Asesinada defensora de Derechos Humanos Jesusita Moreno ” doña Tuta”
En horas de la tarde del 7 de junio en la ciudad de Cali fue asesinada la lideresa negra del San Juan Chocó.
Doña Tuta cómo se le conocía popularmente era la reivindicación de los derechos de las comunidades negras e indígenas del Medio y Bajo San Juan agobiadas por la intensidad y degradación del conflicto armado.
Su voz contundente por la exigencia al respeto a la vida y al territorio de sus comunidades le generó señalamientos, amenazas y estigmas en su contra. Ella era en sí misma la voz que propició Acuerdos Humanitarios para lograr el respeto de FFMM, AGC y la guerrilla de ELN
Ella fue blanco de montajes judiciales por su rol comunitario, ella logró salvar cientos de vidas de las comunidades e incluso de los propios combatientes.
Tuta proyectaba un espacio de de albergue-refugio en Noanamá que permitiera contener el desplazamiento de las comunidades de esta región a zonas urbanas. Ella consideraba más trágico salir de su territorio a las ciudades dónde el gobierno les desentendía y estaban a merced de la misma violencia.
Junto con ella proyectábamos ese espacio de Refugio un sueño que hoy se deshace o que puede ser la honra de su memoria e ingresar en los próximas semanas al territorio. Esa fue nuestra última conversación antes de su cumpleaños.
Tuta hace unas semana salió a la ciudad de Cali para lograr ser atendida ante unos quebrantos de salud que se expresaron en estos dos últimos meses.
“Tuta” la persona que con juicio y rigurosidad documentaba la situación de las comunidades ha sido separada violentamente de sus comunidades, cuándo se recuperaba, cuándo tomaba fuerza para con su alegre esperanza seguir tejiendo paz en el territorio. Su memoria es una memoria de centenares de casos documentados, es una memoria de búsqueda de salidas a la guerra, una búsqueda de verdad, para que cesarán las muertes de afros e indígenas, de militares, paramilitares y guerrilleros.
Sus asesinos y los planificadores algún día reconocerán que ella solo era una gestora concreta y real de la paz, con el poder de su sabiduría, de su alma.
Ella que evidenció las distintas formas de omisión y complicidad del Estado sigue en la historia atormentada y silenciada de las comunidades indígenas.
En su honor seguimos alentando y exigiendo un Acuerdo Humanitario Global y la construcción de la Paz Global Territorial.
“Doña Tuta” es el signo de la Paz real y concreta que se merecen los pueblos del Pacífico.
Bogotá D.C. 7 de junio de 2022
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz
Imagen: Tomado por Ramón Campos