Derecho a pernada

Sigue existiendo. Los conquistadores lo tenían. Podían “tirarse” a cualquier mujer, sobre todo si la consideraban de rango inferior.


Recuerdo que uno de los deberes obligatorios del matrimonio católico era que “la esposa debía cumplir el débito” cada vez que a su marido le diera la gana. De lo contrario la esposa incurría en pecado, y eso era causal de nulidad. Lo cual quiere decir “que no existió sacramento”. Desde épocas inmemoriales existe este “derecho tácito”.

Por eso las agresiones sexuales hacia las mujeres, las violaciones, los asedios, cuando se denuncian, tienen tan pocas probabilidades de que la “justicia” pronuncie alguna sentencia condenatoria al respecto. Por eso mismo las mujeres casi no denuncian.

Podríamos escribir páginas enteras, libros gordos como el de Petete sobre las violaciones y abusos de los hombres hacia las mujeres, y no daríamos abasto. China, Japón, el Medio Oriente, Irlanda, Suecia, España, África entera, Colombia, Perú, Bolivia, Ecuador, Guatemala, Canadá… Ni un solo remoto lugar del planeta se salva de esta pandemia atroz y continua.

Pero el escándalo ha tocado de forma brutal el intocable Pentágono, y ahora es Washington con Obama a la cabeza, los que se tienen que pronunciar al respecto. Al fin ha salido a flote la violación sistemática, y el acoso de los hombres del ejército USA a las mujeres de las Fuerzas Armadas USA. Por años ha estado silenciado este atropello, pero las burbujas terminan por reventarse.

Sólo en el último año, 26.000 mujeres del ejército norteamericano han sido forzadas sexualmente por sus compañeros del ejército. La ley, vigente desde el siglo XVIII, que se remonta a la Ley Inglesa, sigue concediéndoles a los comandantes la autoridad total, para castigar o no a los abusadores… Obviamente quedando en la impunidad total el 90% de los casos. Los comandantes, todos hombres, siguen creyendo “como articulo de fe, que solamente ellos tienen el poder de decidir a quién se castiga y a quién no…” (Tomado del New York Times). Una madre de familia sostiene que “si mi hija decidiera enrolarse en el ejercito, le pediría que lo pensara muy bien, pues no es el enemigo el peligro, sino las violaciones sexuales”.

El escándalo estalló en el Pentágono. Las Fuerzas Armadas USA ven que el problema cada vez empeora y que no saben cómo resolverlo. Obama ya intervino y puso contra la pared a los Altos Comandos, amonestándolos airadamente: “La Armada está fallando en combatir los abusos sexuales hacia las mujeres, reconocemos esto, avergonzados”. Fueron las palabras del general Ray Odierno ante 540.000 soldados. El Congreso se pronunció al respecto y reconoció la urgencia de cambiar algunas leyes, a las cuales el Pentágono se ha resistido durante años.

Y no sólo son los soldaditos rasos. De “ahí pa’ arriba”, hasta los generales supremos se sienten con este Derecho a Pernada. Y si eso es con sus compañeras de armas, qué no habrán hecho en Irak, Irán, Vietnam, Pakistán…

Estamos bien con los USA. Además de espiados, con licencia para violar. Vamos a ver si Obama les pone el cascabel a estos gatos.

http://www.elespectador.com/opinion/derecho-pernada-columna-433902