Como veo la iglesia hoy

La Iglesia estaba impregnada de la teología del Concilio de Trento 1563.Vivíamos alejadas del mundo, porque considerábamos “el mundo, el demonio y la carne” como enemigos que nos alejaban de la experiencia de Dios

Había una formación muy profunda, austera, la Máxima Regla (así se llamaba el conjunto de normas que regían el convento) era el SILENCIO.

Éramos autónomas de la Jerarquía; como educadoras en colegios y escuelas populares debíamos someternos al régimen del Ministerio de Educación.

Habíamos vivido una iglesia piramidal: papa, obispos, sacerdotes, religiosas y el pueblo…Las órdenes y orientaciones partían de la cúspide y las bases las aceptaban ciegamente.

El Espíritu removió todas esas estructuras injustas y monárquicas y nos hizo comprender que todos y todas teníamos la misma dignidad de Hijos e Hijas de Dios
Por eso el Papa Pablo VI se desprendió de su tiara ( o mitra, sombrero que llevan los cardenales y obispos. Monseñor Pedro Casaldaliga, Helder Cámara, Gerardo Valencia Cano y otros dejaron sus atuendos de la edad media y se fueron a vivir en medio del pueblo pobre y sencillo.

Las religiosas profesas entregaban sus anillos de oro, para cambiarlos por los de plata, porque queríamos vivir la pobreza para acercarnos al pobre con mayor autenticidad y solidaridad

Se impulsó una iglesia pueblo de Dios, como comunidad de hermanos y hermanas. En varios países ya existían las comunidades de base, el movimiento bíblico, la inculturación en la liturgia en las diferentes expresiones populares y espiritualidades, de indígenas, afros como la misa de los quilombos en Brasil.

Era muy importante darle su puesto a los laicos como parte de la organización de la vida de la Iglesia , en Colombia era conmovedor ver llegar a la cabecera municipal a las 6pm a 100 campesinos y campesinas del Consejo Parroquial: evaluaban, programaban, elaboran las novenas de Navidad, de la Inmaculada etc… al terminar el trabajo se compartía agua de panela con queso, cantábamos al son de las guitarras y los tiples y nos íbamos a dormir, en la parroquia había camas para todos…. Cuando aclaraba el día regresaban a sus veredas después de una larga caminada, pero sus corazones radiantes como cuando los discípulos de Emaús regresaban a la comunidad.

El soplo del Espíritu empujó para fuera a las monjitas de algunos conventos. El Papa Juan XXIII nos invitaba a salir de las ciudades, de los colegio de los ricos para ir donde los pobres. La mayoría de la Vida Religiosa se concentraba en las grandes ciudades, entregadas a la educación, a los hospitales etc…

Florecieron los institutos de formación como el ICLA en Manizales para formar a los y las catequistas, Chile fue pionera con el programa de mamas catequistas, eran señoras formadas por las religiosas y luego cada mamá formaba en su casa unas 10 mamás de niños de Primera Comunión, ellas debían enseñarle el catecismo a sus hijos y a su familia, el domingo los jóvenes reunían por grupos a los niños para darse cuenta si habían comprendido la lección de su mamá.

Se empieza a experimentar que Dios está en la vida, en la amistad, en las personas, en la naturaleza. La celebración de la Misa se convierte en el compartir la vida, la amistad, la comida para fortalecer el compromiso por la liberación del pueblo: el sagrario se salió del templo.

La institución religiosa sentía que se desmembraba, que no se podía controlar a las religiosas, tenían que cuidar la institución y para esto se aislaba a la religiosa, se la desprestigiaba, no la dejaban hablar con las jóvenes o la cooptaban, con un cargo, con un viaje, con un estudio .

Al estar al servicio de la PARROQUIA dependemos en todo del párroco: actividades, orientación…Cuando hay cambio de párroco todo lo anterior se destruye, el nuevo párroco llegaba con nuevos programas y orientaciones. Las religiosas se someten en todo a la Jerarquía…y cuando quería el Obispo expulsaba a las y los religiosos…Así fue como acabaron con las comunidades Eclesiales de base.

Porque el modelo económico capitalista salvaje se impuso por la presión de las armas del Ejército colombiano, despojando cada día más a los pobres: 5.000 niños mueren de hambre, 4 millones de desplazados sin derecho a la Vida: sin tierra, sin comida, sin derechos. Los desaparecidos hay entre 15.000 y 50.000 casos reportados, alrededor de 120.000 asesinatos “extrajudiciales”, muchísimas familias fueron despojadas de su vivienda, centenares de fosas comunes, de masacres pavorosas, más todas las personas que después de ser asesinadas las cremaron o las botaron a los ríos o lagos para que se las comieran los cocodrilos.

La corrupción de la clase política con la parapolitica, el narcotráfico, los empresarios que se van quedando con la tierra de los campesinos, como Carimagua, Curvaradó.

La Jerarquía colombiana el 90% permanece unida al poder político, son amigos del presidente Alvaro Uribe y le celebran cada año su cumpleaños, celebran los matrimonios de los paramilitares criminales. Los sacerdotes y religiosas y religiosos en su mayoría piensan como ellos. No permiten denunciar los crímenes del Estado.

Seguimiento de Jesús Lucas 4, 17 “ Me envió a traer la buena nueva a los pobres… a despedir libres a los oprimidos , a anunciar a los cautivos su liberación…”

La sociedad colombiana es muy religiosa pero hemos permitido una clase política- empresarial, mafiosa, criminal e inhumana que ha permeado todo: las costumbres, los ancianatos, las parroquias reciben dinero de la mafia.

Los cristianos de base continúan silenciosamente y muy comprometidos en los movimientos ecológicos, sociales, políticos, de mujeres, de defensa de los Derechos Humanos, de protección de semillas, de estudios bíblicos, de búsqueda de alternativas PERO DISPERSOS.

Hay algunos Obispos que apoyan al pueblo, con mucho valor y entereza, como muchos sacerdotes que inspirados en profetas y profetisas que nos han precedido como Monseñor Oscar Arnulfo Romero, Pedro Casaldaliga, Helder Cámara, Leonidas Proaño, Teresita Ramírez, Yolanda Cerón etc… Pero su actuar y pensar debe ser hecho con mucho sigilo para no crear La DIVISION DENTRO DE LA IGLESIA.

Abundan, movimientos, grupos o comunidades de muy buena voluntad que viven replegados sobre sí mismos y al margen de la marcha de la historia..

El ejemplo más trágico es el caso del Cabo Moncayo: la guerrilla lo quiere entregar y el presidente no lo permite…porque prefiere, un rescate militar cuando traiga de trofeo el cadáver de los secuestrados cubiertos con la bandera colombiana y pueda exclamar TRIUNFE ¡!! Es el acto más criminal y más inhumano que podamos vivir.

La espiritualidad del Vaticano II , Medellín y Puebla nos abrió al mundo, encontramos a Dios en las relaciones interpersonales, en la naturaleza, en la construcción de un mundo más justo.

La meditación de la Biblia con las comunidades cristianas nos ayudó a comprender que todos y todas somos pueblo de Dios por el bautismo, las decisiones se toman en comunidad y descubrimos en los profetas la búsqueda de la liberación, porque Dios no quiere un pueblo esclavo. Desde allí surgió la teología de la liberación. Mateo 5, 17: “no crean que yo vine a suprimir la ley o a los Profetas : no vine a suprimirla ,sino para darle su forma definitiva.”

Es una espiritualidad centrada en la encarnación. “Dios se hizo HOMBRE Y HABITO ENTRE NOSOTROS y NOSOTRAS, y el criterio de la fidelidad a su presencia es la satisfacción de las necesidades fundamentales de la gente”- Mateo 25 ,31-46.

Los conflictos eclesiales son el resultado de la fuerza del Espíritu que camina tumbando muros, animando corazones como en Pentecostés cuando la “comunidad se reúne”.

La espiritualidad que animaba la vida de la Iglesia antes del Vaticano II estaba centrada en la divina eucaristía, adorar al Santísimo Sacramento y reparar los ultrajes hechos a su Divina Majestad.

El ideal: retirarse del mundo para buscar la santidad y agradar a Dios, para lograrlo se necesitaba: la oración personal, la renuncia, el sacrificio, la austeridad, darle duro al cuerpo para dominar las “pasiones”. El amor al prójimo hasta dar la vida por todos.

Con la llegada del nuevo Pentecostés que inspiró el Concilio Vaticano II y leyendo la Palabra de Dios en comunidad en medio de los pobres y oprimidos experimentamos que caminamos como pueblo de Dios saliendo de la esclavitud de Egipto y buscando nuestra liberación, así surge el impulso de transformación de la historia guiados por Amos, Isaías, Jeremías, Ezequiel , surge la teología de la liberación.

Y descubrimos el PAPEL PROFETICO DE LA VIDA RELIGIOSA y por lo tanto