¿Cuál debe ser la posición cristiana frente a las primeras líneas?
Bogotá, 9 septiembre de 2021
Por culpa de ustedes, el nombre de Dios es denigrado entre las naciones
Romanos 2,24)
Estimados
Hermano en la fe
Cristianos, cristianas, personas interesadas,
He escuchado agrias y agresivas discusiones entre cristianos/as frente a lo que son y hacen las “primeras líneas” en los paros: de un lado, una cristiana muy convencida y practicante dijo: “Un cristiano no puede estar de acuerdo y ni apoyar a las primeras líneas, y mucho menos ser parte de ellas”. Ella expresa el pensamiento de muchos cristianos/as (católicos, evangélicos y protestantes), de ciudadanos del común, sectores del poder y lo que trasmiten medios de comunicación y noticieros de televisión. De otro lado, hay cristianos/as que las apoyan con alimentos, recursos económicos, atención en salud, prestando sus casas para protegerlos o curarlos, difundiendo noticias de lo que pasa en las manifestaciones.
Además, arzobispos pastores de diversas iglesias han dialogado con ellas y las valoran positivamente, hasta se creó una primea línea de líderes religiosos. ¿Quién tiene la razón? ¿A quién le creemos? ¿Qué haría Jesús de Nazaret? ¿Qué debemos hacer nosotros? Creo que es bueno discernir con cuidado la posición cristiana.
Unos hechos concretos Primero, es un hecho las “acciones directas de la ciudadanía”-ADC: paros, marchas, protestas, revueltas, plantones, huelgas… en todos los tiempos y en todo el mundo, revindican derechos fundamentales negados y vulnerados (abolición de la esclavitud y la discriminación racial, la libertad de las colonias y de presos injustos, salarios y horarios laborales justos…); se oponen a decisiones políticas y económicas (la guerra y la carrera armamentista, las invasiones a pueblos, reformas tributarias en favor de los ricos y contra los pobres, leyes antidemocráticas o discriminatorias…); buscan mejorar sus condiciones de vida (agua, salud, educación, transporte,seguridad social…). En todo el mundo, los derechos se han conquistado con las ADC.
Segundo, es un hecho que los grupos de poder político y económico que ganan con las injusticias y opresiones denunciadas por las ADC, los sectores “tradicionalistas” y las élites sociales y religiosas, las demonizan, ridiculizan, descalifican o invalidan con argumentos sociales, políticos, culturales o religiosos, para que la ciudadanía no vea la legitimidad de los derechos exigidos y la necesidad de cambios sociales. Y, desde su punto de vista, es normal porque pierden colonias, trabajadores baratos o gratuitos, posiciones privilegias, recursos económicos fáciles, además del cuestionamiento ético, moral y religiosos a su proceder.
Tercero, es un hecho que las ADC y las agresiones de la fuerza pública en su contra y la reacción de los manifestante son problemáticas e incomodas para los sectores de poder, para aliados y beneficiarios; también para la ciudadanía en general cuando grupos minoritarios que creen que rompiendo vidrios, tirando piedras o realizando acciones destructivas son más “revolucionarios”. Hay que tener en cuenta que en casi todas las marchas hay infiltrados de los gobiernos y sectores de poder especialistas en romper las marchas y provocar reacciones agresivas.
Cuarto, es un hecho que todas las personas quieren que las noticas de paros, marchas, protestas y revueltas sociales salgan de acuerdo con su visión del mundo y sus intereses económicos, ideológicos, sociales, religiosos o culturales, y que por las redes solo circulen los mensajes que refuerzan su manera de ver y que oculten, desmientan y contradigan a sus contradictores.
Quinto, las primeras líneas surgieron en Hong Kong y Chile. Ante la represión violenta de la fuerza pública contra la ciudadanía que protestaba por las políticas y acciones de sus gobiernos, grupos de personas se organizaron y se colocaban en medio, entre la fuerza pública y la ciudadanía, para proteger la integridad física de quienes protestaban. Con escudos, gafas, cascos y medios de defensa artesanales, más simbólicos que efectivos, contenían las agresiones; y ganaron mucha legitimidad por su organización, el respaldo de la ciudadanía y lo justa y legítima de sus acciones defensivas. Con esta versión coinciden sus voceros, testigos y observadores nacionales e internacionales. Es un hecho que hay personas que se hacen pesar por miembros de las primeras líneas y actúan por fuera de sus acuerdos.
Sexto, es un hecho que los medios de comunicación presentan las primeas líneas de acuerdo con su “línea editorial”, determinada por los dueños del medio. Lo periodístico, éticamente hablando, es presentar los hechos dándole el mismo espacio a todas las partes y que la gente saque sus conclusiones. Pero los medios del poder transmiten los hechos moviendo las emociones para llevar a los “televidentes” o los lectores a asumir su posición y visión. Dos ejemplos: en paros pasados, dos hombres patearon violentamente a dos mujeres. Unos medios han repetido, con gran despliegue, las imágenes de un joven dándole una patada a una mujer policía, pero no han hecho lo mismo con la imagen de un policía dándole una patada a una mujer joven. Esos medios le dieron gran despliegue, como debe ser, al abuso sexual de una mujer policía por parte de unos jóvenes, pero no le dieron igual despliegue al abuso sexual de una mujer joven por parte de miembros de la policía.
¿Por qué tanta contradicción en la valoración de las primeras líneas? Primero, cada persona construye su punto de vista con su historia, “mentalidad”, lecturas y la tendencia de los medios de comunicación que ve, oye y lee. Si alguien ve el mismo noticiero de televisión, las mismas redes sociales o las cadenas de whatsapp de los mismos grupos, y todos son de la misma corriente política, social o religiosa, esa será su visión de la realidad, el fundamento de sus opiniones, creencias y verdades, aunque, no se dé cuenta.
Además, si esos mensajes tienen una alta y sutil dosis de miedo, odio o rabia contra “los otros”, “los malos” o los que “quieren acabar con mis valores”, entonces, los descalificará sin conocerlos o escucharlos; le negará valor a los medios de comunicación que presenten otras caras de la realidad.
Segundo, los paros, marchas, protestas multitudinarias del 2019, 2020 y 2021 se realizaron contra las políticas del gobierno favorables a las élites económicas del país, contra el desmantelamiento practico de los “acuerdos de paz”, contra el silencio y la inactividad oficial frente al asesinato de líderes sociales y firmantes de los acuerdos, contra la corrupción general y mal manejo de la pandemia, contra la complicidad del gobierno con los “ladrones de cuello blanco”, entre muchas otras cosas.
Tercero, es necesario tener presente que la memoria es tendenciosa y selectiva, tiende a conservar y recordar la información que llega a las emociones (amor, odio, miedo, ilusión) y que toca los intereses. Esta realidad ha sido muy estudiada por los medios de comunicación, las empresas de publicidad, los gobiernos, los partidos políticos y los grupos de poder económico. Ellos saben cómo comunicar los hechos para llegar a las emociones y producir en los oyentes, televidentes o lectores, reacciones favorables a sus intereses económicos, políticos, sociales, culturales o religiosos.
Cuarto, es importante saber que inmensa mayoría de los principales medios de comunicación en Colombia son propiedad de cuatro grupos económicos, tres de ellos los más grandes del país, que han informado históricamente, de acuerdo con su visión e intereses. Y el país ha pensado, actuado y decidido con la información que ha recibido.
Veamos algunos de los medios propiedad de los grupos económicos, según el portal www.monitoreodemedios.co: Luis Carlos Sarmiento Angulo es dueño de la Casa Editorial El Tiempo S.A propietaria de: diario El Tiempo, Periódico Portafolio, Llano 7 Días, Boyacá 7 días, ADN Bogotá, ADN Cali, ADN Medellín, ADN Barranquilla, Lecturas Dominicales, Revistas Don Juan, Carrusel, Motor, Elenco, Bocas y Aló, de City TV y Futbol red. Carlos Ardila Lule, recientemente fallecido, y su organización son propietarios de Canal RCN: Noticias RCN, NTN 24, WIN Sports, Mundo Max, RCN Novelas, Canal Nuestra Tele; Igualmente de
RCN radio: Amor Stereo, Antena 2, Años Maravillosos, Boleros RCN, Caribe y Son, Clásica, Colombianísima, El Sol, Electrofiesta, Fantástica, Instrumental, Kids, La Cariñosa, La FM, La Mega, Mundo Max, Nuestra tierra, Ochentera, Oyendo Salsa, Radio Red, Radio Uno, RCN Mundo, Rockeando, Rumba, Vallenato Ventiao y Ventura. El grupo empresarial Santodomingo es propietario del Canal Caracol, Caracol Telenovelas, Blu Radio, El Espectador, Caracol tv, Noticias Caracol, Caracol internacional, Revistas Cromos y Shock. Los hermanos Gilinski son propietario de Publicaciones Semana S.A: Revistas Arcadia, Dinero, Fucsia, Jet Set, Semana y SoHo.
Algunos medios han introducido en la sociedad la idea que es normal que los dueños de los medios hagan lo que quieran con ellos y que les sirvan para limpiarsu imagen cuando hacen algo ilegal o ilegitimo. Olvidan que la información es un bien público, porque las decisiones transcendentales para la vida personal, social, religiosa, política o económica se toman de acuerdo con la información y las emociones que los medios trasmiten, y que lo hacen para beneficiar política y económicamente a sus dueños.
Quinto, por todo lo anterior, es “normal” que los medios de comunicación tradicionales magnifiquen lo negativo, satanicen a quienes protestan y a quienes los respaldan, que silencien, minimicen y tergiversen los reclamos justos de las protestas, que no muestran lo multitudinarias, pacíficas, diversas, creativas y culturales de las protestas. Es “normal” que muevan la opinión pública a pensar que los manifestantes son vándalos, violentos, sin razones, que solo quieren el caos y son enemigos de progreso. Así logran que siga la corrupción, el deterioro de la democracia, la concentración del poder y del dinero en sus manos.
Es bueno que recuerdes que en estos temas no soy neutro, hace más de 35 años participo en marchas, protestas, actos simbólicos o religiosos por los derechos fundamentales y en contra de las injusticias, contra la corrupción y la carrera armamentista, para denunciar la desaparición forzada y los crímenes de estado; por los derechos de la víctimas y en contra del asesinatos de líderes sociales, firmantes de los acuerdos, líderes ambientales; por el cumplimiento de los acuerdos de paz y en contra de las políticas antidemocráticas del gobiernos y sus múltiples reformas, o acompañando “entierros” de opositores políticos, defensores de derechos humanos, periodistas, miembros del sistema judicial, líderes religiosos… Sabes que soy practicante de la no violencia activa y que rechazo la violencia en las marchas, tanto por convicción como por estrategia.
¿Qué deberíamos hacer lo cristianos/as?
Primero, informarnos mejor sobre las razones de los paros y contrastar la información que nos llega de diversos medios. Diferenciar la información descriptiva de los hechos, de la información valorativa, la que hace juicios de valor sobre ellos. En torno a la primera línea es importante leer primero descriptivos, como este: que-es-la-primera-linea-y-por-quehan-sido-claves-en-las-movilizaciones-sociales/, los juicios de valor debe hacerlos cada persona. Igualmente, analizar la forma cómo diversos medios presentan los mismos hechos.
No es sano dejar que solo un grupo económico-político nos muestre la realidad. Segundo, una posición cristiana debe basarse en criterios bíblicos como estos: “examínenlo todo y quédense con lo bueno” (1Tes 5,21), contrastando los intereses de quienes informan; “ocuparse de lo verdadero y noble, de lo justo y amable” (Fil 4,8), sin importar si nos favorece o no; “utilizar la misma medida para medir a los otros y para medirnos” (Cf. Lc 6,38), ¿aceptamos que usen con nosotros la medida que usamos con los otros, en las mismas situaciones?; “practiquen la justicia y el derecho” 1 (El derecho se refiere a lo legal y la justicia a lo social); “Yo vine para que tengan vida, y la tengan en abundancia” (Jn 10,10), y pensar, hablar y actuar de modo que “la vida abundante” sea realidad para todos los seres humanos y el planeta.
Tercero, para actuar responsablemente en los conflictos y las guerras, debemos tener en cuenta que: “la primera víctima cuando llega la guerra es la verdad” (Hiram Johnson, senador EE. UU., 1917 en la Primera Guerra Mundial), y que «en tiempos de guerra la verdad es tan preciosa que debería ser protegida por un guardaespaldas de las mentiras» (Winston Churchill en la Segunda Guerra mundial). En Colombia tener presente que la alianza entre el Estado, los paramilitares y empresarios buscaba “identificar a los estudiantes y profesores que tenían ideas sobre temas sociales y políticos que fueran críticos del gobierno” 2 ; que “cuando funcionarios públicos y a veces también medios estigmatizan a la prensa independiente y a la protesta terminan dándole un aura de legitimidad a los abusos de miembros de la fuerza pública y de la sociedad” 3 .
Estar en desacuerdo, pensar diferente, creer distinto, actuar libre y sin apego a “tradicionalismos” no es malo, más aún, por eso persiguieron a Jesús de Nazaret. Proponer otras relaciones económicas y sociales entre los seres humanos y colocar la vida de la naturaleza por encima del capital es necesario para preservar la humanidad. Descalificar, condenar o absolver sin conocer, sin analizar es inaceptable cristianamente. Pensar y actuar por lo que “me diga” el jefe o el líder religioso, puede llevar a repetir la triste historia de la gente religiosa persiguiendo y asesinado a Jesús de Nazaret porque estaba cuestionando su manera de ser y relacionarse con Dios y los seres humanos. Las personas religiosas del tiempo de Jesús: “Descuidaron el mandato de Dios por aferrarse a la tradición de los hombres” (Mc 7,8).
Por: Alberto Franco, CSsR.
Francoalberto9@gmail.com
Disponible en: CarTaDeVer
Imagen: Iglesias y Minería