Asesinatos, Amenazas, Saqueos, Tratos Crueles de unidades militares de la Brigada XVII en el Territorio Colectivo del Jiguamiandó
Dejamos nuevamente en sus despachos nuestra Constancia Histórica y Censura Moral frente a las graves actuaciones de agentes estatales adscritos a la Brigada XVII y unidades del Batallón Fluvial 20 cometidos en desarrollo de una operación militar en la que se han violado los Derechos Humanos.
Bogotá, D.C Enero 31 de 2005
Doctor
EDGARDO MAYA VILLAZON
Procurador General de la Nación
Doctor
VOLMAR PEREZ
Defensor Nacional del Pueblo
Ref: Asesinatos, Amenazas, Saqueos, Tratos Crueles de unidades militares de la Brigada XVII en el Territorio Colectivo del Jiguamiandó
Dejamos nuevamente en sus despachos nuestra Constancia Histórica y Censura Moral frente a las graves actuaciones de agentes estatales adscritos a la Brigada XVII y unidades del Batallón Fluvial 20 cometidos en desarrollo de una operación militar en la que se han violado los Derechos Humanos.
Al leer los nuevos acontecimientos contra la vida e integridad personal y comunitaria de los afrodescendientes con los antecedentes que han sufrido los habitantes de esta cuenca del bajo Atrato, no podemos más que afirmar que se ha configurado una acción sistemática, persecución, aniquilación y destrucción de un grupo al que se le pretende imponer un modelo político y un proyecto agroindustrial por la fuerza.
Los invitamos a leer, nuestra Constancia, de lo que hemos escuchado, de lo que hemos visto y de lo que damos fe, a fin de que desde sus responsabilidades institucionales actúen de manera inmediata a fin de evitar nuevos destrozos a la vida, a la integridad personal y a los derechos territoriales de los afrodescendientes.
* Jueves 6 de enero desde las 9:00 a.m. y hasta las 3:00 p.m. se escuchó a menos de 20 minutos de la Zona Humanitaria de “Nueva Esperanza” la extracción de madera de manera mecanizada, al parecer como preparación a la siembra de palma aceitera
* Lunes 10 de enero, hacia las 3:00 p.m. dos integrantes de los Consejos Comunitarios de la Zona Humanitaria “Bella Flor Remacho” que llegaron al sitio conocido como La Grande, sobre el Atrato, fueron abordados por dos militares que les ordenaron dirigirse hacia donde un “sargento”.
Los dos campesinos fueron trasladados a una casa deshabitada, ubicados en una pieza vacía “si la gente nos ve conversando, la gente empieza a decir lo que no es”, expresaron los efectivos regulares. En una de las piezas contiguas, dos personas, que oficiaron como informantes se encontraban observando a los pobladores a quienes señalaron de ser guerrilleros.
Un militar, al parecer un teniente, ordenó separar a los dos integrantes del Consejo Comunitario, al que obligó a quedarse en la pieza, el oficial le hizo quitarse el sombrero y mirar de frente entre una rendija donde era observado por sus falsos acusadores. Minutos después ordenó ingresar al otro integrante del Consejo Comunitario.
A los campesinos, mientras los mantuvieron separados, los sometieron a un largo e incisivo interrogatorio en el que fueron señalados como cómplices de la guerrilla y en ocasiones como guerrilleros, afirmaron que en SantaFé de Churima y Caño Seco, si los querían. A uno de ellos, en el interrogatorio, le hicieron quitarse las botas, las camisas, soltarse el cinturón, mientras era acusado de ser guerrillero. A pesar de que exigieron respeto ante los maltratos verbales y los abusos, los militares los obligaron a guardar silencio.
A uno de ellos, un militar expresó: “Cállese, haga silencio, aquí no venga con carita de bravo, cuál es su monda. Sabe qué, el precio suyo son dos millones”.
Durante el interrogatorio, los pobladores fueron requisados en todas sus pertenencias. Los militares anotaron todos los datos y números telefónicos que se encontraban entre sus documentos, entre ellos, el de la Defensoría del Pueblo, Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y nuestra Comisión de Justicia y Paz.
Aproximadamente, dos horas después volvieron a juntar a los dos campesinos. Un soldado que los estaba cuidando preguntó a un oficial: ¿entonces qué?. El oficial respondió “deje a esos pelaos que se vayan”.
Cuando habían sido dejados en libertad, nuevamente uno de ellos fue llamado e interrogado por una hora más. Un de los militares, al parecer el Teniente, expresó: “me han dicho que usted es guerrillero” (…). El campesino exigió que le trajeran a sus acusadores, que le manifestaran si estaba o no detenido, y que le probaran las falsas imputaciones. “soy campesino, soy trabajador, no soy guerrillero” (…) El campesino agregó: “traigan al que me acusó o lléveme para donde usted le de la gana”. El militar entonces lo dejo ir.
* Martes 11 de enero hacia las 10:00 a.m., el casco en el que se movilizaron miembros del Consejo Comunitario y un voluntario de las iglesias cristianas de los Estados Unidos hacia Murindó es detenido a su regreso, cerca del punto conocido como La Ciénaga. La embarcación es obligada a detenerse por disposición de integrantes del Batallón Fluvial que se encuentran en una Barcaza. Allí los efectivos regulares solicitaron a los integrantes del Consejo Comunitario llevar dos soldados al caballito. A esta petición los campesinos respondieron negativamente pues la embarcación es de uso exclusivo de la población civil.
Los militares molestos dejaron continuar el recorrido de la embarcación.
Minutos después en la vuelta del Cativo, abajo del punto conocido como La Bonga sobre el río Jiguamiandó aguas arriba, un ex guerrillero de las FARC, junto con dos soldados exigieron al motorista del Consejo Comunitario, que bajara los pasajeros para regresar a los tres armados a La Barcaza. El motorista del Consejo Comunitario se negó, agregando que al Capitán, los afrodescendientes les dieron todas las razones por las cuáles no iban a transportar armados en sus embarcaciones.
El militar entonces expresó: “aquí el que manda soy yo en toda esta mierda” (…) “si nos llevan tienen buen viaje, por lo demás no sabemos, no respondemos” y los dejan seguir.
* Miércoles 12 enero, en horas de la mañana integrantes de los “civiles” armados de la estrategia paramilitar que se movilizan en Belén de Bajirá, Chigorodó, Apartadó, Mutatá y Dabeiba informaron que entre el 20 y el 30 de enero habría una movilización armada hacia Santa Fe de Churima y las Zonas Humanitarias.
* Viernes 21 de enero en el lugar conocido como El Encierro, cerca de la zona humanitaria de “Nueva Esperanza”, fue observado un grupo de hombres armados, al parecer militares por las prendas e insignias.
* Miércoles 26 de enero a las 15:00 horas en el antiguo caserío de Nueva Esperanza, al frente de la actual zona humanitaria que tiene el mismo nombre, fue observado un “civil” armado de la estrategia paramilitar uniformado y con arma larga, del lado de donde se escuchan permanentemente el avance de maquinaria pesada
Durante el transcurso de la tarde en ese lugar se escucharon los movimientos de decenas de personas, al parecer armadas.
Este miércoles 26 de enero, hacia el medio día, un grupo de 500 hombres armados de la estrategia militar regular se dirigieron del municipio de Belén de Bajirá en 5 camiones hacia la cuenca del Jiguamiandó, entre ellos se encontraban varios vestidos de civil que participan en acciones militares, “civiles” armados vestidos de camuflado de la estrategia paramilitar que han participado en incursiones paramilitares del 2001 y algunos ex guerrilleros de las FARC que forman parte del programa de reinserción del gobierno nacional.
De acuerdo con testigos, la operación militar se dirige en dirección de la Zona Humanitaria “Bella Flor Remacho”, y los caseríos de Caño Seco y Santafé de Churima y esperarían que subieran efectivos procedentes del casco urbano de Murindó para sitiar el punto conocido como Caño Seco, la pretensión es controlar el movimiento de la población y asegurar el avance de proyectos agroindustriales dentro del Territorio Colectivo.
Jueves 27 de enero, al atardecer se movilizaron en dos camiones un significativo número de uniformados, con armas largas en dirección al sitio conocido como Brisas desde Belén de Bajirá y en dirección hacia el río Jiguamiandó.
Se logró confirmar que dos de los vestidos de civil, ahora se han observado vestidos de camuflado entre las unidades militares de la Brigada XVII, entre ellos los hermanos RIGOBERTO y GUSTAVO MARTINEZ, reconocidos integrantes de los “civiles” armados de la estrategia militar encubierta de tipo paramilitar.
* Viernes 28 enero, a las 6:10 p.m. dos integrantes de nuestra Comisión de Justicia y Paz, PABLO CALA y JAVIER CASTELLANOS, cobijados con medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, fueron abordados por unidades militares que se encontraban en el sitio conocido como La Grande, lugar de paso hacia el río Jiguamiandó.
Los Defensores de Derechos Humanos, respaldados por diversas iglesias, se encontraban acompañando a integrantes del Consejo Comunitario del Jiguamiandó preparando las actividades pedagógicas del Colegio.
Dos militares entre ellos un Teniente, vestido de civil, y un Sub oficial de apellido ACEVEDO los abordaron, preguntando la razón de su llegada a La Grande, de su lugar de origen, de la organización a la que pertenecían. Los integrantes de Justicia y Paz, se negaron a dar respuesta a las preguntas, hasta tanto no conocer la identidad del vestido de civil, por lo que los militares decidieron que el vestido con uniforme militar, asumiera el interrogatorio.
Luego de repetir las mismas preguntas, y de conocer que los integrantes del equipo misionero se dirigían hacia las Zonas Humanitarias, los efectivos de la fuerza pública expresaron, luego de tomar las cédulas de ciudadanía y registrar sus nombres y números, en folios: “Ustedes vienen es de Bogotá (…) “Voy a hacerles un seguimiento. Me parece muy curioso que ustedes estén acá” (…) “Me parece curioso, que vengan así, a dar clases, los estudiantes ya se han ido, ya se salieron” (…) “Voy a hacerles seguimiento, es muy curioso, van es a esa zona de guerrilla. Allá entran esas mal llamadas ONG donde esconden a la guerrilla en esas Zonas Humanitarias, son izquierdistas y van a indisponer a la gente contra el gobierno” (…) “Vamos a hacerles seguimiento a ustedes” (…) El orden público es muy complicado y vamos a sacar a toda esa gente” (…) “Nosotros tenemos gente allá dentro, tenemos ubicados a los que viven en SantaFé de Churima y más cosas” (…) “Cuídense están bajo nuestra responsabilidad. Ah van a las Zonas Humanitarias. Me parece muy raro, les voy a hacer seguimiento, ustedes saben que hay allá”
Cuando los integrantes del Equipo Misionero les expresaron que son las Zonas Humanitarias, el reglamento interno que rige a los pobladores que allí habitan, los militares se echan a reír y agregaron: “muy raro, es muy raro vamos a hacerles seguimiento y nosotros no asumimos responsabilidades por los que les pase” (…) “Eso allá está lleno de guerrilla, ah si van a las Zonas Humanitarias, con razón!” .
15 minutos después los militares se retiraron del lugar.
• Sábado 29 de enero hacia las 11:00 a.m. en el sitio conocido como El Guayabal, margen derecha del río del Jiguamiandó, aguas arriba, un integrante del Consejo Comunitario fue obligado a detenerse en su embarcación, cuando se dirigía hacia la Zonas Humanitaria “Nueva Esperanza”.
Los uniformados se identificaron como integrantes de la Brigada XVII, uno de ellos expresó que era Teniente señalando al integrante del Consejo Comunitario como integrante de la guerrilla. Luego de preguntarle por la presencia de la guerrilla, y de externos a la comunidad, lo dejó ir advirtiéndole que no fuera a decir nada a nadie y agregó: “ahora si sabemos, quien es quién”
Hacia las 12.30 p.m. se escucharon cerca de 20 tiros de fusil entre las Zonas Humanitarias de “Bella Flor Remacho”, Caño Seco y Santafé de Churima
Los tiros de fusil que se escucharon a la distancia parecen corresponder al asesinato de PEDRO MURILLO.
Aproximadamente a las 12:30 p.m. fue asesinado en cercanías del caserío de Caño Seco, en total estado de indefensión el habitante del Territorio Colectivo del Jiguamiandó, de aproximadamente 50 años de edad, por armados que se identificaron como militares de la Brigada XVII.
Hacia las 12:25 p.m. un grupo de 5 militares ingresaron a la propiedad de LUIS FERIAS, donde el dirigente campesino PEDRO MURILLO, se encontraba con ISIDORA ROMAÑA y DORELYS ROMERO, y cuatro niños.
Al observar a pocos metros de distancia los vestidos de camuflado, PEDRO empezó a correr, temiendo que se trataba de una incursión de tipo paramilitar, Los militares dispararon en 20 ocasiones mientras el poblador corría unos 15 metros desde la casa donde se encontraba. PEDRO no logró saltar el cerco y cayó al piso, los militares entonces le dispararon en tres ocasiones, dejándolo herido.
Segundos después, los efectivos regulares procedieron a encerrar a las dos mujeres y a los niños en una habitación. Posteriormente, se escucharon otros tres disparos que le propinaron a PEDRO hasta que este falleció.
De acuerdo con los testimonios, las prendas de valor que portaba PEDRO fueron hurtadas por los militares, unos documentos de sus propiedades y un revólver 38 que durante 10 años nunca uso.
A Caño Seco, ubicado a unos 20 minutos a pie de la Zona Humanitaria de “Bella Flor Remacho”, donde ocurrieron los hechos, minutos después llegó un significativo número de efectivos regulares.
Algunas unidades armadas, entre ellos, al parecer un Teniente de la Brigada XVII, interrogaron a las mujeres por separado. “Ustedes que hacían con ese maleante, ese guerrillero?” “A qué actos indebidos las estaba obligando?”(…). “Nosotros sabemos que es un guerrillero”. “Declare que él es un guerrillero”(…) “Diga todo lo que usted sabe”. “usted sabe que él es un guerrillero”(…) “si usted no dice, qué él es un guerrillero nos veremos en la necesidad de hacer venir al helicóptero y llevarla por allá”. Los militares procedieron a revolcar toda la casa de LUIS FERIAS
En el interrogatorio a DORELYS ROMERO, además, participó ROSENDO MISPERUSA URANGO, un hombre que estuvo vestido de civil, el miércoles anterior en Belén de Bajirá, un supuesto miliciano, que salió de Santafé de Churima y habitó en el municipio de Murindó desde enero del 2003. De acuerdo, con los testimonios de varios habitantes el Señor URANGO, nunca se le vio con la guerrilla o portando armas o prestando servicios a este grupo armado.
A DORELYS, le preguntaron por su marido LUIS FERIAS, a quién acusaron de ser guerrillero. “Tranquila señora, a él no lo vamos a matar” (…) “Lástima que ustedes sigan revueltos con la guerrilla, cómplices de la guerrilla” (…) “Mire, si ustedes son de nosotros, no les va a pasar nada, les vamos ayudar en todo”.
A las 5:00 p.m. mientras las mujeres y los niños permanecían detenidos por los militares, escucharon una comunicación por radio de comunicaciones entre integrantes de las Fuerzas Militares en el que se dio el parte de que había sido dado de baja un guerrillero, quién llevaba en su poder cuatro cartas.
Al finalizar la tarde, a ISIDORA, los militares le entregaron un documento para que firmara, en el que ella confirmaba que había recibido un buen trato. La mujer se negó a suscribir esa declaración, entonces los militares expresaron: “encubridora, ese hombre era un guerrillero, ahora usted lo quiere negar, a él le encontramos un arma”
Ese mismo día, y muy cerca del lugar del asesinato, aproximadamente a la 1:00 p.m. unidades militares que se encontraban en Santafé de Churima expresaron: “ustedes conocen a PEDRO MURILLO, el era guerrillero, pues está muerto. Ya tienen que decir que lo conocieron, ese cerdo ya se murió” (…) “Ustedes saben si hay alguna ONG en esas Zonas Humanitarias o hay la presencia de alguna organización allá”. Los pobladores expresaron, “no es verdad que PEDRO sea guerrillero, eso es mentira, él era un civil” (…) “En las zonas humanitarias, están los acompañantes”.
Hacia las 2:00 p.m. el Gobierno Nacional a través de la Dirección de Derechos Humanos y DIH y el Ministerio del Interior fue informada de la situación de zozobra de los afrodescendientes debido a las amenazas de muerte existentes en las semanas anteriores, y el desarrollo de un operativo militar confuso. Desde esa hora y hasta hoy, lunes 31 de enero, no se ha recibido ninguna respuesta.
A las 3:00 p.m. efectivos que se identificaron como miembros de la Brigada XVII intimidaron a dos jóvenes de apellidos ROMAÑA, entre ellos VLAINER ROMAñA, quienes se encontraban limpiando una platanera, ubicada a 10 minutos de la Zona Humanitaria de “Bella Flor Remacho”.
Los miembros de las Fuerzas Militares, les apuntaron con los fusiles y uno de ellos expresó: “piérdanse de aquí, ustedes son los que informan a la guerrilla. Váyanse a esas Zonas Humanitarias, largo de aquí antes que les hagamos algo”
Simultáneamente otro grupo de militares que se movilizó entre Santafé de Churima y Caño Seco a los pocos habitantes que por allí se encuentran les expresaron “váyanse de aquí, vayan a esas Zonas Humanitarias, y vuelva por aquí el Domingo. Ya matamos a un guerrillero y no respondemos”
Hacia las 5:00 p.m. otros militares expresaron “ustedes no tengan miedo. Nosotros no somos matones. Nosotros matamos a ese marrano. Al que le encontremos objetivo militar a ese le cae todo el peso e la ley (…) Ustedes conocen a PEDRO MURILLO? Pues ya tienen que decir que lo conocían, a ese marrano lo matamos”.
Desde la 1:00 p.m. y hasta las 6:00 de la tarde efectivos de la Brigada XVII saquearon la vivienda de LUIS FERIAS, lo mismo hicieron con casas vecinas, en las que se apropiaron de bienes de uso doméstico, vestuario, cobijas y gallinas. A los niños los militares los interrogaron para que acusaran a los adultos de ser guerrilleros o que entregaran información sobre armamento que ocultaran en las viviendas.
Entre las 12.45 p.m. y las 3:30 p.m. el afrodescendiente TOMAS PALACIO quien se dirigía de la Zona Humanitaria de “Bella Flor Remacho” hacia la Zona Humanitaria de “Nueva Esperanza”, lo retuvieron en cinco ocasiones, obligándolo a aceptar que era guerrillero, lo maltrataron verbalmente.
Aproximadamente a las 2:00 p.m. pobladores de la Zona Humanitaria de “Pueblo Nuevo” percibieron la presencia de hombres armados en sus alrededores en el antiguo caserío que lleva este mismo nombre.
• Domingo 30 de enero. A primeras horas de la mañana los restos de PEDRO MURILLO fueron levantados del lugar donde fue asesinado por el ejército, lo cubrieron con un plástico negro y lo acomodaron en el caballo de su propiedad. Los militares expresaron: “nos vamos a llevar este guerrillero muerto”.
A las mujeres ISIDORA Y DORELIS, las obligaron a firmar un papel o colocar su huella digital en la que declararon que recibieron buen trato físico y psicológico, que los miembros de las Fuerzas Militares no tomaron ninguna propiedad y que hubo respeto. En el documento dejaron consignados los nombres de los niños.
A estos niños los obligaron a posar para una fotografía en la que se les obligó a mostrar entre sus manos una bolsa de color amarillo claro. A las mujeres las obligaron a tomar esa misma bolsa para ser fotografiadas pero ellas se negaron a hacerlo.
A las 7:00 a.m. aproximadamente a unos 30 minutos a pie de la Zona humanitaria “Nueva Esperanza”, el integrante del Consejo Comunitario, LUIS SIMON PEREZ, fue detenido en el punto conocido como La Pemada, cuando este se dirigía a la Zona Humanitaria “Bella Flor Remacho”. LUIS iba en búsqueda de una partera, pues su esposa estaba a punto de dar a luz. A pesar de la solicitud del campesino para seguir su camino, los miembros de la Brigada XVII se lo impidieron, lo señalaron de guerrillero, le taparon la cara con una bolsa negra, le descubrieron el rostro nuevamente y le colocaron en la boca el cañón del fusil en varias ocasiones, lo golpearon varias veces, lo tiraron por un rastrojo y le dijeron: “lo vamos a matar”.
Los militares expresaron: “usted es igual a todos esos guerrilleros, lo vamos a matar”. Mientras maltrataron a LUIS reiteradamente lo acusaron de ser guerrillero, preguntaron por WILLINTON CUESTA, miembro del Consejo Comunitario, afirmaron que era guerrillero, que debía decir cuantos guerrilleros estaban bajo su mando. Los militares insistieron en que todos los que habitan por allí son guerrilleros.
Cinco horas y media después de los tratos crueles, lo dejaron en libertad.
Mientras tanto, a su esposa que se encontraba con dolores de parto muy cerca de este lugar, los militares la intimidaron con un hacha, insinuando que su marido había sido asesinado, a quién acusaron de ser guerrillero. En ese mismo lugar sometieron a los niños que allí se encontraban a un interrogatorio: “donde están las armas que guarda su papá” (…) “su papá es un guerrillero cierto? diga la verdad”.
A las 4:00 p.m. la mujer de LUIS dio a luz su hijo
Aproximadamente, a las 12:25 p.m. un grupo de 25 militares abordó a un habitante de la Zona Humanitaria de “Nueva Esperanza” que se encontraba limpiando plátano, le preguntaron por la presencia de la guerrilla y por el camino que conduce al lugar humanitario. Los uniformados le advirtieron: “si hay guerrilla y el camino no es por allí, usted ya sabe lo que le pasa”.
Diez minutos después otro grupo de militares hizo las mismas preguntas y profirió la misma amenaza.
Entre las 12.30 p.m. y las 2.30 p.m. 150 militares cruzaron por los alrededores de la Zona Humanitaria de “Nueva Esperanza” sin ingresar por ella, dentro de los uniformados se encontraba uno encapuchado.
A las 2:40 p.m. un grupo de miembros del Consejo Comunitario observaron como unidades militares atravesaron el río Jiguamiandó de la margen derecha a la izquierda aguas arriba con el caballo de PEDRO MURILLO, cargando su cadáver.
Señor Procurador General y Señor Defensor Nacional del Pueblo, se requiere con urgencia la presencia humanitaria internacional y el concurso de autoridades estatales de control que verifiquen y constaten los daños irreparables y los atentados a la vida, antes que las pruebas técnicas, además puedan desaparecer, pues se ha oficiado como juez y como guerrero en las operaciones militares. Hacemos una solicitud expresa para que se adopten las medidas preventivas que eviten nuevos daños irreparables por agentes estatales. Se requiere una decisión al más alto nivel para que cese la extensión de la siembra de palma aceitera.
Nuestra Constancia y Censura Moral ante la persecución sistemática de que han sido objeto de tratos crueles, amenazas de muerte, acusaciones y señalamientos, saqueo de sus habitaciones y bienes de supervivencia, la presión a que los niños han sido presionados por los efectivos militares para que acusen a los mayores como integrantes de la guerrilla. Los hechos son los signos de un Estado de Hecho, todo está desbordado, los límites entre el Derecho y la barbarie no existen. El derecho es la barbarie.
El desbordamiento del uso de la fuerza contra los pobladores civiles continúa siendo ilegal e ilegítimo. Los afrodescendientes han sido víctimas y testigos de la presencia de paramilitares en las filas del ejército, de ex guerrilleros y de civiles que por beneficios económicos, se muestran ahora como testigos falsos, mentiras sobre los cuales se basan los tratos crueles e inhumanos.
Nuestra Censura Moral ante los actos de agresión y de terror cometido contra mujeres, niños y adultos, nadie ha escapado de las acciones graves y escandalosas que continúan cometiendo la Brigada XVII. Se teme que la recuperación territorial de la Fuerzas militares como estrategia de la Política de Seguridad, continúe negando los derechos de los afrodescendientes.
Nuestra Censura Moral ante el silencio, las omisiones de las autoridades civiles gubernamentales signo de un formal Estado de Derecho que ha cedido en su pasividad o su inacción asumiendo que la fuerza es la única razón, así sin más, la fuerza es la fuerza, los Derechos Humanos ni el Derecho Humanitario son posibles, nadie puede actuar para prevenir daños irreparables, el pretexto de persecución a la guerrilla es suficiente justificación. Ese pretexto, él mismo que se ha usado desde la estrategia paramilitar continúa cayéndose de su peso, el blanco militar, el blanco de las agresiones continúa siendo la población civil, la que tiene o debe ser controlada o doblegada.
Nuestra Constancia ante una movilización armada coincidente con la ampliación de la frontera agroindustrial que de facto ha negado los derechos de los afrodescendientes y que pretende imponer un modo de desarrollo excluyente y negador de los derechos reconocidos por el Estado colombiano a los afrocolombianos del Jiguamiandó y Curvaradó. La ampliación ilegal e ilegítima de la frontera agrícola para siembras industriales de palma aceitera, de acuerdo con cálculos de expertos ya alcanza a cerca de 18 mil hectáreas en Curvaradó, las mismas expresan la negación de los derechos territoriales y ambientalesLos intereses económicos no tienen fronteras éticas, si es necesario desterrar, destruir, arrinconar bien vale la pena, al fin y al cabo, negocio es negocio, la palma aceitera debe continuar extendiéndose
Nuestra Censura Moral ante una operación militar en el Jiguamiandó que desconoce los mínimos de humanidad, consensuados por la conciencia universal de la dignidad humana, allì en el Jiguamiandó son una quimera. Todo es válido, todo es legítimo, el “terrorismo” es todo, los “terroristas” son los civiles. No hay límites en los medios, a sangre o a fuego, terror es terror. La doctrina de la política de seguridad es el nuevo dogma, la religión principista, que todo lo justifica, que todo lo puede.
Nuestra Constancia ante las advertencias realizadas desde noviembre pasado, de las amenazas dentro de la estrategia de tipo paramilitar contra los afrodescendientes del Jiguamiandó y las familias de Curvaradó, que se encuentran afirmando integralmente sus derechos a la Vida y al Territorio, y frente a las cuáles no se hizo absolutamente nada
La confusa actual movilización de más de 500 hombres armados vestidos de camuflado, y que se ha producido en varios camiones a la vista de todo el mundo, con la participación de exguerrilleros desde el municipio de Belén de Bajirá e integrantes de los grupos paramiliitares, evidencia la ausencia de una política transparente de respeto a los Derechos Humanos e incoherente con el cumplimiento de las Recomendaciones de Naciones Unidas respecto al combate a los paramilitares y la desvinculación de agentes estatales comprometidos en estructuras armadas de tipo paramilitar.
Nuestra Censura Moral ante la coincidente presencia armada desde el Municipio de Belén de Bajirá hasta Mutatá, Chigorodò, Apartadó, Dabeiba, Río Sucio, pasando por Barranquillita, donde se encuentra un peaje de tipo paramilitar, con la significativa presencia de efectivos militares y policiales sin que las estructuras de tipo paramilitar se sientan afectadas. Igualmente, por el río Atrato, la movilización de paramilitares a través de embarcaciones de fibra con motores de alta potencia se ha hecho frecuente desde Murindó hasta el municipio de Turbo, mientras las unidades militares o policiales mantienen controles estrictos sobre los pobladores civiles.
Hoy la historia de hace un año parece repetirse, los señalamientos, los abusos de autoridad, las retenciones, la participación de dos reconocidos paramilitares en las operaciones regulares, a las que se suman exguerrilleros del programa de reinserción, y el inicio del camino de la impunidad. Hace un año fue el niño RICARDO GUARAONA hoy ha sido PEDRO MURILLO, ellos reflejan los cimientos de una política que considera a los pobladores civiles como delicuentes, como guerrilleros, o mejor como “terroristas” o que concibe desde su visión única y totalizante que la única posibilidad de reconstrucción el Estado de Derecho es erosionado los principios del Derecho.
Con un profundo dolor por los hechos acontecidos, esperando su urgente respuesta preventiva, esperando que algún día esa Conciencia de la Humanidad ante el estado de postración del aparato de justicia colombiano, actúe a fin de que la verdad, la justicia y la reparación sea un Derecho para las víctimas de esta persecución, aniquilación y destrucción sufrida por estas comunidades del Curvaradó y Jiguamiandó desde 1.996.
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz