«Construir un puerto traería afectaciones graves al Golfo de Tribugá»: Codechocó
La promesa de un proyecto para construir un puerto de aguas profundas en el Golfo de Tribugá, en Nuquí (Chocó), circula desde hace varias décadas en planes de desarrollo nacional y planes de infraestructura. Pero esta semana volvió a resonar en la opinión pública.
Primero, tras solo 11 días como gobernador encargado, Jefferson Mena manifestó -a través de las cuentas de la Gobernación de Chocó y reunido con la junta directiva promotora del proyecto de construcción del puerto- “el deseo de trabajar arduamente y hacer todo lo que está al alcance para avanzar en la realización de este sueño de la comunidad chocoana: El Puerto de Tribugá”. La publicación generó indignación. En medio de la crisis por COVID-19 muchos replicaron que los esfuerzos de la gobernación deberían estar centrados en temas prioritarios como la salud y la necesidad de hospitales de alto nivel.
Después, por cuenta de una carta de Codechocó, autoridad ambiental de ese departamento, el tema volvió a hacerse visible. Codechocó aseguró que la construcción del puerto no es compatible con el área protegida del Golfo de Tribugá, convirtiéndose este en el primer no de una autoridad ambiental al puerto.
El proyecto para construir un puerto marítimo en Tribugá nació en el primer periodo de presidencia del hoy senador Álvaro Uribe Vélez para “potenciar la función de enlace a través del mar entre los países de las cuencas del Caribe y el Pacífico, Suramérica y el mundo”, y aunque la idea llevaba 30 años en el tintero, la idea de construir un puerto de aguas profundas en el Golfo se materializó, al menos en papel, a partir de esa época.
La obra está pensada como un puerto para buques de 200.000 toneladas, costaría 132,9 millones de dólares por parte de las Cámaras de Comercio de Manizales y Pereira, la Gobernación del Chocó, el Concejo Municipal de Nuquí y varias organizaciones del Eje Cafetero, y afectaría a unas 400.000 personas que conforman los resguardos indígenas emberas Ríos Jurubida Chory y San José Amia De Pato; el Consejo Comunitario Los Riscales, en Nuquí; el Consejo Comunitario San Francisco de Cugucho, en el Alto Baudó; el Consejo Comunitario de Río Baudó Acaba, en Alto y Bajo Baudó; y el Consejo Comunitario Villa Conto, en Río Quito, según el Ministerio del Interior.
Helfer Andrade, Coordinador de la Mesa de Diálogo y Concertación de los pueblos indígenas del Chocó, dijo el año pasado a El Tiempo: “Nosotros hemos hecho unas observaciones por todos los impactos que esto tendría en el tema ambiental y cultural, porque la vía Nuquí – Las Anímas, que es parte fundamental del proyecto, pasaría por los resguardos y esto afectaría nuestra cultura, seguridad, fauna y flora”.
Desde 2014, “el Golfo de Tribugá-Cabo Corrientes” fue declarado como un Distrito Regional de Manejo Integrado (DRMI) por Codechocó, el Consejo Comunitario Los Riscales, el Grupo Interinstitucional y Comunitario de Pesca Artesanal de Pacífico Chocoano (GICPA), la Federación de Pescadores y trabajadores de la pesca (FEDEPESCA), la Mesa de Ordenamiento Ambiental del Golfo de Tribugá, Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (AUNAP), Invemar, Parques Nacionales, WWF y otros. El DRMI es una categoría de Área Protegida que busca el uso sostenible de los recursos en el territorio respetando las prácticas y el modelo propio de desarrollo de las comunidades allí presentes.
Esto significa que, desde ese año, 60.183 hectáreas están bajo la figura de protección. “Codechocó ya tiene una batalla ganada ante la iniciativa de hace muchos años de construir un puerto de aguas profundas en esta zona. Igualmente, el Proyecto ‘Conservando Recursos Hidrobiológicos en Áreas Marinas Protegidas’ que financia la Unión Europea y Parques Nacionales Naturales, aportó a través de un convenio con Marviva para la recopilación de información que contribuyó a obtener datos sobre el estado y presión del recurso pesqueros, caladeros de pesca y aspectos socioeconómicos relacionados con la pesca, datos que aportaron a la creación del DRMI” dijo Parques Nacionales en su momento.
Esta semana, Codechocó anunció que después de seis años de trabajo, ya hay un Plan de Manejo Ambiental para el DRMI del Golfo de Tribugá, logrado de la mano de expertos nacionales y la comunidad local. En su concepto, la Corporación “evidencia que una obra de infraestructura permanente como “EL PROYECTO PUERTO DE TRIBUGÁ” podría traer afectaciones sobre los objetos de conservación del DRMI y sobre las comunidades en general, además que en la propuesta de zonificación y reglamentación, construida de manera conjunta con las comunidades de Nuquí, el proyecto del puerto NO es una actividad compatible con el área protegida”.
Y agregan: “Desde la declaratoria del DRMI, como en los espacios de concertación del Plan de Manejo, no se ha contemplado el proyecto Puerto de Tribugá como una actividad compatible con el área marina protegida, la cual se refleja tanto en el documento soporte para la declaratoria, como en el Plan de Manejo. Aclaramos que en la actualidad ningún documento diferente a los descritos anteriormente podrá ser tenido en cuenta como evidencia de la compatibilidad del proyecto portuario con el área marina protegida”.
El Plan de Manejo ya está redactado, pero para aprobarlo hacen falta dos cosas: por un lado, una consulta previa con el Consejo Comunitario Los Riscos y con el municipio de Nuquí. Y, por otro, la adopción mediante Acuerdo una vez se realice el primer trámite. “El Plan de Manejo hay que concertarlo con las comunidades primero para luego aprobarlo en la Corporación. El Ministerio dio indicaciones de hacer las consultas previas virtuales, pero la Procuraduría se pronunció diciendo que no hay forma de garantizarle a las comunidades la participación mientras no tengan conexión, así que la consulta previa está frenada”, dice Arnold Rincón López, director de Codechocó.
De acuerdo con los estudios ambientales que dieron lugar a la declaración del área protegida de Tribugá, sin las medidas de manejo adecuadas para paliar los impactos negativos sobre manglares, fondos blandos y bancos de pianguas, se afectaría la conectividad entre los hábitats del Golfo, “convirtiéndose en una amenaza para la biodiversidad, especialmente de especies de crustáceos, moluscos, tortugas marinas, ballenas y aves migratorias (…) Sumado a esto, durante la operación y funcionamiento del puerto aumentaría el riesgo de contaminación por el derrame o dispersión del material de carga (combustible, lubricantes, aguas de lastre), o de residuos sólidos y líquidos que se producen en las tareas de mantenimiento de la infraestructura y de los buques, teniendo en cuenta el escaso control y vigilancia detectado actualmente en muchas zonas portuarias del país”.
Según Rincón López, Codechocó solo se encarga del manejo del área protegida. De los estudios ambientales que se presentarán a la Agencia Nacional de Licencias Ambientales se encargan los solicitantes de la licencia, es decir el Proyecto Arquímedes, una organización empresarial privada de economía mixta que busca la conexión entre el Pacífico y el Atlántico.
De acuerdo con Colombia Check, en el Plan de Desarrollo Nacional que fue aprobado en primer debate de Congreso en 2019, en las iniciativas de inversión para el Chocó, página 55, decía “Construcción del puerto multipropósito de Tribugá”. En el último debate, le quitaron el nombre de ‘Tribugá” y en su versión final quedó “Puerto de aguas profundas en el Pacífico Norte”. Al referirse a la misma zona geográfica, se da a entender que el proyecto del puerto continúa en pie.