Ataque paramilitar de las AGC deja dos indígenas heridos, entre ellos, líder Bernardo Zapia.
El miércoles 29 de mayo hacia las 2:00 p.m. paramilitares de las AGC atentaron contra la vida de Bernardo Zapia, indígena embera miembro de la comunidad de Alto Guayabal, Jiguamiandó, alguacil menor de la comunidad, y quién se encuentra en condición de desplazamiento interno junto con su familia.
A esa hora un grupo de siete paramilitares de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, AGC, vestidos de civil y con armas cortas llegaron al predio de Ilario Domicó en Uradá, disparando en el tórax a Bernardo Zapia.
Luego de que el paramilitar hirió a Bernardo, manifestó que no era la persona a la que buscaban. Entre tanto, los siete miembros de la comunidad que allí estaban huyeron por temor a ser asesinados, uno de ellos resultó gravemente herido.
Sobre las 3:00 p.m., Bernardo y su hijo Argenito Zapia Jumi fueron retenidos nuevamente en la finca la Chocoanita, allí permanecieron durante 40 minutos. El estado de Bernardo se agravó desangrándose por la boca, mientras Argenito solicitaba se les liberará para que su padre fuera atendido.
En el lugar revisaron a Bernardo nuevamente y manifestaron que no era ese al que buscaban.
Luego, hacia las 4:00 p.m., en Chontadural son retenidos por dos horas Argenito y Bernardo Zapia por diez paramilitares más, vestidos de civil. Por la retención la situación de salud de Bernardo se hizo delicada.
A pesar del ruego de su hijo a los paramilitares estos hicieron caso omiso para dejarlos mover. Los paramilitares portaban armas cortas, cuchillos y una tabla con puntillas clavadas.
En el lugar, los interrogaron y en reiteradas ocasiones afirmaron que ese era el “propio del ELN”. Luego de afirmar que no era al que buscaban los dejaron seguir hacia Mutatá a eso de las 6.00 p.m.
Bernardo fue estabilizado en el centro de salud de Mutatá y remitido a Apartadó.
En el mes de abril se conoció de una plan de tipo paramilitar contra las comunidades indígenas, conocida por estructuras militares regulares.El objetivo es asegurar el silencio de las comunidades ante el control social y los modos de operación paramilitar en los territorios que se consolidan con la ineficacia de las fuerzas militares, para asegurar agronegocios y operaciones extractivas.
Bogotá D.C., 30 de mayo de 2019
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz
Imagen: Archivo.