BALANCE NEGATIVO DE LA PRESIDENCIA ESPAÑOLA EN LA UE

Ante la ausencia de un debate crítico sobre la Presidencia española de
la Unión Europea (UE) y los perjuicios sociales, económicos y
ambientales de los acuerdos comerciales emanados del semestre,
Ecologistas en Acción hace su propio balance e invita a los grupos
parlamentarios a implicarse en el estudio de los efectos perversos de
la política comercial de la UE, ya que golpea a los más necesitados y
profundiza la crisis. Por ello demanda un cambio radical en las
políticas comerciales.


A este respecto, cabe recordar que la actual estrategia comercial de
la UE, “Europa Global, competir en el mundo”, adoptada en 2006,
convierte los intereses económicos del capital privado en la piedra
angular de la acción exterior de los Veintisiete.

En los últimos años esta estrategia ha sido una de las causas
principales de la destrucción de derechos sociales y ambientales a
nivel mundial. Además, la UE ha mostrado nula preocupación por:

 los derechos humanos: impulsando negociaciones comerciales con
dictadores como Mugabe o el gobierno golpista de Honduras, así como
con países como Colombia, Perú y Guatemala, donde dirigentes sociales
son asesinados cotidianamente y la protesta social es reprimida.

 los derechos laborales: al firmar un tratado de libre comercio con
Colombia, el país del mundo donde más asesinatos de sindicalistas se
registran todos los años.

 la regulación de los servicios financieros: mientras millones de
trabajadores han perdido su trabajo, sumiéndose en la pobreza y
precariedad, el sistema financiero obtiene ganancias multibillonarias
con las ayudas gubernamentales y la liberalización comercial de los
servicios financieros

 la integración regional: al impulsar negociaciones comerciales con
países individuales y dividiendo así los bloques regionales de África,
Asia y la región andina, provocando incluso enfrentamientos
intraregionales.

 el desarrollo del Sur más empobrecido: ignorando los distintos
niveles de desarrollo en los países de América Latina, Asia, África,
el Caribe y el Pacífico. La UE pretende externalizar los costes
económicos y sociales de la crisis financiera a estos países.

 el derecho a la alimentación y el agua: al negociar la privatización
de servicios públicos básicos, así como modificar las políticas
agrarias a favor de las industrias y transnacionales de distribución y
transformación de alimentos, sin proteger los agricultores locales y
provocando más hambre en el mundo.

 el acceso a la medicina: endureciendo los derechos de propiedad
intelectual en las negociaciones UE-Colombia/Perú, que ponen los
beneficios económicos de las empresas farmacéuticas por delante de la
obligación de los Estados de proveer medicamentos genéricos que salvan
vidas.

 el medioambiente: al obligar a los países a eliminar sus
restricciones al comercio de materias primas, poniendo la demanda
europea de recursos no renovables por encima de los derechos
ambientales de la población en los países desde donde la UE importa
recursos naturales. Además, la UE aprueba políticas comerciales que
incrementan la destrucción ambiental y las emisiones de gases de
efecto invernadero.

 la igualdad de género: ignorando que las políticas comerciales
tienen un impacto diferenciado en las mujeres y los hombres debido a
la división sexual del trabajo, en el mercado y el hogar, y porque las
mujeres y los hombres tienen un acceso diferente a los recursos y los
servicios. En su lugar, se perpetúan las desigualdades de género y la
exclusión social.

 la transparencia y consulta: las autoridades comunitarias y
nacionales no permiten el acceso a la información acerca de las
negociaciones comerciales, salvo al sector empresarial, y no hay
participación efectiva de la ciudadanía acerca de las políticas
comerciales, ni siquiera de los grupos parlamentarios Europeo y
nacionales.

Además, con motivo de la reunión de ayer del Comisario europeo de
Comercio, Karel De Gucht, con el Comité de Comercio Internacional del
Parlamento Europeo (INTA) para discutir su futura política, las
organizaciones que trabajan conjuntamente en la red europea “Seattle
to Brussels Network” (www.s2bnetwork.org) piden al Comité de Comercio
del Europarlamento revisar radicalmente la actual política comercial
de la UE.

A pesar de su retórica de “desarrollo sostenible”, la política
comercial de la UE sigue siendo opaca y antidemocrática, así como
orientada a servir a los intereses de las grandes empresas
transnacionales por encima de cualquier otra consideración. Tom
Kucharz, de Ecologistas en Acción y miembro de la red europea “Seattle
to Brussels Network”, argumenta que “la UE tiene una responsabilidad
aplastante en las causas de la actual crisis financiera y económcia.
Sus políticas de comercio e inversión, impulsadas fundamentalmente por
la lógica de la competitividad, están agravando esta crisis, así como
las desigualdades, y además nos impiden regular el sistema
financiero”.

Actualmente, y hasta finales de julio, está abierta una consulta por
internet sobre la nueva estrategia comercial de la UE. Sin embargo, la
consulta no deja espacio para un debate más profundo de las
prioridades de la Comisión que sigue defendiendo únicamente los
intereses empresariales.

Más información: www.hablamosdeeuropa.org