Bloqueo contra Comunidad de Paz de San José de Apartadó. Asesinatos, desapariciones, amenazas, restricciones a la libre movilización y a los derechos fundamentales.

No cesan la persecución, el hostigamiento, las amenazas, los señalamientos, el bloqueo económico, los asesinatos de habitantes y pobladores del corregimiento de San José de Apartadó en desarrollo de una estrategia militar encubierta, clandestina y a veces abierta.


Bogotá, Mayo 16 de 2002

Doctor
ANDRES PASTRANA ARANGO
Presidente de la República

Doctor
GUSTAVO BELL LEMUS
Vicepresidente de la República

Doctor
ARMANDO ESTRADA VILLA
Ministro del Interior

Doctor
GUILLERMO FERNÁNDEZ DE SOTO
Ministro de Relaciones Exteriores

Doctor
ROMULO GONZALEZ TRUJILLO
Ministro de Justicia y Derecho

Doctor
LUIS CAMILO OSORIO
Fiscal General de la Nación

Doctor
EDGARDO MAYA VILLAZON
Procurador General de la Nación

Doctor
EDUARDO CIFUENTES
Defensor Nacional del Pueblo

Doctor
CAMILO GOMEZ
Alto Comisionado de Paz


Ref: Bloqueo contra Comunidad de Paz de San José de Apartadó.
Asesinatos, desapariciones, amenazas, restricciones a la libre movilización y a los derechos fundamentales.

Reciban un respetuoso saludo.

No cesan la persecución, el hostigamiento, las amenazas, los señalamientos, el bloqueo económico, los asesinatos de habitantes y pobladores del corregimiento de San José de Apartadó en desarrollo de una estrategia militar encubierta, clandestina y a veces abierta.

Hoy son ya cerca de un centenar de víctimas desde el 23 de marzo de 1.997, día de la creación de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó; los crímenes que allí se han cometido develan una práctica de exterminio de un grupo humano cuya única “falta”, desde la óptica de sus victimarios, es haberse organizado como población civil para afirmar sus derechos en la guerra, construir una iniciativa de paz integral y habitar en una región donde la guerrilla de las FARC EP ha estado presente desde hace más de 25 años.

Para cualquier lector que no haya conocido hasta hoy la tragedia que se vive en San José de Apartadó, las nuevas violaciones a los derechos humanos de la población y las graves infracciones al Derecho Internacional Humanitario, dejan en evidencia que las estructuras criminales encubiertas, clandestinas y abiertas que operan en la región del Urabá antioqueño y el Bajo Atrato chocoano, no son una expresión aislada de agentes estatales sino una expresión de una política, de una decisión racional, deliberada de exterminio y de arrasamiento con los medios y mecanismos más calificados de destrucción.

* Lunes 29 de abril, el poblador de San José de Apartadó, FERNANDO PUERTA, vinculado al trabajo comunitario de la Comunidad de Paz en el proyecto de banano fue asesinado por un grupo de hombres armados vestidos de camuflado pertenecientes a la estrategia encubierta militar, en la vereda Playas Altas a más de una hora de San José de Apartadó. De acuerdo con la información recibida el viernes 3 de mayo, el asesinato se produjo entre las 6:00 y las 7:00 hora local del 29 de abril.

* Martes 30 de abril fueron retenidos en la vereda “El Porvenir”, corregimiento de San José de Apartadó, los campesinos DARIO GRACIANO USUGA, ALEXANDER GRACIANO, SAMUEL GRACIANO, en desarrollo de una acción militar encubierta en la que por lo menos 200 hombres con armas largas, vestidos de camuflado con algunos brazaletes de las “Autodefensas Unidas de Colombia” AUC, ingresaron a las casas campesinas de esta Comunidad.

De acuerdo con la información recibida el sábado 4 de mayo, los asesinatos de los tres campesinos se produjeron en total estado de indefensión, sus victimarios antes de asesinarlos los tildaron de “guerrilleros”.


* Miércoles 1 de mayo
, sobre los filos de las montañas que se divisan desde el caserío de La Unión, los pobladores observaron circular un grupo de hombres armados cuya identidad no lograron precisar. El hecho fue informado a las autoridades.

* Jueves 2 de mayo, en horas de la tarde se reportó a las autoridades nacionales sobre los sonidos que se escuchaban de explosiones y posibles enfrentamientos, a unas dos horas de la vereda La Unión, Comunidad de Paz.

* Viernes 3 de mayo, en el telediario Teleantioquia, al término del Consejo de Seguridad celebrado en Carepa ese mismo día, se emitió la siguiente noticia:

Locutora en estudio: “El incremento del número de soldados en la zona y una tarea conjunta entre la comunidad y las autoridades fueron dos de las principales conclusiones del Consejo de Seguridad que se adelantó hoy en Urabá parta evitar que los grupos ilegalmente armados retomen el control de esta región”

Voz en off: “En la Brigada XVII, los alcaldes del eje bananero, representantes de los trabajadores, los empresarios y la comunidad informaron a las Fuerzas Militares y de Policía, al ministro del Interior y al gobernador encargado de los hechos que viene soportando la región. Al término de la reunión se acordó crear dos comisiones de trabajo…”

Voz e imagen de EUGENIO PRIETO SOTO – Gobernador (e) Antioquia: “uno de la autoridad, integrado por el comandante de la policía de Urabá, el comandante de la Brigada, los representantes del DAS, CTI y de la Fiscalía para que funcione como han venido funcionando estos grupos en Medellín y otros lugares del país”

Voz en off: “El otro comité de trabajo lo integran tres alcaldes de la región, representantes de los empresarios y de las comunidades para prevenir acciones de los grupos armados. Otra decisión importante fue la de reforzar por lo menos en 400 hombres las tropas del Ejército en el eje bananero…”

General LEONEL GOMEZ – Comandante 1 División del Ejército: “Vamos a traer unas tropas que teníamos en la Brigada XI cumpliendo la tarea de protección de la represa de Urrá y Cerro Matoso, vamos a traer pie de fuerza”

Voz en off. ‘Los alcaldes manifestaron una preocupación: el hecho de que la comunidad de San Juan [sic] de Apartadó esté siendo utilizada por las FARC ya que allí no puede entrar la Fuerza Pública”

DOMINGO GUZMAN -alcalde de Carepa: ‘La comunidad de San José es, en última, el escampadero que tiene las FARC en la región de Urabá para delinquir desde allí”

MARIO AGUDELO -alcalde de Apartadó: “Esta comunidad va a estar sometida a que estos actores vayan actuando en contra de ellos y creo que nuestro deber, nuestra obligación es luchar para que la comunidad tenga seguridad”

Voz en off: “La conclusión del Consejo de Seguridad fue clara: la comunidad del Urabá debe seguir trabajando unida con las Fuerzas del Estado para evitar que las FARC logren su propósito de retomar el control de la zona”

* Sábado 4 de mayo, a las 11:15 hora local, 200 hombres que participan en la estrategia militar clandestina ingresaron al caserío de “La Unión”, Comunidad de Paz, del que la mayoría de los pobladores huyeron, luego de divisar el numeroso grupo armado. Los “civiles” armados requisaron una a una las viviendas de los habitantes de la Comunidad de Paz, las saquearon sustrayendo toda la alimentación, algunas prendas de vestir, 26 mulas, aves de corral, sillas y aparejos, destruyendo a punta de machete los que no se llevaron.

Luego los armados se dedicaron a cocinar e increparon a los ancianos y a los religiosos que allí se quedaron “vamos a acabar con la guerrilla” (…) “esos guerrilleros se van a ir” y asegurando que habían sido llamados a la zona “para reforzar al ejército que es muy cobarde”.

A las 13:00 horas, de ese mismo sábado 4 de mayo, las autoridades nacionales fueron informadas sobre la presencia militar en la Comunidad de Paz, obligando al desplazamiento de la mayoría de la comunidad de Paz al casco urbano del corregimiento.

A las 15:15 horas, los 200 armados salieron de la Comunidad de Paz con todos los bienes que se robaron, llevando por lo menos cuatro heridos y dos muertos, al parecer integrantes de sus filas, que posiblemente murieron en los enfrentamientos ocurridos entre el miércoles y el jueves. Antes de salir de la Comunidad de Paz advirtieron que iban hacia San José de Apartadó a “acabar con esos guerrilleros”, allá todas las cosas las pueden reclamar –refiriéndose al casco urbano de San José-.

Luego, los aproximadamente, 200 hombres se dividieron en dos grupos, unos tomaron hacia el costado izquierdo de La Unión en dirección a el caserío El Guineo, y otros siguieron el camino real que de La Unión conduce al casco urbano del corregimiento de San José de Apartadó. Los armados salieron sin que se conociera alguna reacción de la Fuerza Pública o se escuchara algún tipo de contacto armado.

Horas más tarde se conoció que un grupo de los armados dentro de la estrategia militar encubierta se ubica aproximadamente a 15 minutos del casco urbano de San José de Apartadó.

Ese mismo sábado fueron encontrados por sus familiares, en la vereda El Porvenir, los cadáveres de ALEXANDER GRACIANO CARDONA, SAMUEL GRACIANO POZO Y DARIO GRACIANO, quienes habían sido retenidos el martes 30 de abril, en la misma vereda, ubicada a una hora de La Unión.


* Domingo 5 de mayo
, a las 7:00 hora local, en la vereda “Guineo Alto”, son detenidos por un grupo de los armados dentro de la estrategia armada encubierta, los campesinos FABIO LEON GRACIANO CARDONA, HELIODORO LOPEZ, LUIS ALFONSO RUIZ MONROY, siendo obligados a cargar los muertos y heridos y a guiar a las unidades militares clandestinas hacia la carretera principal que conduce de Apartadó a Turbo.

Allí varios camiones recibieron los heridos, los dos muertos y a un significativo número de hombres armados vestidos de camuflado, así como algunas bestias y los bienes sustraídos en la vereda La Unión. A las 10:00 hora local los campesinos fueron dejados en libertad.

A las 8:30 horas de ese día, las autoridades civiles fueron informadas de la solicitud de familiares de las víctimas de la vereda “El Porvenir” para que la Defensoría del Pueblo de Apartadó diera a conocer a la Fiscalía de Apartadó del hallazgo de los cadáveres de la familia GRACIANO en hechos ocurrido en la vereda El Porvenir y se diera respuesta a la solicitud del entierro. Durante todo el día se estuvo esperando respuesta infructuosamente por lo que la familia se vio obligada a enterrar a sus muertos pues ya los cadáveres estaban en avanzado estado de descomposición.

* Lunes 6 de mayo, a las 7:00 hora local, en la emisora Apartadó Stéreo, afiliada a CARACOL, se leyeron las conclusiones del Consejo de Seguridad con alusiones contra la Comunidad de Paz de San José de Apartadó. Entre otras expresiones se escuchó que allí se desarrolla un “esquema peligroso” porque en su interior no puede actuar la fuerza pública.

Ese mismo día, el campesino MOISÉS SEPÚLVEDA, de 48 años de edad, habitante del caserío de San José de Apartadó, quien normalmente viajaba entre el caserío y Apartadó transportando pequeñas cargas de madera y aguacate en un coche tirado por un caballo, fue desaparecido. El poblador fue visto por última vez el lunes de 6 de mayo, hacia las 15:00 hora local, realizando compras de mercado en el supermercado “El Consumo”, a la salida de Apartadó hacia San José. Según testimonios es común en dicho establecimiento la presencia de paramilitares que intimidan a los campesinos y controlan la compra de mercados.

* Miércoles 15 de mayo, a eso de las 18:45 hora local sonidos de explosiones y luces fueron escuchados en el casco urbano de San José de Apartadó. Las explosiones procedían de la finca “La Cooperativa”, propiedad de la Comunidad de Paz, ubicada a unos cinco minutos del casco urbano.

De acuerdo con versiones de pobladores hacia las 18:30 hora local, arribaron a ese lugar dos vehículos militares que horas antes habían sido vistos en el sitio conocido como La Victoria. Los artefactos disparados cayeron sobre el camino que comunica las veredas Bellavista y La Cristalina. En la primera se encontraron huellas de explosiones en ocho casas y la escuela del caserío.

Desde el pasado 10 de abril hasta el día de hoy persiste el bloqueo a los bienes alimentarios esenciales para la población civil, el impedimento a la normal de la circulación de servicio público, de carga o de pasajeros, el desarrollo de las actividades del personal docente y de salud, debido a la nueva etapa de control y represión dentro de la estrategia encubierta paramilitar en Apartadó, en la carretera Apartadó –San José, Barrio Mangolo – Tierra Amarilla. A pesar de que a partir del domingo 5 de mayo como respuesta institucional empezaron a entrar a San José tres pequeños vehículos de servicio público transportando pasajeros, persisten las amenazas y el desabastecimiento.

Los espacios se cierran cada vez más. La propuesta de vida de la Comunidad de San José de Apartadó se enfrenta hoy a una maquinaria de muerte integral: la del hambre sistemática, la de las balas que asesinan, la de la mente aterrorizada, la de los desplazamientos forzosos, la del aislamiento a las posibilidades de satisfacción de necesidades básicas. Nos encontramos nuevamente solo con nuestras palabras ante una sistemática forma de exterminio legitimado por administraciones municipales. Cada vez se va más lejos en la contemporización con el crimen perfecto con las estrategias criminales. Nada efectivamente funciona, pues las Alertas Tempranas no pasan de ser un recurso para constatar que se informó a quien correspondía responder sin obtener la respuesta que se requería, solamente crecen los pretextos, las justificaciones, las disculpas, en últimas, más mentiras que se hacen públicas para acusar a quienes padecen el terror de responsables de la situación. Desde marzo todo se ha informado, se han activado en más de 3 ocasiones las Alertas y no existen respuestas acordes a las responsabilidades constitucionales y a la política de Derecho Humanos y DIH

Cada vez más, el discurso legitimador de la fuerza estatal en sus formas legales e ilegales cobra anuencia y aceptación responsabilizando y culpabilizando a la Comunidad de Paz o a nosotros los acompañantes de la situación presente. Afirman que nada de esto ocurriría, si la fuerza pública estuviera en el interior de las 3 hectáreas del casco urbano de San José de Apartadó y las 6 hectáreas de la Unión. Se quieren desconocer en lo discursivo no solamente los derechos que, como población civil, afirman las comunidades para no ser involucrados en el conflicto armado, sino también el derecho a organizarse, a criticar, a construir nuevas formas de sociedad; se desconoce el valor del Derecho Internacional Humanitario que no niega el que el Estado haga la guerra pero que impone regulaciones, limitaciones y normatividades a sus medios, objetivos y métodos; se quiere desconocer que bajo el espíritu del principio de distinción, sustento de la Comunidad de Paz, se definen unas pequeñas porciones de terreno como zonas humanitarias para ser respetadas por los actores en la confrontación armada, siendo justo el Estado quien, por acción directa por OMISION, COMISION POR OMISION, ha desconocido esa posibilidad de organización comunitaria como población civil y ha hecho resonar en los medios de información masiva que lo que ocurre en San José no es responsabilidad estatal sino de la Comunidad de Paz y de sus acompañantes y arguyendo el sofisma de la confrontación militar entre “autodefensas” y guerrilla delas FARC EP.

A través de la argumentación del discurso oficial, según el cual la ausencia de la fuerza pública en esas 9 pequeñas hectáreas de tierra explica porque continúan los atentados, se deja a un lado que no solo religiosas y religiosas sino diversas delegaciones internacionales han ido a San José de Apartadó y han verificado el modo como, desde 1.997, la población de San José de Apartadó ha sido reprimida por mecanismos proscritos por los Estados de Derecho, como se han trasgredido todos los límites y se ha sido complaciente, tolerante, cómplice en acciones encubiertas, clandestinas y abiertas de violación de derechos humanos; se quiere hacer creer que las estructuras criminales del paramilitarismo están en estas pequeñas porciones 9 hectáreas de tierra y no en los cascos urbanos y fincas de Apartadó desde donde ellos planean, entrenan y definen los mecanismos de control y de represión, al lado de todas las autoridades; donde ellos definen y actúan los mecanismos de fiscalización, deciden qué hacer, cuándo, cómo, con quiénes, allí a esos lugares como “Tierra Amarilla” nunca llegan las acciones de represión del Estado, ni las acciones punitivas, ni la búsqueda de pruebas.

Desde esa efectividad del terror, se comprende que el silencio se convierta en el resorte, en el mecanismo y en el medio, tal vez de intentar, para muchos, sobrevivir, para otros evitar ser presos de esa máquina criminal o para otros, los muchos, para abdicar de sus responsabilidades. ¿Cómo comprender qué el poder civil no asume las decisiones de tipo administrativo que podría asumir con destitución de quienes son cómplices o artífices de tal situación de exterminio? ¿Cómo entender que las investigaciones no llegan más allá de llenar una formalidad? ¿Por qué culpar a los testigos o a las víctimas de ser los responsables en la ausencia de justicia? ¿Cómo ir más allá para explicar públicamente que la causa de la impunidad no encuentra explicación en la ausencia de testimonios pues la Comunidad de Paz ha presentado más de 41, sino en la ausencia de recolección de otro tipo de pruebas que pueden recopilarse en terreno en los lugares donde se planean, se adiestran o se financian las estructuras criminales?.

Es evidente que poco a poco el unanimismo acrítico frente a la fuerza construye esos imaginarios que justifican los Crímenes de Estado, los bloqueos y la vulneración de los derechos de la población civil, por eso elevamos nuestra Censura Moral.

Hoy acuden a los crímenes de la periferia, atentados contra aquellos que prestan algún servicio a la Comunidad de Paz, amenazas contra quiénes expenden algunos víveres a la población de San José. Es el nuevo momento de la persecución. Dejamos nuevamente en su conocimiento estos hechos para que eviten nuevos daños irreparables, ustedes tienen la autoridad para hacerlo.

A la comunidad internacional, testigo o conocedora de estos nuevos hechos, a través de nuestra Constancia el llamado a que alguna vez, a la luz del Derecho y la Conciencia de la humanidad puedan ser esclarecidos, sancionados y reparados estos atentados y crímenes, tal vez lo único que queda como esperanza para evitar al futuro la comisión de estos daños irreparables.

El hostigamiento, las amenazas, los señalamientos, el bloqueo económico, los asesinatos de habitantes y pobladores del corregimiento de San José por el único “delito” de afirmar sus derechos como población civil en medio de la guerra, identifican esta experiencia con la cruz de Cristo como lo muestra Pablo. En esa cruz reside la esperanza y la certeza de que su construcción ha tenido éxito en la lógica de Dios, no en la lógica del Poder, aunque por todos los medios pretenden ahogarla y con ella la esperanza que para otras víctimas han construido por mas de cinco años: “A nosotros (…) Dios nos ha colocado en el último lugar, como condenados a muerte, y hemos llegado a ser espectáculo para el mundo entero. Ustedes son considerados, y nosotros despreciados. Hasta hoy pasamos hambre y sed, falta de ropa y malos tratamientos (…). Trabajamos con nuestras manos hasta cansarnos. La gente nos insulta y los bendecimos, nos persigue y seguimos resistiendo, nos calumnia y entregamos palabras de consuelo. Hemos llegado a ser como la basura del mundo, como el desecho de todos hasta el momento”. (1cor 4, 9-13)

De toda consideración.

COMISION INTERCONGREGACIONAL DE JUSTICIA Y PAZ