Asesinatos, desapariciones, restricción a la alimentación
Control de Alimentos por el Ejército y los paramilitares en El Castillo. Señalamientos, controles policiales y militares a miembros de la Comunidad Civil de Vida y Paz y pobladores del Ariari
“Hicieron una estatua de oro… el Rey mandó a los sátrapas, prefectos, gobernadores, consejeros, tesoreros, juristas y jueces y a todas las autoridades provinciales a que se reunieran y adoraran a la estatua. El Rey pregonó con fuerza, en el momento en que oigan el cuerno. y toda clase de música postrense y adoraren la estatua de oro que ha erigido. Aquél que no se postre y la adore será expulsado o arrojado en el horno.
Daniel 3, 1ss
RESUMEN
Asesinatos extrajudiciales por agentes estatales, desapariciones forzosas por estructuras paramilitares, controles y represión en estrategias combinadas regulares e irregulares son parte de los mecanismos de violación de derechos humanos y de crímenes de lesa humanidad que continúan implementándose en el Ariari
El batallón 21 Vargas, adscrita a la 7 brigada es responsable por acción, por omisión y comisión por omisión de decenas de hechos, de crímenes de lesa humanidad, los que vienen amparando la contrarreforma agraria en el Ariari, el control social y político de la región. El pretexto de persecución a la guerrilla de las FARC EP, se ha convertido en una falacia, para justificar la represión y la constitución de un modelo de sociedad excluyente
La impunidad en la totalidad de los crímenes cometidos en esta región es total, no existen investigaciones serias, eficaces. La Comunidad Civil de Vida y Paz, que se encuentra cobijada por medidas cautelares, se encuentra a merced de la presión de la policía en los barrios marginales de Villavicencio, donde operan las estructuras de tipo paramilitar, la dilatación a su propuesta de retorno por parte del Gobierno Nacional es evidente, tanto como, el cumplimiento de las responsabilidades institucionales respecto a sus derechos y a la atención debida de acuerdo con los principios Rectores Deng.
DETALLES DE LOS HECHOS
* Sábado 26 de febrero, en horas de la mañana en Brisas de Yamanes jurisdicción de Miravalles, municipio de El Castillo, unidades adscritas al Batallón 21 vargas al mando del Teniente MARTINEZ, asesinaron a EFRÉN ARIZA TÉLLEZ y a ORLANDO TORRES, a quienes vistieron con uniformes e hicieron pasar por guerrilleros del Frente 26 de las FARC.
De acuerdo con testigos, los asesinados, luego de presentar sus documentos de identidad en el retén oficial, a menos de un kilometro fueron abordados por los militares, quienes los ejecutaron EFREN y ORLANDO eran desplazados por acciones de la estrategia paramilitar.
* Jueves 3 de marzo, hacia las 8:00 p.m. horas fue asesinado MIGUEL LOPEZ, en el barrio Santa Helena, municipio de Villavicencio. MIGUEL desplazado del municipio de El Castillo desde el 2003, se encontraba en una esquina del barrio, cuando un sicario de la estrategia paramilitar, se le acercó por la espalda y disparó en siete ocasiones. MIGUEL quedó mal herido y fue trasladado al hospital donde falleció. El sicario luego de disparar se fue caminando.
MIGUEL había llegado del sepelio de su primo DARWIN LOPEZ, quien murió por heridas de bala recibidas, el 10 de febrero, en Puerto Carreño durante un entrenamiento militar del Batallón 21 Vargas. DARWIN falleció el martes 01 de marzo en un hospital de Bogotá. Los padres de DARWIN se dirigieron al Batallón para exigir la indemnización por la muerte de su hijo en servicio, a lo que un militar les respondió que “no tenían derecho a nada ya que prestaba el servicio obligatorio”.
* Domingo 13 de Marzo, los campesinos de los caseríos Caño Claro, Caño Dulce, El Cuatro, Brisas de Yamanes, Alta Cal, municipio de El Castillo que bajaron a realizar el mercado para la semana se encontraron con la orden que no podían adquirir alimentos por un valor superior a $ 100.000 (U.S, $ 35) y deberían ser autorizados para su salida con la remesa con una firma de la fuerza pública.
Al preguntar uno de los campesinos, la razón de la medida, un militar del Batallón 21 Vargas, expresó que era una orden que había del alcalde.
En Medellín del Ariari, municipio de El Castillo, ese mismo control, con la misma cuantía lo ejercen abiertamente las estructuras paramilitares. Todas las tiendas de abastos están obligadas a entregar el registro de compradores y las cuantías de los bienes de supervivencia adquiridos. Al salir del casco urbano, si los recibos carecen de la autorización paramilitar, el mercado es decomisado o los pobladores obligados a regresar por la firma.
A tres kilómetros a la salida hacia Puerto Esperanza, en el punto conocido como La Y, en el caserío de Puerto Unión, en el retén paramilitar los campesinos nuevamente son requisados y obligados a presentar las facturas con la autorización del mando paramilitar del corregimiento.
* Lunes 21 de marzo, hacia las 4:00 p.m. un vehículo particular que presta el servicio de transporte público entre los barrios Ciudad Porfía y La Nohora, fue obligado a detenerse en el retén militar de la Brigada 7 que se encuentra ubicado a la altura de la finca “El Danubio”, vía Acacías.
En el retén, los uniformados se dirigieron al conductor diciendo: “este carro es muy raro, moviliza gente rara, de dónde vienen y hacia dónde se dirigen?”. El conductor del vehículo les respondió que a diario el vehículo realiza el recorrido entre los barrios Ciudad Porfía y la Nohora, que al día pasa por el retén por lo menos unas cuatro veces y que la gente que se mueve son pasajeros de ambos barrios.
Uno de los militares se dirigió a una de las pasajeras, SANDRA QUIGUANAS, de 17 años de edad, miembro de la Comunidad Civil de Vida y Paz, y le dijo: “esta tiene cara de sospechosa, bajase del vehículo para hacerle una requisa”. SANDRA bajó del vehículo y uno de los militares, luego de solicitar su documento de identidad, afirmó nuevamente: “tú tienes cara de sospechosa, tú eres rara, a qué te dedicas?” Otro uniformado intervino diciendo: “Yo te conozco, se dónde vives, se qué haces, nosotros sabemos todo de ustedes, así que pilas… los estamos vigilando”. Luego de varios minutos de interrogatorio los militares la autorizaron a seguir su camino
* Martes 22 de marzo, hacia las 8 p.m. dos unidades de la Policía identificados con el No. 030 en sus chalecos, llegaron a la casa de LUZ DARY RODRÍGUEZ, ubicada en el barrio Ciudad Porfía. El agente estatal expresó: “usted es de las familias que tienen medidas cautelares?, Nosotros estamos acá por orden de la Alcaldía, los estamos vigilando para saber si todavía están acá o se han ido para otro lado. Usted sabe dónde encuentro a MAXIMINO FONSECA, necesitamos ir a su casa, pero no lo ubicamos. Ustedes acá viven muy bueno no como los de la Nohora, manejan platica… firme esta hoja…” al negarse a firmar, los dos policías se retiraron.
Hacia las 9:00 p.m. dos unidades de Policía identificadas con el No. 030 llagaron al lugar de asentamiento de LUIS ROJAS en el barrio marginal La Nohora. Uno de ellos expresó: “estamos acá para ver si siguen aquí o se han ido, nos manda la Alcaldía, estamos para darles protección por lo de esas medidas cautelares, necesitamos que firme esta hoja…” el miembro de la comunidad se negó a firmar, argumentando además, que no eran las horas más adecuadas para venir, y no había existido ningún tipo de concertación sobre las medidas cautelares.
Hacia las 9:10 p.m. las mismas unidades de policía se dirigieron a la casa de MELIDA RENGIFO, quien se encontraba dormida, la levantaron y le preguntaron por las 35 familias de las medidas cautelares, “venimos de parte de la alcaldía buscando a las 35 familias, firme esta hoja y siga durmiendo…” La beneficiaria de las medidas se negó a firmar, expresando que estas no eran las horas de hacer visitas. Los policías expresaron: “nosotros sabemos que ustedes nos tienen una demanda y tienen a alguien trabajando en eso,. por eso es que todos se niegan a firmar”.
Hacia las 9:30 p.m. los dos policías llegaron al rancho de la familia QUIGUANAS, entraron a la cocina y se dirigieron al papá diciendo: “al fin lo encontramos le hemos estado haciendo cacería y siempre nos encontramos con sus hijos. Yo soy cabo y me manda la alcaldía para que los vigilemos, tenemos que estar pendientes de ustedes para que no se vayan a ir de acá sin que nos demos cuenta…”.
El miembro de la Comunidad Civil de Vida y Paz expresó: “no nos podemos ir, el Estado no da respuesta al Retorno, y a donde vamos a buscar el jornal, nos acosan los desplazadores”. Las unidades policiales expresaron:“nosotros necesitamos que nos firme, si quiere y si no pues es decisión suya… nosotros sabemos que ustedes no han pedido protección de la policía pero eso no importa por acá los estaremos visitando por lo menos una vez al mes…”
* Domingo 27 de Marzo, desde las 9:00 a.m Soldados del Batallón 21 Vargas, instalaron un retén en el puente sobre el río Uruimes al la entrada del Casco Urbano de El Castillo. Allí los soldados controlaron el ingreso de personas y la salida de bienes y de personas, tomaron los nombres y número de identidad. Al ingreso, los militares se reservaron el derecho de quedarse con la cédula de ciudadanía, para entregarla posteriormente en el parque principal del El Castillo.
Cuando los pobladores reclamaban sus documentos en la plaza principal del parque, en el sitio del retén estaba un civil armado con un fusil Galil. Durante el día el ejército mantuvo el control del mercado que los campesinos compran por un valor superior a $ 100.000.
* Lunes 28 de marzo, en reunión de Juntas de Acción Comunal – JAC -, militares solicitaron a los habitantes del caserío La Floresta y de Campoalegre el censo de la comunidad con cantidad de personas precisas y números de cédula. El mando militar expresó que esta medida era necesaria para el control del mercado y el monto en la compra del mercado, de 60.000 a 100.000 pesos,
“Civiles” armados de la estrategia paramilitar, al mando de alias “EL SOLDADO”, desaparecieron forzosamente a los campesinos JESÚS ANTONIO URREA SANMIGUEL y JHON ROBERT TRIANA, en la vía que comunica al corregimiento de Villa La Paz con la vereda El Darién, a la altura del sitio conocido como el puente de cemento, donde permanentemente está ubicado un reten paramilitar.
JESUS ANTONIO salió de la finca “Villa Unión” donde trabajaba, ubicada en la vereda el Darién, jurisdicción del corregimiento de Villa La Paz, de Puerto Lleras. JESUS ANTONIO en horas de la mañana a un taller automotriz en las afueras del caserío de Villa La Paz, con el fin de arreglar su motocicleta marca Suzuki, color negro, 125 de placas GSR 45 A.
Hacia las 5:00 p.m., volvió a recoger su motocicleta en compañía de JHON ROBERT TRIANA, luego se dirigieron hacia la finca “Villa Unión” en la vereda El Darién, a unos 20 minutos del caserío de Villa La Paz.
Testigos observaron como JESUS ANTONIO y JHON ROBERT fueron introducidos a las fuerza en una camioneta de los paramilitares.
Hacia las 5:30 p.m., a cinco minutos aproximadamente de la finca “Villa Unión”, sobre el puente de cemento que se encuentra en el camino, se observó el paso de una camioneta Toyota 4,5, color rojo, de estacas, en la que se movilizan diariamente los paramilitares. En la misma se encontraban en la parte trasera JESUS ANTONIO y JHON ROBERT.
Cinco minutos después, aproximadamente, se escucharon 4 disparos de fusil y dos de pistola, cerca del mismo sitio del puente de cemento.
Posteriormente, varios paramilitares se dirigieron a una finca vecina solictándo unas palas, entre ellos decían: “ahora lo que falta es que se pongan a llorar”.
La presencia de los paramilitares en el corregimiento Villa La Paz es permanente y desde allí controlan a través de retenes ubicados en la vía entre Puerto Lleras, Villa La Paz y las vías que se dirigen a las caseríos. Según testimonios, este día llegaron a la zona nuevas unidades de la estrategia paramilitar, varias de las cuales se habían instalado en el retén del puente de cemento y las demás se acantonaron en el Caserío de Villa La Paz y en cercanías a la vereda El Darién, en el sitio conocido como “Caño Chivecha”, donde está localizada una base de tipo paramilitar.
* Miércoles 30 de marzo, los familiares de JESUS ANTONIO, se percataron de su desaparición y se dirigieron al caserío de Villa La Paz, donde preguntaron a varios pobladores por su paradero.
Los familiares tomaron la decisión de dirigirse a uno de los puestos de control de los paramilitares, ubicado en Villa La Paz y preguntaron por el paradero de JESUS ANTONIO y JHON ROBERT, a lo que estos respondieron: “nosotros no hemos sido, pero vamos a investigar porque de pronto si alguno de nosotros lo hizo fue sin autorización… les vamos a aclarar la situación”.
Miembros de la Junta de Acción Comunal de Villa La Paz se dirigieron a la cabecera municipal de Puerto Lleras y denunciaron ante la alcaldía el hecho.
* Jueves 31 de marzo, nuevamente uno de los familiares de JESUS ANTONIO se dirigió a los paramilitares en Villa La Paz, preguntando por el paradero de los dos campesinos, este expresó: “si quieren vayan al sitio donde dicen que escucharon disparos y miren a ver si encuentran algo”.
Este día los paramilitares salieron de Villa La Paz hacia el sitio conocido como “Caño Chivecha” en la vereda El Darién, sitio donde según relatos se encuentra un campamento de los paramilitares con por lo menos 1000 miembros de este grupo, al mando de alias “EL SOLDADO”.
• Viernes 01 de abril, las familias y varios pobladores, cerca de 40 personas de Villa La Paz, se dirigieron a buscar por su cuenta a JESUS ANTONIO y JHON ROBERT, por la ruta que normalmente ellos transitaban hacia la vereda El Darién.
Luego de varios minutos de camino, encontraron dos huecos en la vía, a la altura del puente de cemento, que conduce hacia la finca “Villa Unión”, en los huecos se veían indicios de tierra recién removida y se encontraron restos de cabello, sangre coagulada y partes de abdomen humano. Alrededor de los huecos había moscas y se emitía un olor putrefacto.
Los familiares y demás pobladores decidieron dejar todo quieto en el sitio y dirigirse al corregimiento Villa La Paz y desde allí buscar a las autoridades competentes.
Este mismo día, familiares se dirigieron al municipio de Granada y colocaron el denuncio ante la Fiscalía.
* Sábado 02 de abril, en horas de la mañana llegan tropas adscritas a la Brigada 7 del ejército tomaron posición en el caserío de Villa La Paz.
* Domingo 03 de abril, dos helicópteros sobrevolaron la zona, uno de ellos aterrizó en los alrededores de Villa La Paz, del que se bajó un Mayor MURILLO, a la solicitud de uno de los familiares expresó: “Nosotros no nos comprometemos a ir a ese sitio porque puede ser una trampa, una emboscada. Nosotros no creemos en ustedes en los campesinos y ustedes no creen en nosotros, por qué no tomaron fotos del hallazgo? Nosotros no vamos por allá, denuncien el hecho”.
* Lunes 04 de abril, los familiares y miembros de la Junta de Acción Comunal de Villa La Paz, decidieron realizar otra búsqueda al día siguiente en la mañana.
* Martes 05 de abril, nuevamente fueron al lugar donde encontraron el hueco y de allí sacaron los restos encontrados con el fin de llevarlos a Medicina Legal, ante la negativa de todas las autoridades de la zona de ir al sitio.
* Miércoles 06 de abril, las unidades militares adscritas a la Brigada 7 expresaron que se retiraban del corregimiento de Villa La Paz, lo que obligo a las familias de JESUS ANTONIO y JHON ROBERT a desplazarse por temor a la retaliaciones de los paramilitares.
JESUS ANTONIO, campesino de 34 años de edad, nacido el 28 de abril de 1971, identificado con la Cedula de Ciudadanía No. 5. 935.752 de Icononzo (Tolima), mide 1.70 mts, Nariz aguileña, ojos color café, piel blanca, delgado, cabello negro, tiene un cicatriz grande en el brazo izquierdo, iba vestido: Camisa, Verde claro, Jean Azul Claro, cachucha azul y blanca , Boxer azul , Medias negras borde blanco, Botas Brama y JHON ROBERT TRIANA vestía esqueleto Blanco, pantalón azul claro, zapatillas de color gris
Este día, las organizaciones defensoras de derechos humanos Asociación de Familiares de detenidos Desaparecidos, ASFADDES, Comisión Colombiana de Juristas – CCJ, y nuestra Comisión de Justicia y Paz, solicitamos la activación del Mecanismo de Búsqueda de personas desaparecidas, desde el cual se solicitó a la Defensoría del Pueblo Regional – Meta, el acompañamiento a las familias y la recepción de los restos humanos que habían encontrado en las dos fosas.
* Jueves 07 de abril, la Defensoría Regional del Pueblo recibió a los familiares de JESÚS ANTONIO, mientras que la Fiscalía Seccional Villavicencio, recibió a los familiares de JHON ROBERT y los restos humanos que llevaban.
La Fiscalía Seccional se comprometió con los familiares a iniciar las pruebas de reconocimiento, con el fin de determinar si los restos corresponden a JESÚS ANTONIO URREA SANMUGUEL y a JHON ROBERT TRIANA.
Las familias de JESÚS ANTONIO y JHON ROBERT, manifestaron gran temor por lo que les pueda suceder, ya que los paramilitares de la región de Puerto Lleras, los amenazaron: “si denuncian ya saben lo que les puede pasar, nosotros tenemos gente nuestra en todo lado desde Villavicencio hasta aquí”
LINEAS DE INTERPRETACIÓN
La ceguera institucional es evidente, por no decir, cínica. En el periódico Llano 7 días, 18 al 21 de marzo, 2005, el Teniente Coronel NÉSTOR SANCHEZ AGUIRRE señaló refiriéndose a los paramilitares: “tal vez en las zonas rurales los haya, pero en el casco urbano tenga la seguridad que no existe un solo miembro de ese grupo de delincuentes” . No es necesario ir a la zona rural, basta pasar por las carreteras principales, basta ingresar a los cascos urbanos y todo es evidente, sin disfraz alguno. El escenario teatral no es lo suficientemente bueno para el juego de representación, es confuso lo militar y lo paramilitar, es lo ligado inexorablemente a la institucionalización del paramilitarismo, el escenario del paraestado.
Tanto en Medellín del Ariari como en el casco Urbano de El Castillo, la presencia de “civiles” armados de la estrategia paramilitar es continua, los miembros del ejército y los civiles armados conviven, comparten en algunos establecimientos comerciales. En ese escenario las prácticas de control y de represión son similares, no importa el desbordamiento del Estado de Derecho, no importa la violación de los derechos humanos, la recuperación territorial a sangre y a fuego se combina con operaciones psicológicas de control, de compra y de venta de tierras y de seducción en la constitución de un proyecto político sustentado en el terror de la contrarreforma agraria.
La paramilitarización de la región del Ariari, coincide milimétricamente con la puesta en marcha de las políticas de seguridad. Luego de la práctica sistemática de persecución cometida en el Alto Ariari, municipios del Castillo y Lejanías, el terror de la estrategia paramilitar invade las región del medio y bajo Ariari. El pretexto de persecución a la guerrilla es otra falacia, pues no se viene asesinando en combate, se tortura, se desaparece, se asesina, se desplaza a los pobladores civiles
Los paramilitares que operan en Puerto Lleras, Villa La Paz, Caño Rayado, La esperanza, Canadá, Campo Alegre, Villa La Cruz expresaron a los pobladores, como nueva técnica de control, que deberían sembrar coca, que podían permanecer allí, , que el ejército no iba hacer nada, porque la propuesta era la misma, que pagaron tres mil millones de pesos, por mucha tierra, y ellos son parte de esa tierra… trabajen que nosotros cuidamos y el ejército apoya”. En ese escenario de control, se cobran impuestos de 800 mil pesos anuales por hectárea sembrada de coca e impuestos de 20 mil pesos por cada tambor de gasolina y 7 mil pesos por cada bulto de urea y 4 mil pesos por cada bulto de cemento.
Pero la estrategia de reingeniería militar desborda lo militar, imbrica el escenario jurídico, social, político, económico, el copamiento de discursos, los lenguajes, las palabras hacen confusiones, crean sofismas, construyen espejismo. La verdad es la mentira, la injusticia es la justicia, la guerra es la paz, el odio es el amor. No hay justicia, no puede haberla, no es posible que exista, por que la impunidad es la columna vertebral de la destrucción de la vida humana.
Hoy la memoria es el espacio de minoría como la Comunidad Civil de Vida y Paz, propuesta para las víctimas de crímenes de lesa humanidad, de defensa territorial ante la soberbia del poder, que odia, que mata o que desaparece por su única razón, la ambición, la imposición de un modelo de sociedad y de país, excluyente.
Triste país de las mentiras, que vive del circo de la pacificación. Ocaso de la vida de los empobrecidos, aislados, perseguidos, amordazados, maniatados … quién puede estar, quien puede ser de su lado, cuando la fuerza del amor escasea, cuando la sensibilidad por la libertad se enrarece …
Bogotá, D.C abril 13 de 2005
COMISION INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ