“Conmigo extraditaron la verdad’: Salvatore Mancuso en entrevista exclusiva
Enfundado en un overol azul que identifica a los convictos de la correccional Treatment Facility de Washington, Salvatore Mancuso aparenta más de los 44 años que tiene. Ojeroso y algo demacrado, su actitud y sus palabras revelan la angustia que le produce estar encerrado 14 horas diarias en una estrecha celda que comparte con un ex guerrillero de las Farc condenado por narcotráfico y tráfico de armas
Desde hace tres meses, por el régimen carcelario, Mancuso no ha podido ver el sol.
Según Mancuso, en su pequeña celda de 3 x 3,5 metros hay un camarote, un inodoro y un lavamanos. Sus contactos con el mundo exterior son esporádicos: cuando sus familiares lo visitan o cuando asiste a la sala de audiencias de la Corte en medio de severas medidas de seguridad. Solo tiene derecho a llamar por teléfono a familiares y amigos, a los 12 cuyos números están registrados en la bitácora de seguridad de la cárcel.
Lo dejan tener pocos libros y algunos archivos con sus procesos judiciales. Su abogado Joaquín Pérez, un litigante de origen cubano que se mueve con habilidad en los medios judiciales, lo mantiene informado de las noticias, y sobre lo que pasa en Colombia le tiene al tanto Carlos Suárez, el abogado que logró que la Justicia norteamericana le permitiera cooperar en los procesos de Justicia y Paz y en otros que adelanta la Corte Suprema.
Habla muy poco, lee y escribe. Ahora está elaborando un libro sobre la guerra y la paz. “Esto es muy duro”, dice, y agrega que la soledad le ha servido para reflexionar y para pedirle a Dios el perdón que las víctimas y la sociedad aún no le conceden.
En entrevista con el periodista Harold Abueta, de CAMBIO, la primera después del 13 de mayo de 2008, cuando fue extraditado con otros 12 jefes paramilitares, dijo: “Conmigo extraditaron la verdad”. Pero también aseguró que está dispuesto a colaborar con las autoridades de Estados Unidos y de Colombia, y a diferencia de lo que ocurrió en las audiencias de Justicia y Paz mostró una actitud menos arrogante, más conciliadora. Habló de la extradición, de parapolítica, del DAS y dijo que está asumiendo la responsabilidad por los crímenes cometidos.
CAMBIO ¿Cuál es el balance a un año de haber sido extraditado?
Salvatore Mancuso: Es incierto, es un balance que produce desconfianza y temor porque el camino que hemos querido recorrer de paz, reparación y verdad se ha visto truncado. Con este aislamiento y al alejarnos de las fuentes primarias para contar la verdad, le hicieron al país un daño peor.
¿Por qué fue usted extraditado?
Eso lo tiene que responder el Gobierno, que dijo que algunos jefes paramilitares habían incumplido y que otros no habían entregado los bienes.
En el primer caso no he visto una resolución judicial que así lo asegure. Y en el segundo, es importante que se sepa que hace dos años la Corte Suprema ordenó a la Comisión de Reparación y a Acción Social que recibiera los bienes que le entregué al Estado y que sumaron 25 millones de dólares. Me pusieron todo tipo de problemas para recibir esos bienes. Tampoco le aplicaron el principio de oportunidad a los testaferros. Por ejemplo: yo tenía dos importantes y a uno, Aran Asias, lo asesinaron, y al otro, Celso Salazar, lo encarcelaron.
El Gobierno dijo que ustedes estaban jugando con el proceso…
Mire, le voy a dar una ‘chiva’. El fiscal general Mario Iguarán y el fiscal que lleva mi caso dijeron en esta misma cárcel que no había evidencia de que yo, en particular, hubiera delinquido cuando estaba en la cárcel de Itagüí. Dijeron que si esas evidencias hubieran existido, me habrían sacado de Justicia y Paz, y yo estoy aún en Justicia y Paz.
Si como usted dice no estaba delinquiendo, entonces ¿por qué cree que lo extraditaron?
El Gobierno se asustó con las actividades de algunos comandantes y porque estábamos reconstruyendo la verdad. Me di a la tarea de decirles a todos los que trabajaron conmigo que contaran la verdad y en un estrado conté algunas de ellas.
Denuncié, a Restrepo, a la OEA y a la Iglesia, que había 6.000 personas rearmadas en Córdoba y Catatumbo. Pero algunos jefes de las Auc dijeron que no iban a decir nada porque habían sido amedrentados. Quedé solo. Esa verdad preocupó a empresarios y dirigentes políticos y del sector gremial. Alguna presión hubo para que nos extraditaran a todos. Pero si hubo comandantes que fallaron, también hay que decir que el Gobierno falló porque deshizo las esperanzas de paz que había en Colombia.
¿Por qué dice que el Gobierno falló?
Entre otras cosas porque se comprometió a erradicar cultivos. Le dije mil veces al entonces ministro Holguín, al comisionado Luis Carlos Restrepo, y a la OEA que hicieran, con nuestra ayuda, la erradicación de cultivos para saldar de una vez la deuda con Estados Unidos. Este país se estará preguntando por qué el Gobierno colombiano hizo caso omiso para erradicar los cultivos en los territorios donde estábamos
¿El proceso de paz ha fracasado o ha sido exitoso en alguna etapa?
El proceso está abandonado en su etapa judicial. Allá fuera hay hombres a los que el Gobierno solo ofreció cárcel, extradición o cementerio, y esas propuestas no son atractivas para los actores del conflicto. Si a las autodefensas, que supuestamente eran amigas del Gobierno, y a Mancuso, el amigo personal de Uribe, les hacen esto, qué no le harán a las Farc que asesinaron al padre del Presidente. Yo soy el espejo de lo que serían ‘Cano’, ‘Jojoy’, el Eln o las bandas emergentes en un eventual proceso de paz. De todas formas, hoy pido que les digan a todos los desmovilizados que sigan adelante con el compromiso con las víctimas.
Con ustedes extraditados tratando de negociar con la Justicia norteamericana, ¿hay posibilidades de recomponer el proceso y de reparar a las víctimas?
Mis abogados y yo estamos empeñados en seguir adelante en la reconstrucción de la verdad y la reparación de las víctimas. Pero quiero aclarar que cuando el Gobierno me extraditó, dijo por medio del ministro de Justicia que existían convenios y mecanismos para que el proceso pudiera seguir adelante. Eso es una gran mentira y lo que hemos hecho hasta ahora se debe a la buena voluntad de los fiscales de Estados Unidos y de Justicia y Paz de Colombia. El Gobierno nos extraditó y tendrá que ver cómo hace para evitar la impunidad y que haya reparación.
¿Alguna vez se sabrá toda la verdad?
La verdad importante la tenemos los comandantes, con nuestro envío a Estados Unidos extraditaron la verdad. La ley que hicieron fue para buscar retaliación. Por ejemplo, cuando dije que Carlos Castaño y yo nos reunimos con el ex ministro Juan Manuel Santos para promover un golpe de Estado contra el presidente Ernesto Samper, salió el ministro del Interior y dijo que no había que creerle a un criminal como Mancuso. La verdad es estigmatizada y genera rechazo de la sociedad.
¿Qué verdades de las que ha dicho han quedado sin efecto?
La convivencia de militares activos y en retiro, y de políticos importantes que hoy son candidatos presidenciales, con las autodefensas.
¿Como quiénes?
Ellos saben.
En Colombia hay una polémica por un iPod de su propiedad que, al parecer, tiene decenas de grabaciones con políticos y funcionarios. De ellas se han conocido algunas. ¿Cuál es la verdad sobre ese aparato?
Evidentemente era el iPod donde yo tenía los archivos de mis procesos en la justicia ordinaria y los archivos de la reconstrucción de la verdad histórica. Lo dejé en mi celda de Itagüí y el Inpec se quedó con la custodia de ese equipo. Cuando me devolvieron mis cosas no me entregaron el aparato y algunas autoridades judiciales han allegado a procesos parte de lo que allí estaba guardado. Pero eso ha podido ser manipulado, adicionado o editado y por lo tanto no reconozco esas grabaciones. Supe que ese equipo lo están feriando en Colombia.
Usted dijo que las Auc tenían un 30 por ciento del Congreso. Por lo pronto, hay 68 investigados, de los cuales nueve han sido condenados. ¿Faltan más?
Faltan muchos y algunos comandantes no han iniciado o terminado sus versiones. Y creo que no lo harán mientras arreglan sus procesos en Estados Unidos. Ese es el problema de la extradición.
¿Puede dar nombres de los que faltan, por ejemplo, en Córdoba donde usted tenía la mayor influencia?
He escuchado que ‘el Alemán’ (Freddy Rendón) mencionó algunos nombres, pero ninguno tuvo vínculos conmigo. En su momento iré contando pero ya he dicho mucho.
‘El Alemán’ mencionó, por ejemplo, a Julio Manzur…
Julio Manzur tuvo un par de reuniones conmigo y ya se las expliqué a la Fiscalía. Fueron después de mi desmovilización y no creo que tengan consecuencias judiciales.
¿Y Zulema Jattin?
Tuvo una reunión conmigo cuando, por orden de Carlos Castaño, la retuvimos por oponerse a la desmovilización, junto con el senador Juan Manuel López Cabrales. Ella no tuvo que ver nada conmigo.
¿Qué políticos no están detenidos por sus vínculos con las Auc?
¡Ay, hijo mío! Hubo mucha gente. Por ejemplo, a principios de 2002, en una finca de ‘Macaco’ en Piamonte, cerca de Tarazá, hubo una reunión muy grande en la que estuvimos ‘Cuco’ Vanoy, Vicente Castaño, ‘don Berna’, ‘Macaco’, ‘Julián Bolívar’, ‘Ernesto Báez’, ‘Diego Vecino’ y yo, y a ella asistieron el coronel (r) Hugo Aguilar (ex gobernador de Santander) y ‘el Tuerto’ Gil (ex senador Luis Alberto Gil, investigado por parapolítica).
¿Para qué fue la reunión?
Para los apoyos electorales que en ese momento algunos políticos estaban buscando del bloque central Bolívar en seis o siete departamentos.
¿Por qué se acuerda de la presencia de Gil y Aguilar en particular?
Porque Aguilar se presentaba como la persona que había asesinado a Pablo Escobar, y me acuerdo de Gil porque estaba con ese coronel.
¿Es cierto que una de las reuniones más grandes de políticos y las Auc fue en una finca llamada La 21?
Sí, La 21 era de Carlos Castaño, entre San Pedro de Urabá y Valencia, y también hubo una gran reunión en la finca La 15 con Vicente Castaño. Fueron como dos o tres días de reuniones a finales de 2001.
¿Qué pasó en la reunión de La 21?
Carlos Castaño citó a todos los comandantes porque ‘Ernesto Báez’, líder político del bloque central Bolívar, tenía una propuesta para armar una lista única al Congreso en cabeza de Carlos Clavijo y Rocío Arias. Esa iniciativa fue derrotada porque ‘Jorge 40’ y yo dijimos que las Auc actuaban como federación y que cada región tenía sus propias necesidades.
¿Y en la de La 15 qué pasó?
La de La 15, según me contó Vicente Castaño, fue con ganaderos y empresarios de la región. Vicente les pidió que apoyaran la campaña de Uribe a la Presidencia.
¿Qué recuerda en especial de esas reuniones?
Recuerdo con exactitud a Juan José Cháux (ex gobernador de Cauca y ex embajador). Fue el único de los que yo no conocía que salió a dar un discurso. Dijo que su abuelo o bisabuelo había sido presidente, que ellos habían pertenecido a las autodefensas legales creadas por Guillermo León Valencia y que siempre estuvieron en contra de la guerrilla. En ese momento él estaba resolviendo un secuestro de un familiar suyo por parte de las Auc. También creo que estuvo Carlos Clavijo.
¿El discurso al que se refiere fue a favor de las Auc?
Claro que sí, totalmente identificado con las Auc. ‘H.H.’ (Hernando Hernández, jefe de las Auc) se ufanaba y lo presentaba como el representante político del bloque Calima.
¿Es cierto que el ex subdirector del DAS Miguel Narváez, involucrado en escándalos por infiltración paramilitar en esa entidad, asistió a reuniones de las Auc?
Narváez es un hombre muy estructurado que colaboró con las Auc en el tema ideológico. Era profesor de la Escuela Superior de Guerra y dictaba clases a oficiales. Estuvo en reuniones con Carlos Castaño, ‘Jorge 40’, ‘el Alemán’ y conmigo. En nuestras escuelas de formación les habló a los cuadros sobre organización de mandos. Impartió adoctrinamiento ideológico a nuestros hombres en 1996 o 1998.
¿Cómo llegó a las Auc? ¿Le pagaban por las clases?
Por el comandante Castaño, pero no sé cómo lo conoció. Él llegaba a la zona y a veces yo lo mandaba a recoger en el aeropuerto de Montería. Nunca supe de contraprestación por ese trabajo.
Cuando Narváez llegó al DAS, ¿qué pensó?
Que la guerrilla iba a tener un serio problema con ese hombre por su conocimiento del conflicto.
Narváez perseguía la guerrilla y se hacía el de la vista gorda con las Auc?
Ideológicamente se identificaba con las Auc y era probable que así sucediera. Pero solo son suposiciones, pues no estoy en la mente de él para saber lo que pensaba.
Hay acusaciones en el sentido de que cuando el DAS estuvo bajo la dirección de Jorge Noguera, este favoreció a las Auc y subalternos suyos pasaban información a ‘Jorge 40’…
Desconozco de relaciones de Jorge Noguera con las Auc, pero con el DAS tuvimos relaciones desde antes, lo mismo que con la Policía y el Ejército. Por poner un solo ejemplo, el director del DAS de Cúcuta, Jorge Díaz, era un jefe de autodefensa. En sus carros se operaba lo mismo que en los de Policía y Ejército. Allí se movían las tropas.
Hablemos ahora de Giorgio Sale, el empresario italiano capturado por narcotráfico y del que se ha dicho que tenía negocios con usted. ¿Es cierto? ¿Cómo lo conoció?
Una vez se reunió conmigo y me dijo que quería montar el restaurante La Enoteca en Barranquilla. Me contó que costaba 3.000 millones de pesos y me garantizó que iba a dar entre el 3 y el 4 por ciento de interés mensual. Castaño me dio la autorización de entregarle el dinero. Después me mencionó que le hacía falta plata y todo terminó costando casi 6.000 millones. Luego me dijo que su hijo Cristian quería hablar conmigo. Me reuní con él y me manifestó que quería comprar una cocaína. Como estaba a punto de desmovilizarme, lo contacté con otra persona y después supe que nunca pasó por esa droga.
¿Qué sabe de Sale y de sus relaciones con magistrados de las cortes?
Él tenía relaciones con el magistrado José Alfredo Escobar y decía que tenía contactos con otros magistrados y con el Gobierno, pero nunca lo utilicé para nada a pesar de que se puso a la orden por si teníamos alguna necesidad.
Diego Fernando Murillo, ‘don Berna’, dijo en Estados Unidos que las Auc apoyaron las candidaturas del hoy alcalde de Medellín, Alonso Salazar, y del presidente Uribe… ¿Qué sabe de eso?
Políticamente hablando fui jefe del estado mayor negociador de las Auc pero no era responsable de las determinaciones de cada bloque y por eso no podría decir a qué tipo de pactos o acuerdos llegaron. Pero sí le puedo decir que la gran mayoría de nosotros apoyamos a Uribe porque recibimos instrucciones de los comandantes y así lo hicimos en todos los departamentos con influencia del bloque Norte.
¿Cuál fue la instrucción?
Como el discurso ideológico de Uribe parecía calcado del nuestro pero dentro de la legalidad, lo apoyamos inmediatamente. Les preguntábamos a las poblaciones si habían escuchado a Uribe y a qué se comprometía. Nos respondían que sí y entonces les decíamos que lo apoyáramos y ‘direccionamos’ a las poblaciones para que votaran por él. No hubo arreglos directos, mentiría si lo digo.
Hablemos de su proceso. Aún no hay sentencia en contra suya, pero ¿cuándo espera salir de la cárcel?
Espero que mi participación con las Justicias de Estados Unidos y de Colombia sea reconocida y suficiente para que mi tiempo se considere saldado en el menor tiempo posible.
¿Qué piensa hoy sobre los horrores que cometió?
Estoy admitiendo la responsabilidad por lo que hice y por los excesos cometidos en el conflicto. Son situaciones que no debieron haberse presentado jamás y estoy asumiendo una responsabilidad ante la Justicia de los hombres.
Sé que a muchas personas les incomodó nuestro regreso al seno de la sociedad, pero espero que algún día consideren saldadas las cuentas pues hemos hecho gestos de paz. Es muy duro cuando no se valora la valentía que significa pararse en un estrado judicial y reconocer lo que se ha hecho. A Dios le he pedido perdón y siento que lo ha hecho. También siento que me he perdonado a mí mismo, ha sido una de las cosas más difíciles. Y he perdonado a quienes algunas vez hicieron acciones contra mí.