Comunicado de las FARC-EP sobre liberación del General Alzate y sus acompañantes
La Habana, Cuba, sede de los diálogos de paz, noviembre 30 de 2014
El general Rubén Darío Alzate, el suboficial José Rodríguez y la abogada Gloria Urrego, han sido liberados por el Bloque Iván Ríos de las FARC en el caserío de Vegaez, a orillas del río Arquía, al norte de Quibdó.
Rodeados de la población humilde de la zona, el General y sus acompañantes fueron entregados personalmente por el Comandante Pastor Alape a una misión humanitaria integrada por representantes de Cuba y Noruega, países garantes del proceso de paz y del CICR (Comité Internacional de la Cruz Roja). El líder insurgente viajó desde La Habana hasta las selvas del Chocó mandatado por
Timoleón Jiménez, Comandante de las FARC para garantizar la liberación pronta y sin sobresaltos de los prisioneros, misión lograda con las más altas calificaciones. Igualmente informamos a los colombianos que en la concresión del acuerdo humanitario especial, que el 25 de noviembre pasado condujo a la liberación exitosa de los soldados profesionales Paulo César Rivera y Jonathan
Andrés Díaz, en la sabana del Arauca participó directa y activamente el Comandante Carlos Antonio Losada. Mil gracias a los Gobiernos de Cuba y de
Noruega y al Comité Internacional de la Cruz Roja por su abnegación humanitaria y porque su participación en las liberaciones de alguna manera salva un proceso de paz que avanzaba en medio de la esperanza.
Ahora tendremos que rediseñar las reglas del juego, porque un proceso de paz que ha llegado al nivel donde se encuentra y que se presta a discutir los temas más decisivos de la paz no puede estar sometido a ningún tipo de actitudes precipitadas e irreflexivas que aplazen el advenimiento de nuestra reconciliación.
Invitamos al Presidente Santos a que con el corazón en la mano y la mente plena de sentido común piense que no podemos darle más largas al absurdo de unos diálogos de paz en medio de la guerra. Es hora del cese bilateral del fuego, del armisticio, para que ningún suceso bélico en los campos de combate sirva para justificar la interrupción de una tarea tan hermosa y tan histórica, como es la de acordar la paz para una nación que anhela ese destino.
Zafémonos de la incoherencia de hablar de reconciliación y de reconocimiento de las víctimas, sin apagar el fuego de los fusiles y sin detener las políticas económicas neoliberales generadoras de miseria, que atizan la guerra y la victimización de un pueblo al que le ha llegado la hora de la justicia.
DELEGACIÓN DE PAZ DE LAS FARC-EP