos.
Frente a la solidaridad entre mujeres:
1. A escucharnos entre nosotras.
2. A dejar la crítica, el chisme y el machismo.
3. Aconsejarnos las unas a las otras.
4. Invitar a otras mujeres a participar y a formarlas.
5. Evitar la competencia.
Frente a la memoria histórica:
1. No olvidar nuestras y nuestros muertos/as.
2. Seguir el ejemplo de las mujeres campesinas.
3. Recordar a las mujeres que han sido fundamentales para nuestra historia colectiva e identidad, tanto a las fallecidas como a las que aún se encuentran con vida.
Frente a la identidad campesina y la defensa del territorio:
1. Perseverar en la defensa de la tierra y la lucha por el territorio.
2. Exigir respeto a nuestros derechos como campesinos y campesinas.
3. Unirnos como mujeres campesinas, fortaleciendo organizaciones como Juntas de Acción Comunal, los grupos de mujeres y de derechos humanos, sindicatos, titulación de predios, entre otros.
4. Rechazar la explotación ilegal del territorio.
Conclusiones memoria histórica:
Como mujeres empezamos desde los espacios pequeños, orientando a las mujeres que están a nuestro lado, que es una escuela de enseñanza.
El legado de las mujeres campesinas es que como ellas, tenemos que defender el territorio, para esto debemos unirnos para denunciar, así sintamos miedo.
Sacar valor y conciencia de nuestras memorias.
Conclusiones violencia sexual:
Las mujeres del Ariari soñamos con estudiar, sacar los hijos adelante, a que la tierra vuelva a ser nuestra y tranquila.
Somos conscientes de que existen distintas clases de violencias y los espacios en que se dan.
Somos conscientes de la necesidad de conocer la ley y hacerla cumplir mediante actos de reivindicación colectivos.
Conclusiones solidaridad:
Existe competencia y crítica entre nosotras, las mujeres, porque vivimos en una sociedad machista que nos enseña y exige competir.
Todas tenemos ganas de cambiar esto y tenemos la certeza que va a ser posible con el apoyo de nosotras mismas, dejando de ser machistas entre nosotras y siendo solidarias entre nosotras.
Reconocimos que la mujer campesina es más solidaria que la mujer citadina.
Nos comprometimos a ayudar a nuestras vecinas, a realizar acciones solidarias simples como guiar, aconsejar, apoyar y dejar de competir y empezar a respetarnos, porque para que los hombres nos respeten debemos respetarnos entre nosotras primero.
Conclusiones identidad campesina:
Reconocimos nuestro trabajo y las veces que nos hemos dejado vulnerar.
Soñamos con salir adelante, conseguir sustento para nuestros hijos, trabajar la tierra y seguir subsistiendo y defender el territorio.
Necesitamos capacitarnos sobre nuestros derechos para superarnos.
Soñamos con volver a la tierra y cosecharla, tener valor y fuerza pasa salir adelante, vivir en paz, estar unidad, tener finca propia y estudiar. Nos comprometimos a ser dueñas de nuestros cuerpos y superar el machismo a través del diálogo, la igualdad, el respeto, la confianza, el amor la unión de mujeres y la autonomía.
Vamos a reforestar, recuperar las semillas, el territorio, tener sentido de pertenencia con el territorio, no talar árboles a las orillas de los ríos, no contaminar el agua, resistir y defender el territorio.