Carlos Francisco Toledo Plata
Carlos Francisco Toledo Plata nació el 13 de diciembre de 1932 en Zapatoca, Santander, hijo de Ángel Miguel Toledo y Virginia Plata. Estudió medicina en la Universidad Nacional de Colombia. En 1952 se especializó en traumatología en Buenos Aires, mientras estuvo en Argentina se unió al grupo peronista “Montoneros”. Fue profesor en el Departamento de Ciencias Clínicas de la Facultad de Salud de la Universidad Industrial de Santander, UIS.
Se desempeñó en su carrera política como representante al concejo de Bucaramanga y en diversos municipios en el departamento de Santander. Militante del Movimiento Alianza Nacional Popular, ANAPO.
En 1970, fundó la Clínica Santander y el Centro Médico Popular, tres años más tarde abrió el Centro de Rehabilitación Infantil San Juan Bautista para niños discapacitados y el Centro Médico Popular de Piedecuesta. Además, ayudó a construir 262 viviendas para las personas más pobres en Bucaramanga, entregadas un año después de su asesinato.
Posteriormente, fue cofundador del Movimiento 19 de abril, M-19, y en 1979 fue reconocido como uno de los dirigentes del grupo guerrillero, cuando se realizó la “Operación Ballena Azul”, que consistió en el robo de armas del Cantón Norte. En 1981, el grupo intentó expandirse por el Río Mira, teniendo que enfrentarse con el Ejército, lo que lo obligó a huir hacia Ecuador.
En este país intentó obtener asilo político, pero fue detenido y entregado al Ejército de Colombia junto con Rosemberg Pabón, luego fue llevado a la cárcel de La Picota y a finales de 1982 salió libre por la Ley de Amnistía del gobierno de Belisario Betancur y se integró a la vida civil.
Más tarde, el 10 de agosto de 1984 en horas de la mañana fue asesinado por 11 disparos que le propinaron dos sicarios motorizados que lo esperaban afuera de su casa, en el barrio Provenza, en Bucaramanga, cuando iba a trabajar al Hospital San Juan de Dios, donde, se estaba desempeñando como jefe de traumatología. Los asesinos eran paramilitares del grupo Muerte a Secuestradores, MAS, vaciaron un revólver calibre 38 contra Toledo en frente de su esposa Ligia de Toledo. El M-19 ante el asesinato y como retaliación quemó la Alcaldía en Yumbo.
El gobierno se manifestó indicando que los acuerdos de paz continuarán y pese a que se sabía quiénes habían sido los autores, las Fuerzas Militares indicaron que habían sido grupos de izquierda. Días más tarde en Bucaramanga se llevó a cabo una manifestación por la muerte de Carlos Toledo, siendo detenidos varios dirigentes sindicalistas, su muerte fue usada por el gobierno para indicar que los grupos guerrilleros y movimientos de izquierda estaban en contra del acuerdo de paz en ese momento.
Su muerte hoy en día es impune, y a pesar de haber fundado un movimiento guerrillero, Toledo nunca disparó un arma, pero afirmaba que era la lucha armada la única vía por la cual hacer frente al régimen, su memoria es evidencia de muchos hombres y mujeres que han tenido esperanza por un país diferente al cambiar las armas para buscar un camino de paz, de no violencia, un camino en medio del cual han sido asesinados.
Carlos Francisco Toledo en la Memoria.
Carlos Francisco Toledo Sin Olvido.