Crímenes de Lesa Humanidad durante la retoma militar al Palacio de Justicia
25 años de Un Grito de Dignidad Contra la Impunidad, la impunidad persiste, la verdad se mantiene en un pacto oficial de silencio y la justicia no aparece, hasta que aparezcan los desaparecidos.
Memoria y Justicia
Empleados de la cafetería y visitantes, desaparecidos
Irma Franco
Un cuarto de siglo de crímenes aún sin una justicia formal que garantice la no repetición. Un condenado por el ejercicio en derecho de una Fiscal y una Jueza que parecieran expresar la excepción a la regla de un aparato de justicia dirigido al encubrimiento de la verdad y la preservación de la impunidad. Un grupo de abogados y abogada de la parte civil representando a las víctimas de estos crímenes y por ello han sido objeto de señalamiento, persecución, amenaza, estigmatización, como si se anunciara repetir lo ya ocurrido con el primer abogado Eduardo Umaña.
Pero, en 25 años, nada de esto hubiese sido posible sin la terquedad y persistencia de los familiares de las víctimas de estos crímenes. Los padres, madres, esposos y esposas iniciaron una búsqueda de sus desaparecidos desde las primeras horas, seguidos de sus hijos, de los hermanos y hoy continuada por las nuevas generaciones de nietos y hasta bisnietos.
Es la dignidad constituida como la razón de ser de la terquedad, de la pregunta insistente, del develamiento de verdades parciales, aún no la más completa sobre ¿Qué hicieron y dónde están los desaparecidos forzadamente por el ejercito durante la retoma militar al Palacio de Justicia?
Como un grito, en 25 años, se ha buscado con dignidad, sin vacilación, a veces con una esperanza cansada, pero con el amor a cuestas que permite recuperar las fuerzas y seguir andando, buscando.
Ese grito de Dignidad Contra la Impunidad ha provocado que a los 20 años de los crímenes, por fin una Fiscal investigara y diera curso a unos juicios llenos de presiones del gobierno y los militares. Un condenado en medio de polémicas mediáticas e injerencias del ejecutivo indebidas, en una actitud de obstruir la poca justicia impartida. Unos juicios que continúan, en medio de la incertidumbre sobre sus resultados, ¿serán absueltos o condenados?
Más allá de condenas ciertas o posibles, de nuevas investigaciones por otros crímenes como el de la tortura y ejecución extrajudicial del Magistrado Urán y de los estudiantes del Externado detenidos arbitrariamente y torturados sin misericordia, junto al abogado Quijano. Más allá de las pruebas que comprometen la responsabilidad estatal a través de las Fuerzas Militares en los crímenes perpetrados, aún no se sabe dónde están los restos de los desaparecidos, y pasados 25 años se mantiene un duelo que pareciera interminable. Por ello, la expresión máxima de justicia para los familiares de los desaparecidos, casi sería “la entrega de por lo menos una falange de nuestros desaparecidos, que se entreguen las coordenadas de dónde exhumarlos y darles una sepultura digna de un ser humano”.
Los desaparecidos de la cafetería, las visitantes ocasionales e Irma, gracias a sus familias hoy están presentes. No es una historia que pasó, es la imagen presente que desde hace 25 años nos actualiza en el presente una realidad vivida por miles de familias. Junto al dolor de su desaparición, las familias han padecido la tortura en el tiempo de ser señalados, juzgados, perseguidos. La familia de IRMA, de DAVID, BERNARDO, CARLOS, HÉCTOR, LUZ MARY, LUCY AMPARO, ANA ROSA, CRISTINA DEL PILAR, NORMA CONSTANZA, GLORIA y GLORIA, no descansarán hasta recuperar los cuerpos de sus familiares y con ello lograr lo que se llamaría Justicia.
El dolor de los familiares de los desaparecidos, está acompañado del dolor de aquellos sobrevivientes que en 25 años han llevado en su humanidad las huellas de la tortura. Un crimen, que aún pasando los años, no permite superar el dolor, que genera exclusión y marginalidad. Que está presente en los sueños, que son normalmente pesadillas, que está presente en los dolores de cabeza que genera recordar los rostros, las voces, los actos de esos criminales que da miedo señalar.
YOLANDA SANTODOMINGO y EDUARDO MATSON, en 25 años han conmemorado silenciosamente desde una huella imborrable en su humanidad. Desde ese silencio hoy también buscan justicia, anhelan en derecho un castigo ejemplar a los torturadores para que nunca más se repita este crimen sobre quienes resultan “sospechosos” para el poder.
Pero, más grave aún cuando pasado más de 20 años de elaborar un dolor por la muerte del padre y esposo, las hijas y esposa de CARLOS HORACIO URÁN ROJAS se ven obligadas a empezar de nuevo un duelo, sabiendo ahora que él no murió como les dijeron, como les mintieron. Un dolor elaborado desde la mentira, al aparecer esta verdad de la tortura y ejecución extrajudicial de Carlos Horacio a manos de los militares que afirmaron “defender la democracia y las instituciones”, que justificaron la acción militar “en el rescate de los rehenes, de los magistrados”.
Carlos Horacio es uno de los magistrados, no sabemos ya si el único que murió no por el fuego cruzado o las llamas, sino por las balas de las armas oficiales, con tiros que llaman de “gracia”.
Quedan las palabras y las andadas, las imágenes, no en el pasado sino en el paso diario de una búsqueda de 25 años que nos hace presente a quienes por la Fuerza están ausentes.
En la memoria, en las palabras e imágenes, la expresión de la verdad y la justicia desde los sobrevivientes, los familiares de las víctimas y aquellos testigos de la historia, ustedes, nosotros, los que vendrán.
En medio de conmemoración, una llama “eterna” se encendió y en ella recogidas estas palabras pronunciadas por uno de los familiares:
“En nombre de todos los familiares de los desaparecidos en el palacio de Justicia agradecemos a la oficina del alto comisionado de naciones unidas para los derechos humanos y su representante en Colombia Cristian Salazar, a la honorable Corte Suprema de Justicia y a los funcionarios judiciales que permitieron que 20 años después se haga una verdadera investigación con los desaparecidos en el holocausto, quienes son: Gloria Anzola de Lanao, Bernardo Beltrán Hernández, Héctor Jaime Beltrán Fuentes, Ana Rosa Castiblanco, Norma Constanza Esguerra, Irma Franco Pineda, Cristina Guarín Cortes, Gloria Stella Lizarazo, Lucy Amparo Oviedo de Arias, Carlos Rodríguez Vera, David Suspes Celis y Carlos Horacio Urán Rojas.
Queremos exaltar de manera pública el trabajo realizado por nuestro abogado defensor Eduardo Umaña Mendoza, asesinado en 1998, cuyo crimen también esta impune, quien en compañía de nuestros padres: Aura de Oviedo, Maria de Beltrán, Rosalbina León, Maria Torres, José Guarín entregaron su vida sin poder conocer la suerte que corrieron sus hijos. Igualmente resaltamos la labor incansable de Enrique Rodríguez H en busca de la verdad y la justicia.
Vemos con satisfacción y esperanza la promesa del nuevo gobierno de respetar todas las decisiones judiciales lo que marca una diferencia con el anterior gobierno que interfirió directamente poniendo en grave riesgo a los administradores de justicia, abogados y familiares, sin embargo nos preocupa profundamente el retiro de la fiscal Ángela Maria Buitrago quien durante casi cinco años, logro adelantar las investigaciones y la solicitud de condena de uno de los principales responsables, la salida de la Dra Buitrago no es clara para nosotros quienes aún no sabemos si se trato de retirar a una fiscal que tenia unos procesos atrasados o unos muy adelantados.
Es una burla a la justicia y una continuación de la impunidad, que el primer condenado a 30 años de prisión por las desapariciones de nuestros familiares, no este pagando su pena en un sitio de reclusión que corresponda con la gravedad del crimen que cometió.
Pedimos al gobierno nacional un absoluto y real respeto por la justicia y sus decisiones, es necesario rodear de garantías y plena protección a los fiscales, jueces, defensores y familiares, es igualmente importante que el Estado colombiano emprenda una tarea seria de búsqueda de los restos de los desaparecidos que permita hacer un epílogo de esta tragedia que cumple un cuarto de siglo de impunidad.
Pedimos a todos los asistentes un minuto de silencio en homenaje a los desaparecidos y las víctimas del holocausto del palacio de justicia.
Seguimos preguntando: ¿Donde están los desaparecidos del palacio de justicia?.
Invitamos a ver estos videos en los 25 años de una búsqueda de verdad y justicia desde un grito de dignidad contra la impunidad que no cesa.
Conmemoración 25 años Palacio de Justicia
Un grito de Dignidad – 25 años buscándolos
escuchar:
Sin Olvido, espacio de memoria en la plaza de Bolívar
http://www.contagioradio.com/sin-olvido/sin-olvido-desaparecidos-del-palacio-de-justicia
25 años, un grito de dignidad contra la impunidad
http://www.contagioradio.com/cambios-que-no-se-ven/palacio
Bogotá D.C., 6 y 7 de noviembre de 2010
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz