BERNARDO JARAMILLO OSSA

Memoria y Justicia

Hace 18 años, una mañana del jueves 22 de marzo de 1990, BERNARDO JARAMILLO OSSA fue asesinado en el Puente Aéreo de la ciudad de Bogotá, por sicarios de la estrategia militar encubierta. BERNARDO, a sus 35 años, era un sobreviviente del exterminio de la Unión Patriótica, y asumió su presidencia después del asesinato de Jaime Pardo Leal, el 11 de octubre de 1987. BERNARDO, hombre alegre, conocido cariñosamente dentro del partido como “el perestroiko” por su interés de vincularlo a la Internacional Socialista y por sus familiares y amigos como “garfield” en alusión a su poblado bigote.


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Bernardo, hombre carismático, enamorado, con su alegría y elocuencia poco a poco fue llenando auditorios, desmoronando prejuicios de una sociedad amalgamada por las opiniones mediáticas. El pensamiento colectivo se llenó de creatividad, de nuevas posibilidades, afirmando la verdad del paramilitarismo como el peligro más grave de la democracia, nacido de las entrañas del Estado. No se cansó de repetir una y otra vez “Venga esa mano país”, era el slogan de la campaña a la presidencia de la república, como candidato de la Unión Patriótica, manos juntas construyendo un nuevo país, la esperanza.

BERNARDO, manizalita, abogado, trabajó durante varios años en el Urabá antioqueño, donde asesoró al Sindicato de los Trabajadores del Banano, hasta que por las amenazas de muerte tuvo que trasladarse a Bogotá. Con su asesinato, se enluto el país, lloró el pueblo que mantenía la esperanza y en el sepelio junto al estribillo “Yo te daré, te daré una rosa, una rosa hermosa, y esa rosa se llama UP”, la interpretación del tango de Carlos Gardel y Alfredo LePera, “Volver, Volver”, la que BERNARDO interpretó en más de una ocasión. Melodía de nostalgia, de la memoria y del olvido, del amor de ayer y de hoy, de la pasión eterna:


“Yo adivino el parpadeo de las luces que a lo lejos
Van marcando mi retorno. Son las mismas que alumbraron
Con sus pálidos reflejos hondas horas de dolor.

Y aunque no quise el regreso
siempre se vuelve al primer amor.

La vieja calle donde el eco dijo
Tuya es su vida, tuyo si querer
Bajo el burlón mirar de las estrellas
Que con indiferencia hoy me ven volver.

Volver con la frente marchita
Las nieves del tiempo platearon mi sien

Sentir que es un soplo la vida
Que veinte años no es nada, que febril la mirada
Errante en las sombras te busca y te nombra

Vivir con el alma aferrada a un dulce recuerdo
Que lloro otra vez.

Tengo miedo del encuentro con el pasado que vuelve
A enfrentarse con la vida.

Tengo miedo de las noches que pobladas de recuerdo
Encadenan mi soñar

Pero el viajero que huye tarde o temprano detiene su andar
Y aunque el olvido que todo destruye

Haya matado mi vieja ilusión

Guardo escondida una esperanza humilde
Que es toda la fortuna de mi corazón”.

Sensibilidad, nostalgia. Romántico Gardel en BERNARDO JARAMILLO, hombre enamorado de la vida. Vacío grande, en este encuadernado país a la medida parainstitucional. Disfraz de democracia y de participación. Melodías parainstitucionales, partituras de impunidad. Falsos amantes de tierras que nunca fueron suyas, en las que ahora se ocultan millares de cadáveres, y se siembra la pacificación. Volver con Bernardo, 18 años después, sin justicia y sin reparación integral.

Bogotá, D.C., 22 de Marzo de 2008

Comisión Intereclesial de Justicia y Paz