Comunicado Público N° 15: Los campesinos y barequeros desplazados por Hidroituango buscamos Refugio en la Universidad de Antioquia
A punto de cumplir cinco meses de desplazamiento forzado, muchos de los cuáles hemos permanecido en el viejo Coliseo de la Universidad de Antioquia, lamentamos que nuestra presencia en la Universidad haya incomodado a algunos sectores de la comunidad universitaria; sin embargo, nuestra presencia es INVOLUNTARIA y no es otra cosa que la realidad de nuestro país la que nos obligó a buscar refugio.
Para nosotros, campesinos y barequeros del norte y occidente de Antioquia, ha sido muy duro estar en la ciudad, pues muchos no conocíamos Medellín, y las dinámicas de la ciudad son muy diferentes a las del Cañón del Río Cauca; además, ha sido frustrante nuestra estadía aquí, pues vinimos para dialogar con el Gobernador, huimos de allá para buscar soluciones temporales como un albergue y definitivas como el restablecimiento de condiciones socioeconómicas y ha sido imposible, es como si decir NO a Hidroituango fuera un delito, además hemos visto como el Gobernador de Antioquia y el gerente de EPM debaten SOLOS en los medios de comunicación sobre el proyecto y sobre nosotros, negándonos la posibilidad de sostener un diálogo abierto, público y sincero, para dar a conocer a toda la comunidad los argumentos y posiciones que sostenemos sobre el megaproyecto, más aún, cuando esta obra se construye con dineros públicos del departamento y la ciudad.
Es necesario aclarar que nosotros NO somos ocupantes del viejo Coliseo, como lo señala el Alma Máter No 340, nosotros tenemos calidad de REFUGIADOS dado que nos declaramos desplazados por el Megaproyecto Hidroituango y el conflicto armado generalizado en la zona de influencia de este megaproyecto, y lo hicimos de manera formal ante el Ministerio Público el pasado 28 de mayo, después de intentarlo muchas veces. Las razones son muy claras EPM y la Gobernación dueños de este nefasto megaproyecto nos quitaron, utilizando la violencia del Estado en nuestra contra, los medios de subsistencia que teníamos, destruyeron y quemaron nuestros ranchos, nos tiraron herramientas y enceres al río, al tiempo que gases lacrimógenos, NOS DEJARON SIN TRABAJO y en algunos casos sin vivienda. Además no tuvimos garantías para ejercer nuestro derecho constitucional a la protesta cuando quisimos ejercerlo en dos ocasiones: Agosto de 2012 tuvimos que refugiarnos en una iglesia por la infracción del DIH que cometió el Ejército Nacional y que puso en riesgo nuestra vida, pese a esto lo volvimos a intentar protestar en el mes de marzo de 2013 cuando las medidas represivas, de ataques y amenazas directas del Estado colombiano, además de la agudización del conflicto armado nos obligan a salir de nuestro territorio. Lo único que estuvo bajo nuestra decisión fue protegernos del asedio de la Fuerza Pública pues nos cercaron y difícilmente podíamos movernos en un sentido distinto al de esta ciudad.
Algunos han preguntado ¿Por qué la Universidad de Antioquia?, pues bien, en el norte y occidente de Antioquia han sido tantas las ocasiones en las que hemos tenido que salir desplazados masivamente por el conflicto armado que nos hemos refugiado en escuelas, iglesias o coliseos, esto orientado por la institucionalidad en los municipios. Después de caminar muchos kilómetros atemorizados, decidimos Refugiarnos en la Universidad de Antioquia, pues ninguna otra institución, a pesar de las gestiones incluso de la misma Universidad nos permitió el refugio, hemos esperado y seguimos esperando que la institucionalidad correspondiente nos dé un albergue mientras nos restituyen nuestros derechos como les corresponde, por tanto, es RESPONSABILIDAD de la Gobernación y la Alcaldía de Medellín NO de nosotros las víctimas, si en algo se ha visto perjudicada la Universidad. Tampoco estos organismos de atención humanitaria nos han dado la atención que requeríamos pues pese a las diferencias que tenemos frente a Hidroituango, nuestra situación fue y sigue siendo de crisis humanitaria, incluso, la ayuda humanitaria inmediata para estos casos después de haber hecho la declaración desplazamiento, no llegó, por lo que no resulta ni de ayuda, ni humanitaria y menos inmediata.
En ningún momento nos negamos a atender las instituciones del Estado como se expresó por parte del Secretario de Gobierno del Departamento Santiago Londoño y otras personas, han sido estos organismos los que han actuado de mala fe, pretendiendo imponer metodologías y posturas sobre el megaproyecto (Especialmente la Procuraduría regional cuya actuación ha sido completamente sesgada y la Alcaldía de Medellín) y esperando que sin ningún
tipo de claridad sobre los procedimientos la comunidad acceda a ellos a ciegas. Esta ausencia de información clara también ocurrió con el ICBF, institución que ha permitido que la vulnerabilidad de niños niñas y adolescentes con ocasión del desplazamiento sea utilizada políticamente para presionar a las familias desplazadas, que hasta que no se demuestre lo contrario NADIE puede decir que salimos VOLUNTARIAMENTE, y a otras intuiciones del Estado para que se nos vea no como lo que somos víctimas sino victimarios. Tan degradante y descarada es esta situación que el mismo Subsecretario de Derechos Humanos de la Alcaldía de Medellín Jaime Alberto Carrión acusó al Movimiento Ríos Vivos y a la comunidad en general de vulnerar los derechos de los niños, niñas y adolescentes cuando es de su responsabilidad la atención de la población vulnerable.
Al comportamiento institucional que se venda los ojos ante la realidad, se le suma el de la administración de la Universidad de Antioquia quien se doblegada a los mismos intereses de lucro de la Gobernación y EPM por encima de las comunidades esto la convierte en cómplice de los atropellos y vulneraciones. La UdeA está asumiendo las mismas interpretaciones en las que a pesar de vernos, escucharnos, de saber que hemos denunciado como es debido, asumen que no existe en el país desplazados por la locomotora minero-energética y el conflicto armado, además de armar justificaciones absurdas para – como lo está intentado EPM en procesos judiciales en nuestra contra- MOSTRARSE como víctima de campesinos, campesinas y barequeros humildes del Cañón del Cauca.
El 23 de julio funcionarios del ICBF fueron al Coliseo, acompañados de procuraduría judicial y representantes de la Alcaldía Municipal (la comunidad nunca entendió a que fue la alcaldía), hicieron el registro e inspección de los niños, niñas y adolescentes en el lugar, no obstante, pese a que esta verificación se puso como condición para recibir ayuda humanitaria, hasta el día de hoy tan solo hemos recibido un bulto de bienestarina, lo cual nos deja serios interrogantes frente a los cuestionamientos que se han levantado frente a nosotros por la situación de la población más vulnerable. Es importante resaltar que los niños y niñas están con sus familias en el Coliseo, y que si bien, las condiciones en que nos encontramos en son difíciles, en la región tampoco existen garantías dado que EPM hasta el día de hoy no ha reconocido los derechos fundamentales de los afectados, incluidos los de niños, niñas y adolescentes.
Finalmente, vale la pena complementar lo citado en el Alma Mater, #340, Pág 4, “El consejo Académico de la UdeA exigió el estricto cumplimiento de los horarios de entrada al campus”, pues está decisión que nos afecta de muchas maneras NO se nos comunicó hasta que implicó que tuviéramos que dormir en la calle el 13 y 14 de Julio y 7 de agosto, violando los acuerdos a los que habíamos llegado con el Sr. Rubén Darío Vélez y Oscar Calle del departamento de Vigilancia de la UdeA, son los cuales se había acordado que cuando saliéramos a hacer alguna manifestaciones masiva podríamos ingresar al campus siempre y cuando entráramos todo el grupo. Entendemos y asumimos que le debemos al Gobernador de Antioquia Sergio Fajardo Valderrama quien preside el Consejo Superior, no sólo el desplazamiento forzado, las capturas ilegales, la estigmatización, el señalamiento, sino ahora también, esas duras noches de miedo en las que se sumaron a las amenazas los riesgos de las calles de Medellín. El 25 de julio nos entrevistamos con vicerrectoría para tener más claridad sobre este asunto y se acordó tener una reunión con jefe de seguridad para aclarar esta situación, pero hasta la fecha no nos han contactado.
Solicitamos a la comunidad universitaria NO caer en el juego orquestado por la Gobernación y asumido por la Rectoría de la UdeA cuestionando nuestra presencia en el campus y NO las causas que nos obligaron a desplazarnos, también es importante recordar que el norte y occidente de Antioquia ha sido objeto de estudio e investigaciones de profesores y estudiantes de la UdeA, jamás nosotros hemos cerrado ni cerraremos las puerta de nuestras casas y territorios para recibirles y contribuir en su labor científica y social, esa misma actitud esperamos de ustedes.
Una vez más agradecemos a todos los sectores que se han solidarizado con nosotros y que han contribuido a que nuestra problemática sea conocida por
la ciudad y el país.
¡Nosotros queremos el río!
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