Amores que matan

Pocos hablan, pocos dicen. De vez en cuando viene bien decir, bien hablar, es parte de los formalismos de las democracias de fachada. Entre líneas sin decirlo todo, esas verdades de las víctimas, esas verdades que expresan las organizaciones de Derechos Humanos no gubernamentales, son inocultables. A veces los medios intentan cumplir con su deber, por algún celo profesional, por resquicio, por otros intereses.


Como las “verdades” mediáticas son las que se imponen, como los que hablan no son las víctimas o las organizaciones de derechos humanos, como los que hablan no son los comunistas, como los que escriben no son los sindicalistas, como los que expresan no son los empobrecidos –resentidos o excluidos-, como los que hablan son los que participan de la lógica del poder … aquí en Meras Coincidencias?, el artículo de la revista Semana, se generan muchas dudas sobre la “Seguridad Democrática”. Aunque para nosotros no son dudas son certezas, a quienes desconfían de las verdades de las víctimas, este artículo puede generarles algunas dudas

Por supuesto el artículo no es de portada, por supuesto que es posible que ya hayan venido las presiones sobre el periodista. Así ha ocurrido con otras casos, como el del Carmen y San Vicente de Chucurí a comienzos de los 90, o como en el caso del Desplazamiento del Cacarica a finales de los 90, o como los exilios de Alfredo Molano y Fernando Garavito … esas verdades cuestan.

Aunque se habla con pincelazos de casos, seria bueno reiterar que eso pasa en todo el país, como lo reconoció un alto funcionario del Gobierno en un diálogo con una organización de derechos humanos. El funcionario expresó respecto a esos amores que matan, “dígame a mi, eso lo he visto es muchas partes”, y agregó, “después de una intensa actividad en Batallones, en Brigadas con Coroneles y Generales, les exprese que eso, no es tolerable”… pero igual, lo tolerable es costumbre, la costumbre es ley, la costumbre es política desde 1.964.

Y aunque aquí en esta artículo las verdades se sugieren, se exponen tenuemente, pues que las dudas sigan surgiendo, mientras algunas vez este país y el mundo despierta, percibiendo la monstruosidad y la barbarie, que se oculta detrás de los rostros de bondad patria.

“Doblez solo proyectan, su placer es seducir; con mentira en la boca, bendicen, y por dentro, maldicen… Los hijos de hombre, una mentira; si subieran a la balanza serían menos que un soplo todos juntos. ” (Salmo 62)

COMISION INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ