Cuerpos despojados
El río Quito se ve desde el aire lanceado por la draga. Despojado de los bordes que ya no existen para marcar el límite entre el cuerpo de la selva y el cuerpo del agua, invadido ahora por mercurio; agua y subsuelo desmembrados, convertidos en lodo y oro. También lo he visto desde el bote, navegando un cauce que hasta los lancheros más expertos podrían confundir por lo desdibujado que está.
En el Bajo Atrato, donde también corren las aguas del Quito, que desembocaron frente a Quibdó, otros cuerpos también son lanceados: «Uno sí siente miedo, claro. Y las mujeres sentimos más miedo, claro, porque uno siempre se siente más vulnerable ante los grupos [armados]. Por la condición de mujer ellos utilizan otro tipo de amenazas o miedo con las niñas, que a veces llegan a enamorarlas; siempre las mujeres nos sentimos más en riesgo». (Mujer negra, Riosucio, 2022)
El territorio chocoano es un cuerpo y los cuerpos de las mujeres que habitamos aquí son territorios. Como cuerpo o territorio, mujeres y tierras han sido despojados, victimizados en nombre del extractivismo íntimamente ligado con el conflicto armado.
«Incluso ya nosotros sacamos el ganado porque nos invadieron el territorio con ganado. Cuando nosotros entramos, el empresario tenía el territorio con ganadería extensiva, búfalos, que eso fue lo que secó la ciénaga y afectó todo ese humedal.
Nos tiraban los caballos. Eran cinco vaqueros y llegaban y nos tiraban los caballos encima para atropellarnos. “Y las vamos a mirar bien, a ustedes las vamos a mirar bien porque nosotros sabemos que ustedes viven en el pueblo. En cuanto vayan al pueblo – a Bajirá, que es donde vivimos-, las vamos a violar”». (Mujer negra. Apartadó. 2022)
Unos días después de mi regreso a Quibdó, lanceada emocionalmente por la imagen del Quito, la Jurisdicción Especial para la Paz recibió el informe ‘Mujeres: cuerpos y territorios despojados en el Bajo Atrato’, que da cuenta de las violencias de género relacionadas con el derecho a la tierra y al territorio, ejercidas contra mujeres de los municipios de Carmen del Darién, Riosucio y Unguía, en el Bajo Atrato chocoano.
El informe fue presentado por mujeres negras, indígenas y mestizas de las comunidades étnicas de esa zona, con el acompañamiento del Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep) y de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, en el marco del proyecto Vamos por la Paz.
Se recogieron hechos comprendidos en un período de diez años: desde 2011, fecha en que se inició la política de restitución de tierras, hasta 2021.
Llevamos muchos años escuchando sobre los despojos y la lucha por la tierra en el Bajo Atrato; líderes asesinados, relaciones entre grupos armados, empresarios y políticos puestas en evidencia sin que eso represente administración de justicia para las víctimas y, aunque la violencia contra las mujeres siempre ha estado ahí, la intuimos y se conoce una que otra historia, carecíamos de un estudio que se centrara en sus voces y sus cuerpos, que nos permitiera entender que no están desarticuladas todas las formas de violencia, su condición étnica y social, su relación con el territorio que habitan y sus acciones para obtener una titularidad de lo que les ha pertenecido siempre.
Asesinatos, amenazas, atentados, lesiones, ataques, desplazamiento, violencias sexuales, detenciones arbitrarias, estigmatizaciones y desaparición forzada son algunos de los delitos reportados y denunciados, de los que han sido víctimas mujeres reclamantes de tierras, lideresas, defensoras de derechos humanos afro, indígenas y mestizas de la región.
Al final del informe se enumeran lo riesgos a los que siguen estando expuestas y queda claro que estos despojos están lejos de acabarse, que continúan ocurriendo día a día cada vez que una mujer decide reclamar lo que le pertenece o simplemente habitar la tierra que ha sido suya.
Están vivas estas violencias y creciendo, como el cauce del Quito y el Atrato en estos días de lluvia.
Por:
Velia Vidal
Fuente: Cuerpos despojados | Cambio Colombia
Imagen: El Colombiano
Disponible en: https://www.elcolombiano.com/cultura/velia-vidal-y-su-primer-libro-aguas-de-estuario-en-la-fiesta-del-libro-y-la-cultura-de-medellin-BB13747336