Crisis Humanitaria en Resguardo Chimiadó por confinamiento armado y temor a extensión de pandemia
A pesar del llamado a un Cese Humanitario por la pandemia COVID19, hoy persiste el confinamiento de más de 1.400 emberas, la mayoría son niños del Resguardo Chimiadó, en Murindó, Antioquia. El sitiamiento se inició desde el domingo 9 de febrero por la disputa entre la guerrilla del ELN y las AGC y las Fuerzas Militares.
La crisis humanitaria y de derechos humanos se profundiza por la escases de alimentos, la mayoría de las siembras de pan coger están abandonadas debido a la instalación de minas antipersona y las órdenes tanto del ELN como las AGC de restricción a la libre movilidad ante la sospecha de ser colaboradores de alguna de las partes. Las chagras sitios de caza y pesca están totalmente abandonados.
Ayer, jueves 26 de marzo a las 9:00 a.m. durante 25 minutos se produjo un contacto armado entre AGC y ELN en inmediaciones de la comunidad de Coredó. La comunidad asustada se refugió en sus casas, mientras que hubo llanto por parte de niños y mujeres.
Desde el día de ayer hasta hoy la comunidad se encuentra en sus tambos sin salir de ellos.
Semanas antes el lunes 10 de febrero a las 11:00 a.m. se presentó un enfrentamiento de una hora de combates entre AGC y ELN en los alrededores de las comunidades de Islas, Coredó y Guagua del Resguardo Chimiadó.
El sábado 15 de febrero a las 2:00 p.m. se produjo un nuevo enfrentamiento por 45 minutos entre AGC y ELN a 8 minutos de la comunidad de Coredó, aunque la población se encuentra ilesa la comunidad ha estado confinada en sus tambos.
La eventual expansión del COVID-19 sería muy grave por lo que se suman al llamamiento para un Acuerdo Global Humanitario esperando que el presidente Duque de respuesta.
Igualmente, exigen una presencia integral del Estado de carácter preventivo en materia de salud y derecho a la alimentación para 1440 personas, siendo 150 personas en Chimiadó, Islas, con 300 personas, Guagua, con 390 personas, Coredo con 280 personas y Bachidubi 320 con personas.
Estas comunidades y las de Alto Guayabal están ubicadas en el Cerro Cara de Perro, en la mira de una multinacional que pretende explotar a cielo abierto oro, cobre, molibdeno.
Urge una respuesta integral y eficaz de Estado ante una situación estructural e histórica de exclusión y destrucción con violencia.
Las comunidades embera asumieron desde la semana pasada la exigencia de Acuerdo Humanitario Global por COVID19,
Bogotá D.C., 27 de marzo del 2020
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz.