Colombia: Estancado proceso de liberación

Bogotá, (PL) La liberación del suboficial del ejército Pablo Emilio Moncayo parece hoy caer en un limbo, en el que las partes implicadas en el proceso aún deben superar disímiles obstáculos si se pretende un acuerdo humanitario que ponga fin al conflicto colombiano.


Luego de 51 días de anunciar las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a la opinión pública la liberación unilateral de Moncayo, el tema cada día se enrarece más y nada se ha concretado hasta el momento en torno a una solución negociada.

Ante esta situación, que mantiene en vilo a la sociedad colombiana, el profesor Gustavo Emilio Moncayo -padre del retenido- no encontró otra solución que presentar un recurso de amparo contra el presidente Álvaro Uribe, a fin de que éste facilitara la puesta en libertad de su hijo.

Sin embargo, la justicia colombiana declaró improcedente la tutela y con ello sepultó una de las pocas esperanzas del conocido caminante por la paz para destrabar el proceso.

Con dicho recurso Moncayo padre pretendía que se le ordenara al mandatario que autorizara la presencia de la senadora liberal Piedad Córdoba en el proceso de liberación de su hijo.

Pero acorde con la sentencia, no es “la acción de tutela el instrumento para imponer al jefe de la rama ejecutiva decisiones sobre el manejo autónomo que ostenta respecto de la política de paz y el orden público”.

El padre del uniformado sostuvo al presentar el recurso que las decisiones de Uribe impiden la entrega de su hijo en violación del derecho a la vida y la igualdad.

Ahora a Moncayo sólo le queda apelar la sentencia ante la Corte Constitucional y esperar por un veredicto, en tanto los días siguen pasando.

“Se está vulnerando el derecho a la vida. A mi hijo se lo expone cuando el presidente ordena a las Fuerzas Militares que rescaten a los secuestrados, aun cuando en su caso la liberación unilateral ya fue anunciada”, subrayó.

De otra parte, en un comunicado las FARC afirmaron que la intransigencia del mandatario impide la liberación.

En una carta divulgada esta semana, el máximo jefe de ese grupo insurgente, Alfonso Cano, señala que “su intransigencia y falta de grandeza (de Uribe), tan aplaudida por los militaristas de todos los matices, lo lleva a atravesarse en caprichosa y berrinchosa actitud, a la liberación unilateral del cabo del ejército Pablo Emilio Moncayo”.

A su vez, advierte que en los centenares de combates que diariamente se dan por todo el país, aumentan los riesgos para los prisioneros y, caen presos más militares, a quienes el gobierno quisiera olvidar para no reconocer la existencia del grave conflicto social y armado que sufre Colombia. En la misiva, con motivo del aniversario 45 de las FARC, Cano señala que al orden del día se encuentra el canje de prisioneros de guerra, al que se opone el presidente Uribe con variados sofismas, “como expresión de su ciega estrategia fascista y totalitaria de Paz Romana”.

Nuestros persistentes esfuerzos por encontrar salidas políticas benéficas para el conjunto de la sociedad y, en primer lugar, para el pueblo colombiano, han sido burlados sistemáticamente por esta oligarquía sanguinaria y rapaz, refiere.

Oligarquía -agrega- que solo ha pretendido doblegar nuestra voluntad y decisión de lucha sin haber considerado jamás la posibilidad real de acordar salidas de fondo a los grandes problemas del país.

En tanto, la posición del gobierno se mantiene firme y sólo el Comité Internacional de la Cruz Roja y la Iglesia son las únicas entidades autorizadas a hacer contacto y gestiones con la guerrilla para la liberación del suboficial.

Con esta decisión el presidente descartó la participación de Córdoba, quien encabeza un amplio grupo de la sociedad civil en favor del intercambio humanitario y mantiene un diálogo epistolar con las FARC, a fin de hallar una solución al conflicto.

Para muchos la postura del gobierno socava las gestiones adelantadas por Colombianos y Colombianas por la Paz, y de un grupo amplio de políticos y activistas por los derechos humanos, quienes lograron recientemente la liberación unilateral de seis integrantes de la fuerza pública y los políticos Alan Jara y Sigfredo López.

Analistas políticos consultados por Prensa Latina sostienen que esta actitud de mano dura del gobierno en torno a la puesta en libertad de Moncayo alteró el ritmo lógico de la operación, según se había venido realizando este tipo de procesos hasta el momento.

Lo cierto que estos compases de tiempo evidencian más obstáculos que soluciones a la vista, mientras Moncayo y otros prisioneros por ambas partes y la sociedad colombiana siguen esperando.