Contrareforma agraria en la nueva fase del control

“Mi casa será casa de oración. Pero ustedes la han convertido en cuevas de ladrones” Lucas 19, 46


RESUMEN

Durante el mes de agosto, dentro del Territorio Colectivo del Cacarica, se vienen creando los dispositivos de legitimación social y comunitaria de las propuestas de proyectos agroindustriales en medio de prácticas de control militares y paramilitar.

En actuaciones, funcionalmente divididas, unidades militares de la Brigada 17 realizan operaciones psicológicas de intimidación, de persecución, de señalamientos sobre pobladores de Bocas de El Limón y la Zonas Humanitaria “Nueva Esperanza en Dios” que afirman sus derechos a la vida y al territorio, generando una situación de gran vulnerabilidad sobre niñas y niños, que sufren el acoso permanente de militares y la destrucción de bienes de pan coger, la destrucción de signos de las comunidades asociadas en CAVIDA con los que se pretende proteger la biodiversidad.

Entre tanto, sobre el espacio perimetral de la Zona Humanitaria “Nueva Vida” y el Parque Nacional de los Katios la movilidad de “civiles” de la estrategia paramilitar combina diversos tipos de tácticas, entre ellas, la contrarreforma agraria con la apropiación de mejoras del territorio colectivo en donde se proyecta la siembra de banano, “baby”, la extensión ganadera, la palma y la coca.

La eventual desmovilización de estructuras paramilitares se desarrollará posiblemente sobre la jurisdicción de La Balsa dentro del territorio colectivo del Cacarica, lo que se convertirá en un mecanismo de legitimación de la apropiación ilegal de mejoras y de legitimación de un modelo de sociedad basado en la ilegalidad legalizada y en la agroindustria como mecanismo de la reconciliación. Por eso se entiende el desconocimiento a las medidas cautelares de la Comisión Interamericana por parte del Gobierno Nacional. Ante esa nueva táctica real, la verdad, la justicia, la reparación integral son simple quimera.

Ver adjunto HECHOS EN DETALLE Y LINEAS DE INTERPRETACION

HECHOS EN DETALLE

* Lunes 8 de agosto, aproximadamente desde las 8:00 a.m. hasta las 4:00 p.m. se realizó una reunión en Bocas de El Limón en la que hicieron presencia oficiales de la Brigada 17, y en la que se contó con la presencia de cinco personas habitantes de San José de Balsa, La Balsita.

En la reunión se afirmó que nuestra Comisión de Justicia y Paz hurtó cerca de 1000 millones de pesos (U.S. $ 435.000) de un proyecto de vivienda y de producción de pan coger. Se aseveró que los integrantes de las familias asociadas en CAVIDA, como nuestra organización humanitaria, se amparan en actuaciones ilegales, “pronto se hará justicia, ellos los de CAVIDA y los de Justicia y Paz van a pagar con cárcel por toda la ilegalidad y violaciones de derechos.”.

Posteriormente se expresó en la reunión que algunos pobladores afrodescendientes de La Balsa y de La Balsita han firmado convenios de usufructo por 50 años para la siembra de primitivo “baby”, que a las familias se les había entregado semillas para siembra de dos hectáreas de plátano, que “este es el comienzo del progreso y el desarrollo de las comunidades”, y “la construcción de la carretera panamericana es un hecho, que permitirá el desarrollo integral, ya vendrá la canalización del caño”. Se agregó que existen muchas dificultades entre ellas, los inconvenientes que ha puesto la Corte Constitucional por la acción de tutela de Cavida y todas las acciones que hacen esos de “Justicia y Paz” en todas partes pero que ya se están haciendo acciones en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos contra ellos. “Los de CAVIDA y los de Justicia y Paz se enteran de todo y eso trae dificultades pues luego de giras en los Estados Unidos, ellos controlan todo y cuando se llega a Colombia se tienen demandas”.

Se manifestó que se estaba buscando la compra de mejoras y a los pobladores que han sembrado coca se les invitaba a erradicarla manualmente, a vincularse al programa guardabosques para evitar que exista fumigación

Antes de terminar la reunión se agregó que en los próximos días se espera la respuesta de las comunidades frente al programa guardabosques.

* Jueves 11 de agosto, hacia las 10:00 a.m. un grupo de acompañantes internacionales con integrantes de las familias de los Consejos Comunitarios asociados en CAVIDA ingresaron a una mejora dentro del Territorio Colectivo ubicada a hora y media a pie de Bocas de El Limón.

En la mejora del afrodescendiente se observaron daños en algunos productos de pan coger, robles y cativos con marcas –tallas- con insignias militares de la Brigada 17, secuelas sobre la vegetación por la instalación de un campamento militar.

Los afrodescendientes acompañaron la visualización de los linderos del propietario, instalando en dos lugares diferentes letreros en madera con los que se expresaba que la mejora es parte del Territorio Colectivo del Cacarica, que su destino es la preservación de la biodiversidad, la sostenibilidad de la familia y la humanidad y la decisión de que esa tierra no se habilita para la siembras agroindustriales de los monocultivos.

A eso de las 2:20 p.m. este mismo grupo de observadores internacionales y delegados de las comunidades, cruzaron nuevamente por Bocas de El Limón. En el lugar, las unidades militares de la Brigada XVII abordaron a un niño de 12 años, que se encontraba acompañando la delegación: “¿esos internacionales quiénes son?¿ Llevan armas?”-

Luego de 15 minutos de navegación en dirección al caserío de Bogotá, se llegó a la mejora de la familia afrodescendiente VELASQUEZ, asociada en CAVIDA con la finalidad de instalar varios letreros de visibilización del lugar. En ese momento en el interior de la propiedad familiar se encontraba más de una veintena de unidades militares. Algunos de los militares interrogaron a los niños sobre el por qué de la presencia en el lugar de los civiles y les solicitaron alimentos, a lo que estos se negaron.

La comitiva de internacionales y afrodescendientes constataron, en medio de la presencia militar, dentro de la propiedad familiar los daños a bienes de pan coger, árboles frutales, cochera, pastos, vegetación diversa. 20 minutos después de habilitar unos huecos, los propietarios de la mejora procedieron a la instalación, por parte de los habitantes tradicionales del lugar, de un letrero en el que se inscribió el siguiente texto: “en esta mejora del Territorio Colectivo no está autorizada la presencia de grupos armados”. Los militares observaron con detenimiento el letrero.

Hacia las 4:00 p.m. aguas arriba del río conocido como Peranchito, en medio de la presencia militar, en el extremo nor-occidental de la mejora de la familia VELASQUEZ se instaló otro letrero con la siguiente expresión: “En esta mejora del Territorio Colectivo del Cacarica no está permitida la siembra de cultivos de uso ilícito ni el desarrollo de megaproyectos “.

Aproximadamente a las 4:45 p.m. tres soldados adscritos a la Brigada 17, quiénes se encontraban cerca de la casa principal de la mejora, empezaron a consumir marihuana en medio de las afrodescendientes y de los delegados internacionales.

Desde el 2003, casi sistemáticamente, esta han sido unas de las mejoras, que sin consentimiento de sus habitantes tradicionales y del Consejo comunitario han sido usada como campamento militar, sitio de desembarque, y aterrizaje de helicópteros.

* Viernes 12 de agosto, nuestra Comisión de Justicia y Paz, conoció en horas de la mañana a través de habitantes de El Tarra y Tibú, Norte de Santander, que hacía pocos días habían visto a JOSE FERNANDO BERRIO, Alias el “aleman”, a escasos metros de un reten militar, presentándose como integrante del Bloque Pacífico e incorporando gente para desarrollar el esquema de protección de los proyectos agroindustriales de palma africana y cacao, los cuales alcanzan 8.000 mil hectáreas.

* Sábado 13 de agosto, en horas de la mañana, afrodescendientes, junto con integrantes de nuestra Comisión de Justicia y Paz, se dirigieron hacia la mejora de la familia VELASQUEZ y constataron que los tres letreros puestos fueron derribados por las unidades militares de la Brigada 17, el día anterior. De acuerdo con testigos, militares en horas de la tarde arrojaron los letreros de madera al suelo y los pisotearon mientras se reían.

Los afrodescendientes, entre ellos uno de los copropietarios, MARCO VELASQUEZ integrante de CAVIDA, abordó a los militares en Bocas de El Limón exigiendo respecto a su mejora, solicitó dar razón de la destrucción de los letreros y requirió el desalojo de la propiedad familiar. Los militares se limitaron a decir:”No fuimos nosotros, fueron miembros de las comunidades”“.

* Jueves 18 de agosto, nuestra Comisión de Justicia y Paz recibió el testimonio de la retención de un poblador afrodescendiente que se dirigió el lunes 15 de agosto, desde la Zona Humanitaria ”Nueva Esperanza en Dios” hacia el caserío de Barranquilla. Los militares a eso de las 10:00 a.m. lo rodearon, lo obligaron a sentarse en el piso, le apuntaron con sus fusiles, luego lo acusaron de ser guerrillero y de dirigirse hacia donde estos. Ante las respuestas del afrodescendiente quién afirmó sus derechos y su identidad como poblador civil, le advirtieron que debía cuidarse, luego lo dejaron continuar su camino.

* Viernes 19 de agosto, aproximadamente hacia las 10:30 a.m. 6 soldados de la Brigada 17 en el punto conocido como La Montaña, entre el camino de la Zona Humanitaria “Nueva Esperanza en Dios” y Bocas del Limón abordaron a una niña de 17 años, a quien interrogaron sobre su traslado de un lugar a otro, con quién iba acompañada. Luego de 10 minutos de interrogatorio, los militares le expresaron que ese camino es el recorrido por la guerrilla y que era mejor que se quedara con ellos. La niña afirmó su identidad como pobladora civil e integrante de CAVIDA, cuando la menor no soporta más el acoso se echó a correr. Los militares le gritaron: “guerrillera, por qué huyes”.

* Lunes 22 agosto, hacia las 3:30 p.m., aproximadamente, a dos unidades militares adscritas a la Brigada 17, se les observó consumiendo sustancias psicoactivas – marihuana y bazuco – en los alrededores de una de las mejoras de un afrodescendiente de CAVIDA ubicada a 10 minutos de Bocas de El Limón.

En el lugar se encontraban algunos niños jugando, quienes, cuando observaron el movimiento militar decidieron regresar a la Zona Humanitaria. A dos de los niños de 8 años de edad, los militares se les acercaron, les ofrecieron marihuana, se bajaron los pantalones y la ropa interior quedando desnudos, luego de mostrarles los genitales, se empezaron a reir. Cuando los niños empezaron a correr, los militares los persiguieron apuntándoles con sus fusiles y exigiéndoles que se detuvieran o si no disparaban.

* Domingo 28 de agosto, hacia las 10:00 a.m., unidades militares tumbaron por segunda ocasión, el letrero de protección de tierras en la mejora de la familia VELASQUEZ, luego de haberlas reinstalado instalado en días anteriores.

Dos horas y media después, aproximadamente, las unidades de la Brigada 17 destruyeron una embarcación de madera, conocida como casco, propiedad de la familia VELASQUEZ.
Los pobladores del caserío El Limón y de la Zona Humanitaria “Nueva Esperanza” se dirigieron entonces a uno de los oficiales que se encuentran en el Cacarica, solicitándole una reunión urgente con la comunidad para exigir respeto a sus derechos, el cese de los abusos, de los hostigamientos, de las presiones de los militares sobre los afrodescendientes, y la destrucción de bienes de supervivencia, el uso de los lugares exclusivos de la población como el centro de salud, lugares de recreación de la escuela, y realizar una sanción ética de acuerdo con los principios del Proyecto de Vida.

El mando de los militares expresó que estaría dispuesto a una reunión aclaratoria, la comunidad estuvo reunida para la cita con el capitán, pero éste nunca llegó.

* Lunes 29 de agosto, entre las 10:45 y 11:15 a.m. unidades militares ingresaron sin ningún tipo de autorización a la cancha deportiva del caserío Bocas de El Limón donde empezaron a jugar fútbol. Inmediatamente los pobladores se dirigieron a un oficial de la Brigada 17, exigiéndole salir inmediatamente del espacio comunitario, respetar la decisión de las comunidades. El militar expresó que en ese momento no atendía a nadie porque estaba concentrado en el juego de fútbol.

Miembros de la comunidad observaron cuando uno de los profesores nombrado por el municipio de Río Sucio entregó a los militares un balón de fútbol en el que estaba inscrito: “guerrilleros entréguense a la alcaldía, al ejercito, a la iglesia o a cualquier religioso… entréguese, deje sus armas, hágalo ya.” Este balón se iba a entregar a los afrodescendientes
* Martes 30 de agosto, hacia las 4:00 p.m., en la orilla de Bocas de El Limón, la comunidad dejó Constancia de que se vio obligada a dialogar directamente con los militares, ante el desconocimiento del gobierno Nacional de la Comisión Mixta de Verificación, la ausencia de respuesta ante las medidas cautelares, la ausencia de actuación de la Procuraduría General de la Nación ante los abusos denunciados desde el 2003, la ausencia de la presencia de la Defensoría del Pueblo.

Entre otros aspectos las comunidades exigieron el retiro inmediato de los militares de los lugares comunitarios de recreación, de trabajo de espacios como la orilla de los ríos, abstenerse de usar los lugares de vida de mujeres, niñas y jóvenes; la destrucción de bienes de pan coger, de utilizar las mejoras de los integrantes de CAVIDA, como campamentos militares; el cese a la destrucción de bienes de uso exclusivo de la población como las canoas, el respeto a los letreros que identifican las mejoras de los habitantes de CAVIDA que se niegan a la siembra de coca, de palma o de cualquier semilla en producción agroindustrial; el cese a la intimidación, hostigamiento a niñas y niños, jóvenes mujeres a quienes ofrecen dinero, consumo de marihuana y bazuco o acoso sexual.

El mando de la Brigada 17 expresó: “si hemos causado daños los pagamos. Nosotros no tumbamos letreros de la fincas, pero lo que dicen esos letreros es muy fuerte porque exige que ningún actor armado este en la finca. Nosotros estamos acá por orden del Presidente Uribe. Nosotros tenemos experiencia de acompañar comunidades de paz como la de San José de Apartadó, donde han sucedido cosas fuertes, yo vengo de allá, pero también sabemos que estas comunidades están infiltradas y sus lideres se rigen por la guerrilla y nosotros estamos donde está la guerrilla”.

Y el mando agregó: “nosotros sabemos que dentro de la tropa hay varios viciosos, cada día nos reunimos con ellos pero que más hacemos…. si fueran familia mía fuera diferente, pero en el ejército se recoge de todo tipo de gente, desde viciosos hasta matones, abusadores y no se puede cambiar a la gente adulta y solo están dos años con nosotros prestando el servicio militar.”

El capitán terminó diciendo: “se nota que aquí hay varios de la comunidad que no gustan de la institución, se les nota el odio, pero quieran o no aquí estamos”

* Jueves 15 de septiembre, en horas de la mañana se inició una segunda reunión en los limites del caserío Bocas de El Limón con la presencia de unidades militares, delegados de la alcaldía y delegados de la comunidades en los que nuevamente se abordó a las comunidades acerca de su vinculación al programa de Guardabosques y proyectos agroindustriales en la región.

De acuerdo con testigos, el silencio absoluto fue la actitud predominante de los asistentes.

Ese mismo día, en el punto conocido como La Tapa, un proveedor de productos de consumo de los militares, a quién estos le adeudaban dinero se vio obligado a desplazarse forzadamente, luego de haber exigido a estos el pago de los créditos. Los militares amenazaron al joven, apuntaron con sus fusiles sobre su cuerpo y en medio del forcejeo entre los mismos efectivos regulares se oculto entre la maleza. Horas después huyo al parecer hacia Turbo

* Sábado 17 de septiembre, medios de información reportaron que el llamado Comandante de la estrategia paramilitar JOSE FERNANDO BERRIO, “El Alemán” del Bloque “Elmer Cárdenas”, que opera en el bajo Atrato, el Jiguamiandó y Curvaradó, Cacarica y Antioquia anunció el inició de una posible desmovilización articulado al Proyecto de Alternatividad Social, PASO.

De acuerdo con informaciones extraoficiales, de fuentes de confiabilidad, las zonas posibles de dejación de armas y desarrollo agroindustrial del PASO, serían límites entre el medio y bajo Atrato, el Curvaradó y el sitio conocido como San José La Balsa y La Balsita en el Cacarica en donde se encuentran operando vestidos de “civil” con armas cortas.

En este lugar de La Balsa en desarrollo de la nueva etapa de la estrategia paramilitar se desarrollan desde mediados del 2003, proyectos de control social con entrega de tierras a repobladores, semillas de plátano “baby”, deforestación y preparación de tierra con maquinaria pesada, ganado y tiendas de abastecimiento interconectadas con una abastecedora que se encuentra en Río Sucio enfrente de la personería municipal. A la tienda de Río Sucio los campesinos llevan vales para la adquisición de licor y bienes de subsistencia, autorizados por “el patrón”, administradores de llamado “Alemán”, estos están obligados a entregar las rastras de madera y la producción de banano al único centro de acopio autorizado por los paramilitares.

* Domingo 18 de septiembre, nuestra Comisión de Justicia y Paz, recibió el testimonio del asesinato de CARLOS ALBERTO RAMOS MARTINEZ, ocurrido el 20 de diciembre del 2000 aproximadamente a las 3:00 p.m. en el punto conocido como La Tapa Clarita, caserío La Balsa, territorio Colectivo del Cacarica por parte de “civiles” armados de la estrategia paramilitar.

A CARLOS ALBERTO los paramilitares lo buscaron en la casa de su madre, como no se encontraba allí, lo ubicaron donde laboraba como operario de la Compañía Maderas del Darién S.A., cortando árboles de cativo en inmediaciones de La Balsa. En el lugar, amarraron a CARLOS, se lo llevaron unos metros adentro, luego se escucharon unos tiros.

El 21 de diciembre en horas de la mañana, la madre de CARLOS, MARIA MARTINEZ, se dirige al canal de Bocachica, dentro del Territorio Colectivo del Cacarica, donde arrojaron el cuerpo sin vida de su hijo. La madre decide trasladarlo hacia su casa, horas después los paramilitares vuelven a tomar los restos de CARLOS,

Desde ese día hasta hoy se desconoce el lugar donde se encuentran los restos de CARLOS.
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CARLOS fue desplazado del caserío La Balsa en desarrollo de la operación “Génesis” en febrero de 1.997, en el que participaron efectivos de la Brigada 17 y unidades de “civiles” armados de la estrategia paramilitar. CARLOS, luego de tres años y medio, a mediados de diciembre del 2000, regreso a su lugar de origen a trabajar con la empresa maderera filial de Pizano S.A. Sin embargo, los paramilitares que desarrollan operaciones de control sospecharon que este por ser un recién retornado podría ser informante de la guerrilla de las FARC EP, por lo que decidieron asesinarlo.

Ese mismo 20 de diciembre del 2000, organismos nacionales e internacionales e instituciones del Estado que realizaron verificación en la zona por la deforestación mecanizada e irracional por parte de la empresa maderera escucharon los tiros de los paramilitares.

* Lunes 19 de septiembre, en horas de la noche, nuestra Comisión de Justicia y Paz, recibió el testimonio de un poblador afrodescendiente, que fue deportado ilegalmente el 21 de abril del 2003 de Panamá, que su propiedad ubicada en Gilgal, en Santa María La Antigua del Darién, finca Las Dantas sobre el río Cuti fue apropiada por grupos de “civiles” armados de la estrategia paramilitar, que la distribuyeron a 50 familias para que sembraran chocolate para un proyecto de exportación con financiación internacional. El 28 de agosto pasado cuando intentaron ingresar a su propiedad se les informó que no estar presentes en su finca es ser de la guerrilla, y solo la gente de bien está en sus parcelas y es la que quiere el “progreso”.

* Martes 20 de septiembre en jurisdicción de San José La Balsa se observó maquinaria pesada vinculadas a proyectos agroindustriales de plátano, a un poblador que habitó el lugar, titulado colectivamente, quien intentó regresar a su parcela de 150 hectáreas, “civiles” vinculados con la estrategia paramilitar, le informaron que por abandonar su parcela durante más de 8 años esta había sido distribuida entre varias familias de Antioquia y Córdoba. “Esta tierra la entregaron los paras para nosotros, si la quiere debe hablar con el patrón, “el Alemán”, nosotros de aquí no nos vamos.”

• Miércoles 21 de septiembre, a eso de las 3:30 p.m nuestra Comisión de Justicia y Paz, recibió la información, como viene ocurriendo desde enero de 2005, que pobladores afrodescendientes constataron nuevamente la movilidad paramilitar de un significativo número de hombres, vestidos de camuflado, y el ingreso de semillas de coca por el punto conocido como Sautatá.

A las 5:00 p.m. nuestra Comisión de Justicia y Paz constató que las tres vallas instaladas por los afrodescendientes el pasado 11 de agosto en presencia de delegados internacionales y de acompañantes nacionales fueron destruidas a machete, todo indica, por unidades militares que han atravesado por la mejora del integrante de CAVIDA.

Esos letreros en madera afirman los derechos de los afrodescendientes a la vida y al Territorio, y en ellos se consignaron las siguientes expresiones: en esta mejora del Territorio Colectivo no está autorizada la presencia de grupos armados”, “En esta mejora del Territorio Colectivo del Cacarica no está permitida la siembra de cultivos de uso ilícito ni el desarrollo de proyectos agroindustriales “. “Esta mejora es del Territorio Colectivo del Cacarica, está protegida con su biodiversidad por el bien de la humanidad”

LINEAS DE INTERPRETACION

Poco a poco todo va siendo claro, diáfano, cristalino, transparente. Poco a poco se muestra el proceso de contrarreforma agraria en el Territorio Colectivo de Cacarica como desarrollo de la estrategia de control social y división funcional de estrategias militares, la esquizofrenia estatal entra en un proceso curativo, terapéutico para si mismo con desmovilizaciones, proyectos agroindustriales y la pretensión activa de la participación comunitaria. Terapia que no oculta la fealdad, la ausencia de principios éticos de actuación, fealdad que se pretende ocultar con cirugías plásticas, que se derriten en el crisol de la memoria. Progreso vestido de olvido, de sangre, de horror, de represión, de impunidad.

Unos pocos se resisten en medio del aislamiento institucional, de la indiferencia humanitaria. Indígenas, afrodescendientes, algunos de los caseríos del Cacarica y los de los Consejos Comunitarios asociados en CAVIDA, ellas y ellos en medio de la imperceptible muerte del alma a fuego lento, la que solo se ve cuando se perciben las dimensiones de la guerra psicológica que adoba la destrucción, como las sinfonías clásicas en la experiencia del crematorio de los campos de concentración, se oculta el terror para mostrar con un canto de sirena como se entierra la existencia de los pueblos originarios

Hoy se logra comprender por qué durante más de 5 años, La Balsa, dentro del Territorio Colectivo de Cacarica se convirtió en centro de operaciones de abastecimiento militar de la estrategia paramilitar, mientras las autoridades militares, civiles se negaron a actuar a fin de evitar daños irreparables y se destruía y extraían los recursos forestales. Operaciones militares regulares e irregulares coincidentes con fases de arrasamiento militar, control poblacional y la última fase de proyectos agroindustriales vinculados con el banano, la ganadería, la coca y posiblemente con la palma aceitera.

Mientras los paramilitares han desarrollado su estrategia integral en el área perimetral de la Zona Humanitaria de “Nueva Vida”, al sur, las operaciones de la Brigada 17 desde el 2003 se han desplegado exclusivamente en la Zona Humanitaria “Nueva Esperanza en Dios” Bocas del Limón, Bijao y os “civiles” armados del Bloque Elmer Cárdenas se movilizan sobre el Parque Nacional de los Katíos, donde se prohíbe a nativos la deforestación pero se planea la siembra de coca.

Doble rostro armado vinculado con un mismo propósito: imponer, definir un modelo de asociaciones campesinas subordinadas a un modelo de producción, un modelo de reconciliación asociado al trabajo agroindustrial. Bajo el pretexto de la protección, de la persecución a la guerrilla de las FARC EP, el control social ahora se vincula a los proyectos agroindustriales.

Doble rostro mientras las operaciones de la Brigada 17 se orientan sobre la población de la Zona Humanitaria “Nueva Esperanza en Dios” que limita con el Parque de los Katíos, la movilidad sobre Sautatá, Palo de Letras y la frontera con Panamá de las estructuras paramilitares se consolida. Las autoridades militares, no ven, no saben, no conocen por tanto no actúan.

Doble rostro pues mientras se anuncia la posible desmovilización paramilitar, se confunden los integrantes de estructuras armadas con los ya desmovilizados, no hay distinción entre unos y otros, igual el mismo proyecto de sociedad autoritaria, de “democracia” excluyente, es la finalidad bajo diversos métodos.

Doble rostro pues la tolerancia institucional de la Brigada 17 ante la expansión y siembra de coca ha sido evidente desde mayo del 2003. Ahora ofician como gestores de iniciativas de destierro de una siembra de la que se benefician externos al territorio del Cacarica, mientras el Parque Nacional empieza a recibir las primeras semillas para la siembra de coca en medio del control paramilitar.

Doble rostro por que a la negativa de la población civil de no sembrar coca, de no involucrarse en monocultivos, la siembra de coca es el gran pretexto cuando no para la fumigación si para la posible extinción de dominio, la que podría aplicarse, igual lo que se necesita es el Territorio. La biodiversidad de la zona de amortiguamiento del Parque Nacional de los Katíos, las especies, la fauna, la flora está en riesgo, tanto como la sobrevivencia de los afrodescendientes, mestizos e indígenas, pero nada importa, solo justificar la apropiación de la tierra, todos los mecanismos valen. La producción de la riqueza no tiene limites, ni su propia ética del Estado de Derecho, para eso se puede flexibilizar los Derechos y las disposiciones legales como la ley 70,la leyes ambientales, la ley de tierras, la ley de aguas, la ley de bosques.

Hoy en el Cacarica se proyecta el otro modelo de reconciliación basada en el control. No es ya el control de la fuerza que genera sangre, que se institucionalizó por cerca de 8 años. Hoy se proyecta el control que usa de la Fuerza para la seducción a un modelo de “progreso”, “de bienestar”, que desconoce la biodiversidad, que desconoce los derechos de igualdad, que pretende generar riqueza a costa del olvido, de los asesinados, de los torturados, de los desaparecidos, 85 víctimas, de los dos desplazamientos forzados, el de febrero de 1.997 y el de mayo de 2003, de las fosas comunes en Santa María la Antigua del Darién.

Es el proyecto de control sobre la vida toda y sobre el territorio disfrazado de paz, que es más bien, silenciamiento y pacificación sin dignificación de la Vida. A ese proceso terapéutico con discursos y con rompimiento de la esquizofrenia, la liposucción pretende embellecer un cuerpo que en su interior oculta la carroña. Allá en el Cacarica con su Proyecto de Vida y con prácticas cotidianas, unos pocos, los más, resisten por una sola razón, el amor por el Territorio, su propia alma, su propia vida, su propio por venir, el propio de la humanidad. Ante esta barbarie en su nueva etapa, vestida de “buenas” formas, de “buenas” palabras, solo es posible construir los lazos de la solidaridad, los lazos de nueva humanidad, lazos que afirman la verdad, la justicia y la reparación, principios incorruptibles e inseparables, propios del amor.

Bogotá, D.C septiembre 21 de 2005
COMISION INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ