Así fueron las primeras masacres del Bloque Calima
Durante una versión libre colectiva, varios exjefes paramilitares y expatrulleros reconocieron su participación en tres masacres que dejaron 12 muertos y cientos de desplazados en el Valle del Cauca.
Para reconstruir la cronología del Bloque Calima y esclarecer sus crímenes más atroces, la Fiscalía 18 de Justicia y Paz versionó de manera conjunta a Elkin Casarrubia Posada, alias ‘El Cura’; Jair Alexander Muñoz Borja, alias ‘Sisas’; Henry Rodríguez Gómez, alias ‘Darío’; Robert Enrique Oviedo Yanes, alias ‘El Chacal’; José Ruperto García Quiroga, alias ‘El Gato’; Delfín Caicedo Ramos, alias ‘Pescado’; y Wilberto Ramos Osuna, alias ‘Foca’.
Durante dos días los postulados contaron cómo estaba organizado el grupo paramilitar en sus inicios y los primeros crímenes con los que pretendieron combatir a las guerrillas y aterrorizar a la población para quitarle su supuesto apoyo a los grupos subversivos.
Los hombres de los hermanos Castaño llegaron al Valle desde Urabá a mediados de 1999 y cometieron sus primeros asesinatos el 31 de julio en el corregimiento de La Moralia, Tuluá.
En su recorrido hacia La Moralia, los paramilitares capturaron a alias ‘El Flaco, un guerrillero que se convirtió en su informante y quien les señaló a sus primeras víctimas.
Durante las fiestas patronales de la Virgen del Carmen, ‘El Flaco’ señaló a Orlando Urrea y su hija Sandra Patricia. Él tenía 45 años, y ella, que era estudiante de enfermería, fue señalada como supuesta amante de alias ‘Óscar’, uno de los jefes del Sexto Frente de las Farc
Las masacres, además de ser una supuesta forma de combatir a la guerrilla, también fueron implementadas por los paramilitares como un sistema de control de la población civil por medio del terror.
Jair Alexander Muñoz Borja, alias ‘Sisas’, quien fue jefe de algunos frentes del Bloque Calima, reconoció que las Auc torturaron física y psicológicamente a sus víctimas para sacarles información. Además, agregó que “si se podía matar en frente de la población reunida, se hacía para meter miedo”.
En las incursiones a los pueblos en las que los paramilitares asesinaron a supuestos colaboradores de grupos armados, también saquearon las viviendas y establecimientos comerciales de las personas que no tenían nada que ver en el conflicto.
Al respecto, Elkin Casarrubia Posada, alias ‘El Cura’, exjefe militar del Bloque Calima, dijo que eso estaba prohibido y algunos hombres lo hicieron por su cuenta.
En las primeras masacres, el Bloque Calima dejó grafitis alusivos a las Auc y dañó los teléfonos públicos para marcar su territorio e intimidar a la población para que, según elllos, dejaran de prestarle colaboración a la guerrilla.
Las siguientes son las masacres que alcanzaron a ser tratadas durante las dos audiencias de versión libre.
Masacre de El Placer
En la versión libre, alias ‘El Cura’ contó que los paramilitares salieron por orden de ‘Rafa Putumayo’ y ‘Román’ -ambos jefes paramilitares asesinados- desde el municipio de Zarzal con la misión de hacer una “operación” en el corregimiento de Santa Lucía, ubicado en Tuluá.
Pero por información de dos de sus colaboradores conocidos con los alias de ‘El Flaco’ y ‘Jason’, decidieron incursionar primero en El Placer para asesinar a unos supuestos colaboradores de la guerrilla.
Los paramilitares atravesaron cinco municipios en camiones para llegar a su objetivo y no fueron detectados en la carretera porque previamente habían “coordinado con la fuerza pública”.
Para tomarse la población, los 85 paramilitares se dividieron en dos grupos bajo el mando de alias ‘Sisas’ y ‘Catori’. El primero quedó encargado de prestar seguridad a las afueras del caserío, mientras los hombres del segundo grupo sacaron a los pobladores de sus casas y asesinaron a los que sus informantes señalaron como auxiliadores de la guerrilla.
En la madrugada del 23 de agosto de 1999, allí asesinaron a cinco campesinos.
Al llegar a El Placer, los paramilitares devolvieron los camiones, que posteriormente fueron quemados por guerrilleros de las Farc, quienes de paso asesinaron a los conductores.
Al respecto, ‘El Cura’ dijo que esos vehículos pertenecían al extraditado narcotraficante Diego León Montoya, alias ‘Don Diego’, quien fue uno de los primeros patrocinadores de las Auc en el Valle del Cauca.
Durante su operación delincuencial los paramilitares también dañaron los teléfonos de Telecom, pintaron grafitis alusivos a las autodefensas y saquearon el caserío.
En su retirada los paramilitares tuvieron un prolongado combate de doce horas con las Farc y, según contaron, uno de sus hombres fue asesinado. Alrededor de las cinco de la tarde huyeron por los lados de Tuluá.
Por estos hechos, que dejaron cinco muertos y varias familias desplazadas, ‘El Cura’ reconoció su responsabilidad por “ser uno de los comandantes que iba dirigiendo la operación”, y ‘Sisas’ hizo lo mismo, aunque señaló que en esa ocasión no asesinó a nadie.
Masacre de Chorreras
Alrededor de 60 paramilitares llegaron en la madrugada del 31 de agosto de 1999 al corregimiento de Chorreras en Buga, en donde asesinaron a cuatro hombres señalados como supuestos colaboradores de la guerrilla.
Los paramilitares salieron desde Chicoral a pie y les tomó tres para llegar al pueblo. Nuevamente la estrategia para atacar a la población fue la misma que en la masacre de El Placer: ‘ Sisas’ y sus hombres se quedaron a las afueras, mientras ‘Catori’ y su grupo se tomaban el caserío, y ‘El Cura’ se encontraba en un lugar apartado como refuerzo.
Según contó ‘El Cura’, recibió la información de la supuesta ayuda que algunos pobladores les prestaban a la guerrilla por parte de alias ‘El Flaco’, y por esa razón envío a dos grupos bajo las órdenes de ‘Sisas’ y ‘Catori’, respectivamente.
Los hombres de ‘Catori’ despertaron y sacaron de sus casas a los habitantes del pueblo y los hicieron formar en la calle principal. Alias ‘El Flaco’ señaló a tres hombres, algunos de ellos propietarios de tiendas, a quienes los paramilitares sacaron de la formación para “investigarlos” y los mataron a las afueras del pueblo con disparos de fusil.
La cuarta víctima fue otro hombre que un paramilitar sacó de su casa hasta donde se encontraba el grupo de ‘Sisas’. La hija de esta víctima, una menor de edad, se interpuso para que un paramilitar no asesinara a su padre, pero repentinamente y sin que la víctima se diera cuenta, ‘Sisas’ le puso su fusil bajo su mentón y le disparó.
El exjefe paramilitar dijo que no agredieron a la niña y que la víctima quedó a las afueras del pueblo.
Por estos hechos, tanto los exjefes paramilitares ‘El Cura’ y ‘Sisas’, como los expatrulleros ‘Darío’ y ‘El Chacal’, aceptaron su responsabilidad por esta masacre y el desplazamiento masivo.
Masacre de Buenos Aires
El 12 de septiembre de 1999, dos grupos de paramilitares del Bloque Calima se tomaron el corregimiento de Buenos Aires, ubicado en el municipio de San Pedro por orden del asesinado jefe paramilitar alias ‘Román’.
Con una lista de víctimas, los grupos bajo el mando de alias ‘Clavijo’ y alias ‘Perea’ salieron desde Pardo Alto para cumplir la orden asesinar al inspector de Policía de ese corregimiento y un agricultor por sus supuestos nexos con grupos guerrilleros.
‘El Cura’ contó que la información la obtuvo ‘Román’. En este caso no pudo precisar si la misma fue suministrada por un informante conocido como alias ‘El Flaco’, aunque señaló que ‘Román’ siempre tuvo contactos con militares del Batallón Palacé de Buga.
El modus operandi en esta masacre fue igual a las primeras. Pasada la medianoche un grupo de hombres armados irrumpió en el pueblo, sacó a la gente a la plaza principal y seleccionaron a sus víctimas, mientras sus compañeros les prestaban seguridad en los alrededores.
Además de los asesinatos, los paramilitares también pintaron grafitis antisubversivos, destruyeron las cabinas telefónicas y saquearon establecimientos comerciales y viviendas. Producto de estos hechos los sobrevivientes se marcharon del pueblo por temor a represalias.
Masacre de Piedritas
Entre el 22 y el 25 de septiembre de 1999, once personas fueron asesinadas por paramilitares en la zona rural de Tuluá. Aunque a los postulados se les puso de presente los casos de homicidios en los que las víctimas fueron sacadas de sus viviendas o de vehículos de transporte público para ser asesinadas, no pudieron recordar y esclarecer estos hechos.
Por esta razón, el caso de esta masacre será tratado en posteriores versiones libres con otros postulados que hicieron parte desde los orígenes del Bloque Calima y delinquieron en esa región.
La Fiscalía tendrá que investigar la veracidad de los hechos contados por los paramilitares y la supuesta colaboración de funcionarios y miembros de la Fuerza Pública.