Carta a presidentes Obama y Santos de comunidades colombianas rechazando TLC
Comunidades campesinas, indígenas, negras y mestizas de Colombia envían carta a los presidentes de Estados Unidos y Colombia sobre el Plan de Acción firmado para posibilitar el Tratado de Libre Comercio entre los dos países.
Colombia, abril 13 de 2010
Presidente
Barack Obama
Estados Unidos
Presidente
Juan Manuel Santos
Colombia
Reciban desde nuestras comunidades, en memoria de millares de nuestros asesinados, desaparecidos, perseguidos, desplazados que hacen parte de nuestra historia y de la memoria que se requiere para un Colombia de derechos y de libertades, de equidad y de participación, de una nueva ética de la política. Somos parte de una Red de Comunidades y queremos compartir algunas breves ideas de nuestro sentir y parecer sobre el Plan de Acción que han firmado.
El Plan de Acción entre el gobierno de Estados Unidos y Colombia para posibilitar el Tratado de Libre Comercio, lo valoramos como excluyente de derechos fundamentales, desconoce los derechos humanos del conjunto de la sociedad y perpetúa la desigualdad social de la que somos hoy el 4to país.
Nosotras y nosotros habitantes en territorios rurales y espacios urbanos, trabajadores rurales asociados en figuras que reconocen nuestra particular relación con el territorio y que nos encontramos habitando territorios en dinámicas del conflicto armado interno, hemos sido desconocidos e ignorados en ese Plan de Acción.
La relación laboral no se circunscribe a las relaciones empresariales públicas o privadas con personas que desarrollan una labor u oficio en una empresa o una fábrica. Nuestra interacción existencial y protectiva del ambiente, ríos, aguas, bosques, aire y ecosistemas, que implica vigilancia, seguimiento, monitoreo, atención, es una relación de fuerza de mente, de corazón y del cuerpo.
Nuestra interacción con la tierra con siembras de pan coger y caza, entre otros, para nuestra sobrevivencia y en algunos casos la producción de excedentes y la transformación de alimentos, es también trabajo.
Nuestras formas organizativas, asociativas son formas de protección de nuestros derechos fundamentales entre ellas al trabajo. De ahi que valoramos la preocupación situación sindical que sigue siendo delicada, estos aspectos deberían traducirse a la de los demás trabajadoras y trabajadores rurales como nosotros.
Los avances de un ambiente de diálogo entre el anterior gobierno de Uribe y el de Santos, es cierto. Pero de las palabras a las realidades hay un largo trecho . Señor Presidente Santos, este ambiente no ha significado un cambio sustancial en materia de derechos humanos y de modificación de las afecciones del conflicto armado interno en nosotros y de los atropellos empresariales, signados con crimenes y fraude. Lo invitamos a que conozca esa realidad, nosotros no estamos mintiendo. Señor Obama, esa es la verdad, siguen violando en materia grave los derechos humanos a nosotros habitantes rurales.
Seguimos siendo víctimas de la impunidad en crímenes que hemos padecido en los últimos 15 años. Se nos sigue amenazando o intentado matar físicamente, se no impide la libre movilización y la libre expresión, somos excluidos de las decisiones sustanciales como la ley de víctimas o ley de restitución de predios, lo que pensamos no se escucha; los paramilitares siguen actúando con la fuerza pública militares y policía en Urabá antioqueño, bajo atrato, Ariari, San Onofre, Sincelejo, bajo y medio Putumayo, Tumaco, Buenaventura, Argelia, Popayán, Trujillo. Todo esto coincidente con operaciones empresariales o intereses empresariales de beneficiarios del paramilitarismo, de la parapolítica.
La gran inversión internacional que ha llegado a Colombia en 8 años, en medio de un escandaloso gobierno, el más corrupto, el que permitió ejecuciones extrajudiciales, el que realizó operaciones ilegales de inteligencia, el que pagó y mató testigos, el que silencio la verdad usando la extradición a su favor para mostrar su cercanía con las víctimas de la droga en EU, y ocultar su responsabilidad en crímenes de lesa humanidad en Colombia, ha dejado una democracia saqueada en su ética, en su política y en su economía. Operaciones que posibilitaron legalizar el despojo de más de 7 millones de hectáreas de tierra en el gobierno de Uribe, los estimulos a empresarios colombianos, en las que hoy coincidentemente, es casi seguro que están intereses de empresariales privados de los Estados Unidos es un motivo de preocupación. El desarrollo, la inversiuón, las ganancias, los negocios no se pueden hacer sobre la base de la impunidad o del desconocimiento de quienes habitamos en territorios, los ecosistemas y las crisis alimentaria, energétia y ambiental que vive el planeta. El alto valor económico para los intereses privados no puede pasar por la Vida y Natural.
La firma de un eventual TLC va a tener graves consecuencias sobre nuestras vidas, nuestra existencia y nuestros territorios. Esas consecuencias debe ser reconocidas a tiempo, antes que sea tarde, y el reconocimiento de las mismas deben convertirse en discusiones tripartitas entre los gobiernos de Estados Unidos, Colombia y las propias comunidades.
La apertura al sector empresarial de los Estados Unidos en condiciones inequitativas, antidemocráticas profundizarán violaciones de derechos humanos, daños ambientales irreparables, extinción de comunidades originarias, desplazamientos forzados e injusticias laborales, convirtiéndose esta decisión en un nuevo factor de desestabilización y de aumento de la crisis global en materia ambiental, alimentaria.
Les llamamos a que nos escuchen y habiliten espacios URGENTES y PRECISOS para que se conozca nuestra grave situación en materia humanitaria, la crisis de derechos humanos y derecho humanitario que padecemos, los riesgos de aumento de estas, con el agravante de crisis ambientales, alimentarias y de derechos humanos por operaciones empresariales extractivas, expoliadoras que provendrán por tratados comerciales sin participación, sin diálogo amplio y suficiente, que posibilite realmente democracia social, democracia política, democracia ambiental, que es paz con justicia integral.
Nos comunicaremos igualmente con los parlamentos de los dos países en la espera de que nos escuchen.
Agradeciendo su atención y en espera de su respuesta, comunidades y organizaciones que formamos parte de la Red de Alternativas
Asociación de Zonas Humanitarias y de Biodiversidad de la cuenca del Jiguamiandó, y Curvaradó-Chocó
Resguardo Indígena de Urada Jiguamiandó-Chocó
Comunidades de Autodeterminación Vida y Dignidad – CAVIDA-Chocó
Asociación de Víctimas de la Violencia de Riosucio, CLAMORES
Comunidad indígena de Juin Phubuur-Chocó
Comunidad de Vida y Trabajo “La Balsita”-Dabeiba
Zona Humanitaria CIVIPAZ, Medellín del Ariari – Meta
Asociación de Desarrollo Integral Sostenible Perla Amazónica – ADISPA-Putumayo
Asociación de Productores y Procesadores “Semillas de Paz” – ASPROSEPAZ-Putumayo
Asociación de Productores y Procesadores “Camino al Futuro” – ASPROCAF-Putumayo
Asociación Campesina de Desarrollo Sostenible San Salvador. ASCADES-Putumayo
Juventud Raíces de Dignidad Perla Amazónica. JURADIPA-Putumayo
Kwe´sx ksxa´w. Consejo Regional Nación Nasa del departamento del Putumayo.
Grupo porvenir–Zona de biodiversidad de Ancura–Putumayo.
Familias campesinas vereda Puerto Playa, corregimiento Perla Amazónica–Putumayo.
Familias campesinas vereda Guadalupe, corregimiento Perla Amazónica–Putumayo.
Consejo comunitario de la comunidad negra del rio Naya-Valle
Resguardo indígena santa rosa guayacán etnia Nonaam-Valle
Asociación agroecológica Esther Cayapú. ASUAESCA-Trujillo-Valle.
JUBCA. Jóvenes unidos por el Bajo Calima-Valle
Familiares de víctimas de San Antonio-Inzá-Cauca
Familias desplazadas pro-retorno de Argelia-Cauca
Asociación campesina “Huerto Renacer”-Tequendama-sucre-Cauca
Escuela-Taller Ullucos Zonas de Encuentro, Autonomía y Resistencia indígena nasa-Resguardo de San Francisco-Toribío-Cauca
Organización campesina de sucre BIENANDANTES-Cauca
Empresa Cooperativa La Alemania, San Onofre.