De Mutatá a Apartadó

Desde las 10:00 a.m. hasta las 6:00 p.m. la treintena de pedalistas recorrieron la 5ta etapa, entre Mutatá y Apartadó.

El trayecto pasa entre haciendas ganaderas y los destrozos de la violencia socio política en Caucheras, Barranquillita. Allí el silencio se ahoga entre un largo río que atraviesa la carretera al mar, entre las faldas paralelas del serranía del Abibe.


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“Algo bello nos sucedió en medio de nuestra bicicletas atravesaron las mariposas del pacifico, las bellas y eternas de vuelo débil y altivo, eso fue a la salida de caucheras, en donde un trozo de la montaña evoca la selva y el bosque primario que allí existió”

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La distancia entre Mutatá y Chigorodó parece interminable. A lado y lado la deforestación es evidente, la reserva forestal convertidas en hatos. “Hay más ganado que personas”.

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Desde Chigoródo hasta Apartadó la afluencia de vehículos es mayor, un signo de una modernidad que contrasta con la pobreza a cada lado y es parte del paisaje del olvido de lo que alguna vez fue una reserva forestal. Aquí no han logrado convivir los seres humanos con los ecosistemas, “el progreso dejó ricos a unos, algunos que usaron de la violencia armada y pobres a la mayoría”.

A las 6:00 p.m. llegaron a Apartadó en medio de una militarización y presencia policial significativa por las elecciones los Triatlonistas.

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Irrumpieron en la bullaranga de las tiendas de Apartadó y se ganaron la mirada de miles de transeúntes que dijeron aquí están unos quijotes, defensores del mundo, de la humanidad en la biodiversidad.

Bogotá, D.C. junio 19 de 2010

Comisión Intereclesial de Justicia y Paz